Se acercó a una mesa de color azul brillante con bancos acolchados que ofrecía una vista de un pequeño patio rodeado por un alto muro.
– Se sientan uno frente al otro para poder hablar. Así se pueden ver sus ojos mientras habla. Comen, ríen, bromean, coquetean. Oh, hey, ¿quieres otra con gas? Claro le dice, y cuando va a conseguirlo, desliza la droga en su bebida. Es muy fácil. Ella se siente mareada durante un minuto, se siente fuera, pero con la patada del Zoner, suave, también. Termina de deslizarse, se cae. Y la lleva arriba.
– Peso muerto, pero no tanto para que un hombre joven y saludable no pueda llevarla un tramo de escaleras. -Continuó mientras seguía la ruta de acceso a la escalera de la cocina. -Tiene sentido más que la llevara hasta la parte posterior. ¿Por qué desperdiciar energía? Si hubiera conocido la casa, y muy bien puede haberlo hecho, sabría cual era la habitación de ella. Tendría que haberla visto por la ventana en cualquier momento que ella no usaba la pantalla de privacidad. Incluso si él no estaba seguro, es tan fácil saber cual es la habitación de ella. El color, los carteles. Todo es de una chica. -
Roarke no dijo nada, todavía no. Él sabía lo que estaba haciendo, caminando a través de la víctima y el asesino.-La tiene que esposar primero, no corre riesgos. Las esposas, las sábanas. Apretado en las sábanas, quiere que ella lo sienta. Quiere dejar marcas. Espera que ella luche. Sabe que ella lo hará. Así que va hacia abajo y limpia. Pone los platos, la copa, en la máquina. Ejecuta esterilizar, hace desaparecer cualquier rastro. Echa un vistazo a la puerta de seguridad. No tiene sentido trabajar en ella. Ella te va a dar el código. Él se va a asegurar de ello. Guarda todo, cierra bien. -
Ella da vueltas alrededor, sacude la cabeza con disgusto. -No, no, fuera de orden. Él se ocuparía de la planta baja, incluso antes de traerla para arriba. No hay nada de él aquí. Todas sus cosas en un montón ordenado, con cuidado, mucho cuidado. Después de terminar con ella, toma su bolso, comprueba el contenido, lo baja para guardar sus cosas. Sube de nuevo, pasa por la sala, se asegura, muy seguro de que no hay nada de él, nada en su computadora, en el enlace de la habitación. En cualquier lugar… -
Hizo una pausa, caminando por el lugar, abriendo los cajones donde ya había buscado. -¿Toma algo para asegurarse de estar duro? Múltiples violaciones requieren mucha energía, mucho aguante. Eso es algo que se consideraría algo increíble. Tal vez él no lo necesita. Tal vez al revolverse ella atrapada en la pesadilla que le dio, indefensa y asustada, aunque sea de forma inconsciente, tal vez eso lo levanta.
– Entonces ella empieza a recobrarse, y empieza la diversión.-
– No pases por eso.- El sintió las garras a través de su corazón, que lo dejaron sangrando. -Sabemos lo que sucedió entonces, así que no lo hagas.-
– Es parte de eso. Tengo que hacerlo. Ella está… desconcertada. El medicamento hace que su mente esté pesada al principio, luego el dolor de cabeza, el dolor punzante de la misma. -
Miró a la cama, con el colchón desnudo ahora. -Se me ocurre que podría haberlo hecho más fácil. Dándole una dosis de puta o conejo. Esa fue una elección. No quería que ella participase, incluso con una droga de violación. Él quería su terror y dolor. ¿Él le dice lo que va a hacer, o comienza directamente a trabajar? Yo no lo veo todavía. Simplemente no puedo imaginarlo todavía. Ella llora. Ella sólo tiene dieciséis años, y comienza a gritar y le pregunta por qué, y no quiere creer que el chico dulce es un monstruo. Pero la hija del policía lo sabe. La hija del policía le ve ahora. Ella sabe quién es.
