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· El ritual del exorcismo que se cita en este libro es auténtico, instituido por el papa Pablo V en 1614, y renovado en 1990 como última extensión del Concilio Vaticano II, por parte de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Esta reforma actual, que permite su traducción a cualquier idioma y ha cambiado algunos usos y oraciones, es algo con lo que muchos exorcistas no están de acuerdo.

El ritual del exorcismo y su práctica están plenamente vigentes hoy día en la Iglesia católica. Su cabeza visible, Benedicto XVI, apoya y alienta la labor de los exorcistas. El propio papa Juan Pablo II realizó exorcismos, uno de los cuales -a una muchacha joven- dio comienzo en la plaza de San Pedro ante miles de fieles.

Cuando se somete a una persona supuestamente poseída a un exorcismo, ésta debe dar su consentimiento. Se recomienda, si es posible, que durante el rito esté presente un psiquiatra, así como que se registre en vídeo o audio todo lo que acontezca.

Para los exorcistas, los síntomas de una auténtica posesión diabólica son diversos. Entre ellos se cuentan como principales: aversión a lo sagrado (incluso cuando el poseído ignora que está en presencia de un objeto bendito); xenoglosia, o capacidad de hablar en lenguas muertas o muy raras; sansonismo, o fuerza sobrehumana; y dermografía, o escritura espontánea de palabras en la piel del poseído.

El padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma, existe realmente, y es presidente de la Asociación Internacional de Exorcistas. Quizá sea, junto con Conrado Balducci, el exorcista más famoso.

Los Lobos de Dios son un grupo de investigadores jesuítas nacido de nuestra imaginación. En el Vaticano existen, sin embargo, equipos de investigación similares a este grupo. Por lo general, la Compañía de Jesús es la orden religiosa cristiana que más profundiza en las ciencias y las paraciencias. Con anterioridad, ya existió una sociedad cristiana denominada «Lobos de Dios», encargada de luchar contra la hechicería y la brujería, fundada en el año 1510 y disuelta en 1750.

Las psicofonías, los fuegos inmotivados, la telepatía, etc., son realidades del mundo. Cada uno es libre de interpretarlos, pero son un hecho innegable. Las prestigiosas universidades de Duke, Stanford o Princeton investigan estos fenómenos, y el mismo Albert Einstein creía en la posibilidad de que tuvieran una base física.

Los proyectos PEAR, Conciencia Global o STAR GATE son reales, así como el laboratorio japonés ES-PER, propiedad de la multinacional Sony Corporation.

Las cartas Zener fueron creadas en los años treinta del siglo XX por el psicólogo Karl Zener, y utilizadas científicamente por el profesor J. B. Rhine, de la Universidad de Duke, con la intención de verificar la capacidad extrasensorial en las personas.

La magia negra no es sólo una superstición del pasado. Se utiliza todavía en muchos lugares del mundo, con renovada intensidad. El ritual vudú que se cita en esta novela está basado en prácticas reales, que llegan a veces a lo delictivo.

Los disminuidos psíquicos son más receptivos a los fenómenos extraños, como sucede con las jóvenes que comienzan a ovular y las personas extremadamente bondadosas o de honda piedad. Los animales también parecen gozar de un sexto sentido que la mayoría de los seres humanos ha perdido.

Los autores en el monumento a los bomberos caídos, frenta al edificio Vendóme de Boston

La historia del incendio del edificio Vendange de Boston es auténtica, aunque el nombre real de este edificio es Vendóme. La vista de esta construcción desde el monumento a los bomberos caídos es impresionante. Actualmente, el edificio Vendóme no es un hotel, sino que alberga varias empresas. De haber seguido siendo un hotel, no nos hubiera resultado aceptable utilizarlo como base de las conversaciones del Demonio.

El incendio de la Universidad de Harvard, en el que se destruyeron todos los libros donados por John Harvard, salvo La guerra del Cristianismo contra el Diablo, el mundo y la carne, de John Downame, es históricamente exacto.

En los procesos de canonización, la costumbre de desenterrar a los futuros candidatos a santos para comprobar el interior de sus féretros, no es una invención, aunque está en desuso. El asceta español fray Luis de León no fue canonizado, de hecho, porque se hallaron arañazos en la madera de su ataúd. Había sido enterrado vivo, en estado cataléptico, y cuando recobró la conciencia pecó de desesperación.

Las visiones de un más allá terrorífico, aunque minoritarias -suponen alrededor de un 5% del total-, se dan en algunas personas que han estado en la frontera de la muerte. Desde antiguo se conoce esta experiencia inquietante. Hubo quienes se ponían al borde de la muerte para tener esas visiones, como los sacerdotes egipcios. La película Flathners (Línea mortal) trata de unos estudiantes de medicina que hacen lo mismo en la actualidad.

El Codex Gigas es un libro auténtico, al que se conoce, en efecto, como «Biblia del Diablo». Se trata del códice medieval mayor del mundo. Su leyenda dice que el monje que lo escribió lo hizo en una sola noche con la ayuda de Satanás, y que la verdadera imagen del Maligno aparece entre sus páginas.

Es encomiable la labor altruista de religiosas como las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, que sacrifican su tiempo y sus recursos en un acto de bondad cuyo único objetivo es mejorar el mundo. Si hay realmente un cielo, ellas lo ganan día a día. De momento han ganado ya el prestigioso galardón Príncipe de Asturias.

La redención de Lucifer, y de todos los seres de la Creación al final de los tiempos, es algo que la teología cristiana contempla, y a lo que se denomina apocatáslasis. Sin embargo, Charles Baudelaire aseveró que la más hábil astucia del Demonio era hacernos creer que no existe. Ojalá la astucia del Demonio no sea aún mayor y más terrible…

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