Peabody salió cuando Hester se alejó. -EDD en camino, y los barrenderos están allí. La señora Whitney empacó un par de cosas para la señora MacMasters. Se quedarán con los 'Whitney por un día o dos, dependiendo -.
– Vamos a dejarlos entonces. Tenemos que entrevistar a los amigos. Es demasiado tarde en el día para ir al parque, ver los senderos para correr. Su costumbre era correr allí entre las ocho y nueve los fines de semana y los días de semana cuando no tenía escuela. Vamos a salir mañana. Tomaremos a Jamie primero. -
– ¿Jamie? ¿Nuestro Jamie? -
– Lingstrom. Él era un amigo. -
– Cuando es un maldito mundo pequeño, es una mierda.-
No lo podía discutir.
Ella sabía que Jamie estaba en casa para el verano, y permanecía con su madre. Lo mantenía controlado -sin apretar. Él era el nieto de un policía muerto -un policía muy bueno, y un chico que había perdido a su hermana asesinada cuando tenía dieciséis años.
No era extraño a la muerte.
Y a los dieciséis años, le había intrigado a su marido utilizando un control remoto hecho en casa para eludir la seguridad de la casa de Roarke, lo suficiente como para acceder a la finca.
Ella sabía que Jamie tenía un trabajo en uno de los departamentos de Roarke para el verano. Tal como ella sabía Roarke albergaba un poco de frustración porque los objetivos del muchacho iban hacia la división electrónica de detectives y policías más que al sector privado.
– Como eran amigos, y conociendo a Jamie, él va a querer intervenir-
Eve se abrió paso a través del tráfico de las vacaciones. Multitudes crecientes, recuerdos y aperitivos se estaban preparando para el desfile de la tarde.
– Eso va a depender de Feeney.- Había una conexión allí, también, ya que Feeney y el abuelo de Jamie habían sido amigos en su día. -Más al punto, en la corta lista de los amigos de la víctima, y él es único varón en ella.-
– ¿Crees que estaban implicados, románticamente?-
– Los padres no lo creen, -pero según uno de los vecinos, y la madre – había alguien. Alguien bastante reciente que la víctima estaba manteniendo para sí misma. -
Peabody reflexionó un momento. -Si tenía una cosa con Jaime -si tenía una relación- no creo que lo hubiera mantenido para sí misma. Él es más del tipo que los padres aprobarían. Él es inteligente, responsable, tiene una conexión con la policía. Tiene una beca de Columbia, y un montón de otras ofertas de las universidades de nivel superior. Él tomó Columbia para poder estar cerca de su casa, para no dejar a su madre demasiado sola. -
Ante la mirada de reojo de Eve, Peabody se encogió de hombros. -Charla con McNab, que es también por lo que sé que Jamie ha estado saliendo del campo en los últimos meses. Hay una chica, nada serio. No creo que siquiera mencionara a Deena. Yo lo habría recordado, ya que la conocía. Además la mayoría de los muchachos universitarios no salen con las niñas de secundaria, o no por mucho tiempo. -
– ¿Con quién salen las niñas de la escuela secundaria?-
– Chicos. Un muchacho de la universidad sería un golpe grande. Pero… Deena no era de ese tipo. Ella era una especie dulce, seria y tímida. -
– Vulnerable. Un hombre presta atención, sabe cómo jugar. Ella se pintó las uñas. -
– ¿Huh?-
– En algún momento del sábado, se hizo las uñas o las hizo hacer. Se arregló. Falda, una camisa bonita, joyas, maquillaje. Si tú estás descansando en tu casa por la noche, sola, ¿qué estás usando? -
– Mi pijama o ropa deportiva, probablemente mi ropa vieja.-
– Ella no sólo lo dejó entrar, ella lo estaba esperando.- Eve se detuvo junto a la acera de la modesta casa de ciudad.
Ella había hecho todo esto antes, recorrido este mismo camino para contar a Brenda Lingstrom que su hija había muerto.
Esta vez Jamie abrió la puerta.
¿Cuándo se había puesto tan alto? Ella tuvo que cambiar su mirada hasta encontrarse con la suya, una extraña sensación. Se había dejado crecer el pelo un poco más por lo que caía alrededor de su cara, rubio, desordenado. Sus pantalones vaqueros estaban llenos de agujeros, su camiseta floja -con las caras descoloridas de lo que reconoció como un grupo de rock popular basura.
