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Gradus volvió a la recepción principal.

- Qué lástima -dijo la muchacha-. Acabo de verlo irse.

Bozhe moy, Bozhe moy-murmuró Gradus que a veces, en momentos de crisis, lanzaba eyaculaciones en ruso.

- Lo encontrará en la guía telefónica -dijo la muchacha empujando el libro hacia él y olvidando la existencia del enfermo para ocuparse de las exigencias del Sr. Gerald Emerald que pedía prestado un gordo libro de gran venta, con una cubierta de celofán.

Gimiendo y saltando de un pie a otro, Gradus empezó a hojear la guía de la Universidad, pero cuando hubo descubierto la dirección, se encontró con el problema de llegar al lugar.

- Dulwich Road -gritó a la muchacha-. ¿Cerca? ¿Lejos? Muy lejos probablemente.

- ¿Es usted por casualidad el nuevo ayudante del Profesor Pnin? -preguntó Emerald.

- No -dijo la muchacha-. Este señor busca al Dr. Kinbote, creo. ¿Usted busca al Dr. Kinbote, no es cierto?

- Sí, y no puedo más -dijo Gradus.

- Me parecía -contestó la muchacha-. ¿No vive cerca del Sr. Shade, Gerry?

- Exactamente -dijo Gerry, y se volvió hacia el asesino-. Lo puedo llevar, si quiere. Me queda en el camino.

¿Hablaron en el auto, esos dos personajes, el hombre de verde y el hombre de marrón? ¿Quién puede decirlo? No hablaron. Después de todo, el trayecto llevó unos pocos minutos (en mi poderoso Kramler me llevaba cuatro y medio).

- Creo que lo voy a dejar aquí -dijo el Sr. Emerald-. Es aquella casa, allá arriba.

Es difícil decidir qué es lo que Gradus, alias Grey, más deseaba en aquel minuto: si descargar la pistola o librarse de la lava inagotable de sus tripas. Cuando empezó a manotear precipitadamente la portezuela del coche, el poco exigente Emerald se inclinó, cerca de él, por encima de él, casi confundido con él, para ayudarle a abrirla y después, de un portazo volvió a cerrarla, y salió zumbando rumbo a alguna cita en el valle. Espero que mi lector apreciará todos los menudos detalles que me he tomado la molestia de presentarle después de una larga conversación que tuve con el asesino; los apreciará aún más si le cuento que, según la leyenda difundida después por la policía, Jack Grey había sido levantado en Roanoke o en algún otro lugar, por un camionero solitario. Es de esperar que una investigación imparcial encuentre el sombrero olvidado en la Biblioteca… o en el automóvil del Sr. Emerald.

Verso 957: Resaca nocturna

Recuerdo un poemita de Resaca nocturnaque resultó ser mi primer contacto con el poeta norteamericano Shade. Un joven profesor de literatura norteamericano, un muchacho de Boston, brillante seductor, me mostró ese pequeño y encantador volumen en Onhava, en mis tiempos de estudiante. Los versos con que empieza este poema, que se titula Arte, me gustaron por su ritmo contagioso y chocaron los sentimientos religiosos instalados en mí por nuestra muy "alta" iglesia zemblana:

Desde las cacerías de mamut y odiseas

y encantos orientales

hasta las diosas italianas

con niños flamencos en los brazos.

Verso 962: ¡Ayúdame, Will! Pálido fuego

Parafraseado, esto significa evidentemente: Busquemos en Shakespeare algo que pudiera utilizar como título. Y el hallazgo es " Pálido Fuego". ¿Pero de cuál de las obras del Bardo lo ha tomado? Mis lectores deben buscarlo por sí mismos. Todo lo que tengo conmigo es una minúscula edición de bolsillo de Timón de Atenas… ¡en zemblano! Desde luego, no contiene nada que pueda considerarse como un equivalente de "fuego pálido" (si así fuera, mi suerte hubiera sido un monstruo estadístico).

El inglés no se enseñaba en Zembla antes de la época del Sr. Campbell. Conmal lo había aprendido por sí solo (sobre todo leyendo un léxico de memoria) siendo joven, hacia 1880, cuando parecía abrirse delante de él, no un infierno verbal, sino una tranquila carrera militar, y su primera obra (la traducción de los Sonetosde Shakespeare) fue el resultado de una apuesta que había hecho con uno de sus camaradas oficiales. Cambió su uniforme con alamares por la bata del erudito y abordó La Tempestad. Trabajador lento, necesitó medio siglo para traducir las obras completas del que él llamaba " dze Bart". Después de esto, en 1930, siguió con Milton y otros poetas, cavando sin cesar a través de las edades, y acababa de terminar The Rhyme of the Three Sealers, de Kipling ("He aquí la Ley del Moscovita que él prueba con el plomo y el acero"), cuando cayó enfermo y murió en seguida bajo el dosel de su cama espléndidamente decorado con reproducciones de los animales de Altamira, siendo sus últimas palabras en el delirio finaclass="underline" Comment dit-on "mourir" en anglais?, un fin hermoso y conmovedor.

Es fácil burlarse de los errores de Conmal. Tienen debilidades ingenuas de un gran pionero. Vivió demasiado en su biblioteca, no lo bastante entre chicos y jóvenes. Los escritores deben ver el mundo, recoger sus hijos y melocotones, y no pasarse todo el tiempo meditando en una torre de amarillo marfil -que fue también, en cierto modo, el error de John Shade.

No debemos olvidar que cuando Conmal comen2Ó su extraordinaria tarea, no se encontraba ningún autor inglés en zemblano, salvo Jane de Faun, una novelista en diez volúmenes, cuyas obras, cosa bastante extraña, son desconocidas en Inglaterra, y algunos fragmentos de Byron traducidos de versiones francesas.

Hombre grande, pesado, sin otra pasión salvo la poesía, rara vez se apartaba de su caldeado castillo y de sus cincuenta mil volúmenes blasonados, y se sabía que había pasado dos años en cama leyendo y escribiendo después de lo cual, muy descansado, se dirigió por primera y única vez a Londres, pero el tiempo estaba brumoso y él no podía entender la lengua, y entonces volvió a meterse en la cama un año más.

Como el inglés era la prerrogativa de Conmal, su Shakespeare permaneció invulnerable durante la mayor parte de su larga vida. El venerable Duque era famoso por la nobleza de su obra; pocos se atrevían a discutir su fidelidad. Personalmente, nunca tuve el coraje de verificarla. Un académico insensible que lo hizo, perdió como resultado su sitio y fue severamente amonestado por Conmal en un soneto extraordinario, compuesto directamente en un inglés lleno de color pero no muy correcto, que empieza: