Lee posó los ojos en ella.
– ¿Has perseguido estrellas últimamente?
Faith sonrió.
– Siempre.
– ¿Y luego?
– No pueden retenerme en el programa de protección de testigos contra mi voluntad, ¿no?
– No, pero correrás peligro.
– ¿Qué tal si corremos peligro juntos?
– Ahora mismo, Faith. Pero ¿y si se acaba la gasolina?
– De momento, conduce.
Y eso fue exactamente lo que hizo.
***