Su cara había cambiado desde la última vez que lo había visto, y se había puesto más guapo. Otro choque leve. Ella no estaba mirando más a un chico, se dio cuenta, sino un hombre.
Sus ojos con sueño brillaron en el placer fácil e inmediatamente después, se quedó en blanco. Él dijo, -Oh, mierda.-
– Me alegro de verte. -
– ¿Quién ha muerto? Tú no estás en la puerta porque estabas de paso. ¿Quién, mi madre?
Él saltó de pánico, mientras su mano salió disparada y le agarró el brazo lo suficientemente fuerte para hacerle un moretón.
– No. ¿Ella no está aquí? -
– Ella y la abuela se fueron el viernes para reunirse con unas amigas para una semana de chicas, aprovechando las vacaciones. ¿Están bien? -
– Hasta donde yo sé. Tenemos que entrar, Jamie-.
– ¿Quién es? Dime quién es. -
No había razón para tratar de suavizar el golpe. -Deena MacMasters-.
– ¿Qué? No. No. ¿Deena? Oh Dios. ¡Oh, dios maldito! -
Se dio vuelta, entró en el salón que había cambiado poco desde que había traído la muerte a él casi dos años antes. Él se paseó por ella, dando vuelta alrededor de la mesa, sillas, dando vueltas como un gato en una jaula. -Dame un minuto, ¿de acuerdo? Dame un minuto-.
Eve hizo un gesto Peabody para una silla, y permaneció de pie mientras que Jamie tenía su minuto.
Se detuvo, se volvió, con un aire de resignación contrario a su juventud. -¿Cuándo?-
– Esta mañana temprano.-
– ¿Cómo?-
– Vamos a hablar de eso. ¿Cuándo fue la última vez que la viste? -
– Ah-. Él se frotó el espacio entre las cejas. El gesto parecía sostenerlo un poco. -Un par de semanas atrás. Espera. -Él bajó con el brazo de una silla, a continuación, miró fijamente al espacio durante algunos minutos.
Y Eve le vio sacar el control y la compostura de nuevo. Si él decidía seguir la ley, tenía la columna vertebral para ser un policía, pensó.
– El martes, hace dos semanas el próximo martes. Un grupo de nosotros fuimos a ver a este nuevo grupo -Crusher-en el Club Zero. Le pregunté si quería venir porque no nos habíamos visto mucho el uno al otro en un tiempo, y a ella le gusta la música. De todas clases, incluso las cosas viejas. Es un club de menores de edad, así que podía entrar, no había problema. Estaban muy mamados, así que ella y yo nos separamos después de la primera serie y se fue a comer pizza, ella comió algo. Yo la llevé a su casa, la llevé a casa antes de la medianoche. Ella tiene un toque de queda. -
– ¿De qué hablaron?-
– De todo tipo de mierda. La escuela, música, videos, e-bits. Ella no está mucho en la e-escena, pero le gustaba oírme hablar de ello. Nos conocemos desde siempre. El abuelo conocía a su padre, y ella estaba mirando fijamente a Columbia para el próximo año. Hablamos de que yo ya había hecho dos semestres. -
– ¿Ella habló de su novio?-
– ¿Qué novio?- Sus ojos se pusieron alertas. -Ella no estaba en sintonía con nadie que conociera. Ella no estaba conectada. Ella tenía un espasmo cuando se trataba de muchachos, casi nunca hizo el uno-a-uno. -
– ¿Uno a uno?-
– Citas, ¿sabes? Ella no creía que era bonita, pero lo era. Y ella decía que no podía pensar en qué decir o cómo decirlo. Mamá dijo que era consciente de sí misma y tímida, y ella lo superaría. Ahora ella no lo hará. -La amargura recubrió sus palabras. -¿Qué pasó con ella, Dallas?
– Sus padres estaban ausentes el fin de semana.- Eve mantuvo su tono enérgico y neutral -En algún momento de ayer, dejó a alguien entrar en la casa. Al parecer, ella lo esperaba, y dado lo que sabemos de ella en este punto, llegamos a la conclusión que lo conocía y confiaba en él. -