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La mirada que Roarke le envió logró ser a la vez resignada y ligeramente amonestadora. -Summerset tiene la noche libre.-

– ¿Quieres decir que la casa está libre de Summerset? lástima que tenemos que desperdiciarla con el trabajo. -

Le deslizó una mano por la espalda, por encima de su trasero. -Un descanso no estaría fuera de lugar.-

– No. Tengo más de treinta búsquedas que hacer. Además debo preparar la presentación de informes a Whitney que tiene la esperanza de que consigamos un milagro. -Ella comenzó a subir las escaleras, a continuación, se detuvo en seco cuando vio al gato sentado en el rellano, mirándola con ojos, indudablemente molestos.

– Jesús, es casi tan malo como tu gorila.-

– No le gusta quedarse solo.-

– Pues yo no voy a empezar a llevarlo a la escena del crimen. Trátalo con él, amigo-, le dijo el gato, pero se detuvo para agacharse y alzarlo cuando llegó al descanso. -Algunos de nosotros tenemos que trabajar para vivir. Bueno, uno de nosotros tiene que hacerlo. El otro lo hace sobre todo por diversión. -

– Resulta que debo tomar un poco de diversión. Después voy a pasar un cierto tiempo en el laboratorio. -

– Trabajo, en el Día de la Paz -o casi Noche de la Paz ahora, supongo.-

– Un poco de algo que comencé esta mañana cuando mi esposa me dejó por mi cuenta.-

Continuaron juntos con el gato haciendo cabriolas entre ellos.

– ¿Puedes hacer una copia de este disco?-Le preguntó. -Tengo que mantener el original limpio.-

– No hay problema.- Tomó la bolsa de pruebas. -Vamos a comer en dos horas-, decretó Roarke cuando pasó delante de su oficina hacia la suya. -Mientras tanto, puedes dar de comer al gato.-

Ella no se molestó en fruncir el ceño, era un derroche de energía. Se trasladó a su oficina, y de nuevo se detuvo en seco junto al gato relleno que Roarke le había dado -un juguete réplica de Galahad – tirado en la silla sueño.

Ella miró el juguete, al original, y de vuelta al juguete. -Sabes, yo no quiero ni saber lo que estabas haciendo con eso.-

En la cocina, dio de comer al gato, y programó una jarra de café.

En su escritorio encendió la computadora y luego se sentó a organizar sus notas e informes, y comenzó las diez primeras búsquedas de la lista de Columbia. Mientras el equipo trabajaba, Eve miró el informe que había redactado para Whitney.

Ella lo refinó, volvió a leerlo. Con la esperanza de que estuviera satisfecho, por ahora, con el escrito, envió copias a su casa y a las unidades de la oficina.

Ordenó al equipo que mostrara las búsquedas en orden, en la pantalla. Se sentó con su café, estudió los datos e imágenes.

Jóvenes, pensó, todos tan jóvenes. En ninguna de sus carreras iniciales había ni un soplo de antecedentes penales, ningún golpe de detención de jóvenes, ningún golpe por ilegales, ni siquiera algo como un golpe de nudillos académico.

Pasó el resto, a continuación, comenzó de nuevo desde otro ángulo.

– Computadora, ejecutar la lista actual de padres, hermanos con antecedentes penales y / o conexión al Capitán Jonás MacMasters, como jefe investigador o detective del caso-.

Reconocido. Trabajando…

Venganza, si era venganza, provenía de raíces diferentes, pensó. Mientras la carrera avanzaba, se levantó para instalar otro tablero de asesinato.

Datos completos…

– En la pantalla-.

Ahora había algunos tropiezos, y algunas cosas que no olían bien. Once en su lista tenían algunos golpes por ilegales, algunos más de uno. Y, sin embargo, notó, ninguno de estos tuvo que ver con MacMasters.

Considerándolo, ordenó una ejecución del agente investigador o equipo. Tal vez la conexión con MacMasters era más nebulosa.

Una vez más, llegó a cero.

Ella le preguntaría a MacMasters directamente. Tal vez uno de los investigadores fue un viejo amigo de la infancia, o un primo tercero ya retirado.