– Ella lucha, -lo que ha de ser satisfactorio, – incluso durante la violación, pelea. Ella lucha, incluso mientras ella grita, llora y suplica. Ella es virgen; buen bono. Ella sangra desde donde la han roto, de sus muñecas, de sus tobillos. Ella es fuerte y lucha duro. -
Se paró allí, con sus tripas anudadas, mientras Eve fue a través de ello, paso a paso, horror por horror. Ella se movió alrededor de la sala, rodeando la cama donde la obscenidad había tenido lugar. A pesar de que ella describió los últimos momentos de la vida de una joven, su voz se permaneció estable.
Él no volvió a hablar hasta que ella hubo terminado y comenzó una nueva búsqueda de la habitación.
– Incluso después de todo este tiempo contigo, no sé cómo lo puedes hacer, cómo puedes ponerte en su lugar, ver estas cosas como tú lo haces.-
– Es necesario.-
– Eso es mierda. Es más que una especie de observación objetiva de las cosas. Tú haces lo que haces, porque lo haces para ellos. Haces lo que haces por Deena y todos los demás cuyas vidas se han robado. Es más que estar de pie por los muertos, que ya es bastante difícil de soportar. Tú además, caminas con ellos, a través de eso. Con todo lo que he hecho en mi vida, yo no sé si tendría el estómago para hacer lo que haces, todos los días. -
Se detuvo por un momento, se dejó detener, se apretó los ojos con los dedos. -No puedo dejar de hacerlo. No sé si alguna vez fue una opción, pero yo sé que no es una ahora. No puedo verlo. No es sólo porque no hemos encontrado a nadie con vida que lo haya hecho. Es quién es, lo qué es, por qué lo hizo y porque de esta manera. No puedo verlo. Está oscuro. Caminar a través de ella ayuda a despejar algunas de las tinieblas. -
Se frotó los ojos, reorientándose. -¿Cuánto tiempo toma recuperar los discos de un sistema como el que hay aquí, y limpiar el disco duro?-
– Tiene dos mecanismos de seguridad, y requiere un código para la recuperación de disco. Pero conozco el sistema-.
– Sí, uno de los tuyos, lo he comprobado. Pero él lo conoce. Apuesto sobre eso. -
– Pues bien, me llevaría unos treinta segundos la recuperación, y uno o dos para hacer la limpieza. Pero él lo infectó para corromperlo. Nosotros conseguimos mucho con el trabajo de hoy. Un virus complicado para corromper la unidad, borrar los datos y las imágenes, tomaría algún tiempo para cargar, y la habilidad o el dinero para obtenerlo. -
– No es tan bueno como tú, -no es una palmadita en la espalda, pero él no tiene tu experiencia. Si pasa de diecinueve años, dudo que llegue a treinta. Así que tal vez dos o tres veces más tiempo para la recuperación, tal vez dos veces en la limpieza ya que está usando un virus. -
– ¿Qué estás buscando, Eve? Si yo tuviera una idea podría hacer algo más que estar aquí. -
– No lo sé. Algo. Tú me diste café. -
– ¿Cómo?-
– Una cosa simbólica, de tu encanto. Un pequeño regalo, nada demasiado importante. Tú me enviaste el café justo después de conocernos. -
– Y tú me entrevistaste como un sospechoso de asesinato.-
– Funcionó. El café, quiero decir. Pulsó el botón correcto. Entonces, ¿qué le dio? Qué… yo lo sabía. La puta si lo sabía. -Levantó un disco de música tomado de los cien más o menos en un soporte. -Feliz Mix 4 Deena, es la etiqueta. Y mira, añadió esta cosa en la etiqueta -un gran corazón rojo, y las iniciales en el interior. -
– DM, para ella, DP para él.-
– Por el nombre que le dio de todos modos-, confirmó Eve. -David, dijo Jo. Nunca tan inteligente como ellos piensan. Él debería haber buscado esto, haberlo tomado. Es un enlace, y es el único hasta ahora. -Lo embolsó.
– Tengo que decir que las probabilidades de rastrear el disco- ya que es algo común -son astronómicos.-
– Él lo hizo. Un enlace es un enlace. -Miró a su alrededor otra vez, satisfecha por el momento. -Bueno, la escena no tiene más que decirme. Al menos no por ahora. Tengo que ir a trabajarla. -
CAPITULO SEIS
COMO SUMMERSET NO APARECIO CUANDO LLEGARON a casa, Eve levantó las cejas. -¿Dónde está el señor miedo?-