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En el bestiario anglosajón del códice de Exeter, la pantera es un animal solitario y suave, de melodiosa voz y aliento fragante. Hace su habitación en las montañas» en un lugar secreto. No tiene otro enemigo que el dragón, con el que sin tregua combate. Duerme tres noches ', cuando se despierta cantando, multitudes de hombres y de animales acuden a su cueva, desde los campos, los castillos y las ciudades, atraídos por la fragancia y la música. El dragón es el antiguo Enemigo, el Demonio; el despertar es la resurrección del Señor; las multitudes son la comunidad de los fieles y la pantera es Jesucristo.

Para atenuar el estupor que puede producir esta alegoría, recordemos que la pantera no era una bestia feroz para los sajones, sino un sonido exótico, no respaldado por una representación muy concreta.

Cabe agregar, a título de curiosidad, que el poema

Gerontion, de Eliot, habla de Cbrist the tiger, de

Cristo el tigre.

Anota Leonardo da Vinci:

La pantera africana es como una leona, pero las patas son más altas, y el cuerpo mis sutil. Es toda blanca y está salpicada de manchas negras que parecen rosetas. Su hermosura deleita a los animales, que siempre le andarían al. rededor, si no fuera por su terrible mirada. La pantera, que no ignora esta circunstancia, baja los ojos; los animales se le aproximan para gozar de tanta belleza y ella atrapa al que está mas cerca y lo devora.

EL PELICANO

EL PELÍCANO de la zoología común es un ave acuática, de dos metros de envergadura, con un pico muy largo y ancho, de cuya mandíbula inferior pende una membrana rojiza que forma una especie de bolsa para guardar pescado; el de la fábula es menor y su pico es breve y agudo. Fiel a su nombre, el plumaje del primero es de color blanco; el del segundo es amarillo y a veces verde. Aún más singular que su aspecto resultan sus costumbres.

Con el pico y las garras, la madre acaricia los hijos con tanta devoción que los mata. A los tres días llega el padre; éste, desesperado al hallarlos muertos, se abre a picotazos el pecho. La sangre que derraman sus heridas los resucita… Así refieren los bestiarios el hecho, salvo que San Jerónimo, en un comentario al salmo 102 ("Soy como un pelícano del desierto, soy como una lechuza del yermo"), atribuye la muer-te de los hijos a la serpiente. Que el pelícano se abre el pecho y alimenta con su propia sangre a los hijos es la versión común de la fábula.

Sangre que da vida a los muertos sugiere la eucaristía y la cruz, y así un verso famoso del Paraíso (XXV, 113) llama "nuestro pelícano" a Jesucristo. El comentario latino de Benvenuto de Imola aclara:

"Se dice pelícano porque se abrió el costado para salvarnos, como el pelícano que vivifica a los hijos muertos con la sangre del pecho. El pelícano es ave egipcia."

La imagen del pelícano es habitual en la heráldica eclesiástica y todavía la graban en los copones. El bestiario de Leonardo da Vinci define así al pelícano:

Quiere mucho a sus hijos, y hallándolos en el nido muertos por las serpientes, se desgarra el pecho y, bañándolos con su sangre, los vuelve a la vida.

LA PELUDA DELA FERTE – BERNARD

A ORILLAS del Huisne, arroyo de apariencia tranquila, merodeaba durante la Edad Media la Peluda (La velue). Este animal habría sobrevivido el Diluvio, sin haber sido recogido en el arca. Era del tamaño de un toro; tenía cabeza de serpiente, un cuerpo esférico cubierto de un pelaje verde, armado de aguijones cuya picadura era mortal. Las patas eran anchísimas, semejantes a las de la tortuga; con la cola, en forma de serpiente, podía matar a las personas y a los animales. Cuando se encolerizaba, lanzaba llamas que destruían las cosechas. De noche, saqueaba los establos. Cuando los campesinos la perseguían, se escondía en las aguas del Huisne que hacía desbordar, inundando toda la zona.

Prefería devorar los seres inocentes, las doncellas y los niños. Elegía a la doncella más virtuosa, a la que llamaban la Corderita (L'agnelle). Un día, arrebató a una Corderita y la arrastró desgarrada y ensangrentada al lecho del Huisne. El novio de la víctima cortó con una espada la cola de la Peluda, que era su único lugar vulnerable. El monstruo murio inmediatamente. Lo embalsamaron y festejaron su muerte con tambores, con pífanos y danzas.

EL PERITIO

PARECE que la sibila de Eritrea afirmó en uno de sus oráculos que Roma sería destruída por los peritios.

Al desaparecer dichos oráculos en el año 671 de nuestra era (fueron quemados accidentalmente), quien se ocupó en restituirlos omitió el vaticinio y por ello en los mismos no hay indicación alguna al respecto.

Ante tan oscuro antecedente, se hizo necesario buscar una fuente que arrojara mayor luz sobre el particular. Así fue como tras mil y un inconvenientes se supo que en el siglo XVI un rabino de Fez (con toda seguridad Aaron-Ben-Chaim) había publicado un folleto dedicado a los animales fantásticos, donde traía a colación la obra de un autor árabe leída por él, en la que se mencionaba la pérdida de un tratado sobre los peritios, al incendiar Omar la biblioteca de Alejandría en el 640.

Si bien el rabino no ha dado el nombre del autor árabe, tuvo la feliz idea de transcribir algunos parrafos de su obra, dejándonos una valiosa referencia del peritio.

A falta de mayores elementos, es juicioso limitar se a copiar textualmente dichos párrafos; helos aquí:

…Los peritios habitan en la Atlántida y son mitad ciervos, mitad aves. Tienen del ciervo la cabeza y las patas. En cuanto al cuerpo es un ave perfecta con sus corres-pondientes alas y plumaje.

…Su más asombrosa particularidad consiste en que, cuando les da el sol, en vez de proyectar la sombra de su figura, proyectan la de un ser humano, de donde algunos concluyen que los peritios son espíritus de individuos que murieron lejos de la protección de los dioses…

… se los ha sorprendido alimentándose de tierra seca…vuelan en bandadas y se los ha visto a gran altura en las Columnas de Hércules…

…ellos (los peritios) son temibles enemigos del género humano. Parece que cuando logran matar a un hombre, inmediatamente su sombra obedece a su cuerpo y alcanzan el favor de los dioses…

…Los que cruzaron las aguas con Escipión para vencer a Cartago estuvieron a muy poco de fracasar en su empresa, pues durante la travesía apareció un grupo compacto de peritios, que mataron a muchos…

…si bien nuestras armas son impotentes ante el peri-tio, el animal no puede matar a más de un hombre…

…Se revuelca en la sangre de su víctima y luego huye hacia las alturas

…En Ravena, donde los vieron hace pocos años, dicen que su plumaje es de color celeste, lo cual me sorprende mucho por cuanto he leído que se trata de un verde muy oscuro…

Aun cuando los párrafos que anteceden son suficientemente explícitos, es lamentable que a nuestros días no haya llegado ninguna otra información atendible sobre los peritios.

El folleto del rabino que permitió esta descripción se hallaba depositado hasta antes de la última Guerra Mundial en la Universidad de Munich. Doloroso resulta decirlo, pero en la actualidad ese documento también ha desaparecido, no se sabe si a consecuencia de un bombardeo o por obra de los nazis.