Una pérdida de tiempo, que no tenía, pero había que cubrir el suelo.

Ella rodeó el tablero de asesinato, mirando desde otro ángulo, pero no vio nada nuevo. Ella sacudió la cabeza cuando Roarke entró.

– Hija-, dijo. -Venganza, -si consideramos eso- era matar a la hija de MacMasters. ¿Es un espejo? MacMasters es de alguna manera responsable -en la mente del asesino- por la violación o la muerte de su hija o hijo. Aunque sea niño, MacMasters sólo tuvo una hija. -

– Si el asesino está cerca de la edad que pretendía tener, sería un padre muy joven. ¿Y si él es el niño, y MacMasters es, a su juicio, responsable de la violación o el asesinato de su madre? O, para el caso de sí mismo. Él puede ser que se perciba como una víctima-.

– Sí, estoy viendo esas rutas, también.- Ella arrastró ambas manos por el pelo. -Básicamente, no estoy llegando a ninguna parte. Tal vez descansar, borrarlo de mi cabeza durante una hora, sea una buena idea. -

– He copiado el disco de música-.

Algo en su tono la hizo apartar la vista del tablero, mirarlo a los ojos. -¿Qué tienes?-

– Corrí un auto-análisis, mientras estaba trabajando en el otro e-negocio. Es tanto de audio como de video, lo que es muy inusual. El arte del performance es a menudo una parte de un disco como éste. Pero había una adición hecha esta mañana a las dos y media, y otra tan sólo después de las tres-.

– El lo agregó. Hijo de puta. ¿Lo pasaste? -

– No, no, asumí que lo habrías desaprobado-.

Ella le tendió la mano para tomar el disco, luego lo llevó a su computadora.

– Escuchar el contenido de las adiciones, a partir de las dos y media, de esta fecha. Exhibición del video en la pantalla. -

Roarke no dijo nada, pero fue hacia ella y se quedó allí.

La música fue lo primero, algo ligero y locamente alegre. El tipo de cosas, pensó, que algunas tiendas ponen de fondo. Siempre le daban ganas de golpear a alguien.

Luego la imagen se deslizó – un enfoque suave, luego más nítido y claro hasta que cada golpe, cada lágrima, cada mancha de sangre de Deena MacMasters se mostró con claridad.

Ella había estado apoyada en las almohadas medio reclinada, medio sentada, frente a la cámara. Probablemente su propia PPC o vínculo, pensó Eve. Sus ojos estaban apagados, devastados, derrotados. Su voz, al hablar, mostraba el agotamiento y los golpes.

– Por favor. Por favor, no lo hagas. -

La imagen se desvaneció, luego apareció de nuevo.

– Está bien. Muy bien. Papá, esto es culpa tuya. Todo es tu culpa. Y, y, oh Dios. Oh Dios. Muy bien. Yo nunca te perdonaré. Y yo te odio. Papá. Papá. Por favor. Muy bien. Nunca sabrás por qué. Tú no lo sabes, y yo no lo diré. Pero, pero tengo que pagar por lo que hiciste. Papá, ayúdame. ¿Por qué nadie me ayuda? -

La imagen se desvaneció de nuevo, y cambió la música. Eve oyó el cliché cuando la cámara volvió, panorámica, lentamente, desde los pies de Deena, hasta sus piernas, su torso, a la cara. A los ojos vacíos.

Se centró en la cara cuando el texto comenzó a desplazarse.

Te puede tomar un tiempo encontrar esto, ver esto. Tu hija muerta a la que le gustaba la música! Lo toqué para ella mientras la violé hasta matarla. Ah, por cierto, era una idiota, pero un pedazo de culo decente. Espero que nuestro pequeño video te haga meterte el arma en la boca y soplarte los sesos.

Ella no ha leído sus líneas muy bien, pero eso no disminuye la verdad. Por tu culpa, idiota. Si no fuera por ti, tu hija profundamente estúpida aún estaría viva.

¿Cuánto tiempo puedes vivir con eso?

Recibes la venganza que te mereces!

Para el crescendo, el audio pasó a los gritos de Deena.