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En cualquier caso. Cuando decidimos que así era como queríamos vivir nuestras vidas con honor, ¿no crees que la gente comprendió que podría conducir a lo que parecían muertes innecesarias, esa orden de quitar una vida por otra? Pues claro que lo sabían.

»Pero merecía la pena porque, a la larga, nos beneficiábamos siempre que mantuviéramos el principio. Nuestros enemigos sabían que no descansaríamos mientras tuviéramos muertes sin vengar. Y sigue siendo pertinente, comandante. Esto no es una especie de simple dogma consignado a los libros de historia o a los textos encordados de las bibliotecas de los monasterios. Es una lección que tenemos que seguir reforzando. La vida continuará después de esto y Chel se impondrá, pero cada nueva generación, y cada nueva especie con la que nos encontremos, debe entender sus reglas y sus doctrinas.

»Cuando todo esto haya terminado y estemos todos muertos, cuando esto no sea más que otro trozo de historia, se habrán mantenido los límites y seremos nosotros los que los habremos mantenido. No importa lo que pase, siempre que tú y yo cumplamos con nuestra obligación, en el futuro todos sabrán que atacar a Chel es provocar una venganza terrible. Por su bien, y lo digo muy en serio, Quil, por su bien además de por el de Chel, merece la pena hacer ahora lo que haya que hacer.

Me alegro de que estés tan seguro, Huyler. Una copia tuya tendrá que vivir sabiendo lo que estamos a punto de hacer. Al menos yo estaré muerto, sin copia de seguridad. O por lo menos que yo sepa.

Dudo que la hayan hecho sin tu consentimiento.

~ Yo dudo de todo, Huyler.

¿Quil?

~ ¿Sí?

¿Piensas seguir adelante? ¿Todavía tienes intención de llevar a cabo tu misión?

Sí.

Buen chico. Déjame decirte una cosa, te admiro, comandante Quilan. Ha sido un honor y un placer compartir tu cabeza. Solo siento que se termine tan pronto.

No la he llevado a cabo todavía. No he hecho el desplazamiento.

Lo harás. No sospechan nada. La bestia te acoge en su seno, te lleva al centro de su guarida. Te irá bien.

~ Estaré muerto, Huyler. En el olvido. Eso es todo lo que me importa.

Lo siento, Quil. Pero lo que estás haciendo… No hay mejor forma de irse.

~ Ojalá pudiera creer eso. Pero pronto dejará de importar. No importará nada.

* * *

Tersono emitió un ligero carraspeo.

Sí, una vista extraordinaria, ¿no te parece, embajador? Asombrosa. No es la primera persona que se queda aquí, de pie o sentado, y la contempla durante horas. Kabe, tú te quedaste aquí durante lo que pareció medio día, ¿no?

Debí de hacerlo dijo el homomdano. Su voz profunda reverberó por la galería panorámica, despertando ecos. Te ruego que me disculpes. Qué largo debe parecerle medio día a una máquina que piensa al ritmo que tú lo haces, Tersono. Por favor, perdóname.

Oh, no hay nada que perdonar. Los drones estamos totalmente acostumbrados a ser pacientes mientras tienen lugar los pensamientos y acciones significativas de los humanos. Poseemos toda una serie de procedimientos desarrollados de forma específica a largo de los milenios para enfrentarnos a esos momentos. En realidad, somos bastante menos aburribles, si me permites crear el neologismo, que el humano medio.

Es un consuelo dijo Kabe. Y gracias. Siempre encuentro gratificante ese nivel de detalles.

¿Se encuentra bien, Quilan? dijo el avatar.

El chelgriano se volvió hacia la criatura plateada.

Estoy bien. Señaló con un gesto la vista de la superficie del orbital que se iba deslizando poco a poco con un brillo glorioso a un millón y medio de kilómetros de distancia, aunque parecía mucho más cerca. Por lo general, la vista desde la galería se magnificaba, no se mostraba como hubiera sido si no hubiera nada salvo cristal entre el espectador y el paisaje. El efecto pretendía acercar el perímetro interior para que se pudiera ver con más detalle.

El ritmo al que pasaba también daba una impresión falsa, la sección de la galería panorámica del Centro giraba muy poco a poco en la dirección contraria a la superficie del mundo, así que en lugar de que el orbital tardase un día entero en pasar delante del espectador, la experiencia por lo general ocupaba menos de una hora.

* * *

Quilan.

~ Huyler.

¿Estás listo?

~ Sé por qué te pusieron a bordo de verdad, Huyler.

¿Lo sabes?

~ Creo que sí.

¿Y por qué sería, Quil?

~ No eres mi copia de seguridad, ¿verdad? Eres la suya.

¿La suya?

~ La de Visquile, la de nuestros aliados, sean quienes sean, y la de los mandamases militares y políticos que sancionaron esto.

Tendrás que explicarte, comandante.

~ ¿Se supone que es demasiado tortuoso para que se le haya ocurrido a un viejo soldado fanfarrón?

¿Qué?

No estás aquí para que yo tenga a alguien a quien quejarme, ¿verdad, Huyler? No estás aquí para hacerme compañía ni para ser una especie de experto sobre la Cultura.

¿Me he equivocado en algo?

~ Oh, no. Deben de haberte cargado una base de datos completa de la Cultura. Pero son todo cosas que podría sacar cualquiera de las reservas públicas normales. Todas tus percepciones son de segunda mano, Huyler. Lo he comprobado.

Me has dejado estupefacto, Quilan. ¿Creemos que esto cuenta como difamación o como simple libelo?

Pero eres mi copiloto, ¿no?

Eso es lo que te dijeron que iba a ser. Eso es lo que soy.

~ En uno de esos viejos aeroplanos de manejo manual, el copiloto está ahí, al menos en parte, para reemplazar al piloto si este es incapaz de cumplir con su obligación. ¿No es cierto?

Desde luego.

~ Así que si yo cambiara de opinión, si estuviera decidido a no hacer el desplazamiento, si decidiera que no quiero matar a todas esas personas… ¿Qué? ¿Qué pasaría? Dímelo. Y, por favor, sé sincero. Nos debemos el ser sinceros el uno con el otro.

¿Estás seguro de que quieres saberlo?

~ Del todo.

Tienes razón. Si tú no quieres hacer el desplazamiento, yo lo hago por ti. Sé con exactitud qué trozos de cerebro has usado para hacerlo, conozco los procedimientos precisos. Mejor que tú, en cierto sentido.

~ ¿Así que el desplazamiento tienen lugar a pesar de todo?

Así que el desplazamiento tiene lugar a pesar de todo.

~ ¿Y qué me pasa a mí?

Eso depende de lo que intentes hacer. Si intentas advertirles, caes muerto, quedas paralizado, sufres un ataque, empiezas a balbucear tonterías o te quedas catatónico. La elección es mía, lo que suscite menos sospechas dadas las circunstancias.

Vaya. ¿Y puedes hacer todo eso?

Me temo que sí, hijo. Todo forma parte del conjunto de instrucciones. Sé lo que vas a decir antes de que lo digas, Quil. Literalmente. Solo justo antes pero es suficiente. Pienso bastante rápido aquí dentro. Pero Quil, no me gustaría tener que hacer nada de eso. Y no creo que vaya a tener que hacerlo. ¿No me estarás diciendo que se te acaba de ocurrir?