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– Y como la teniente correctamente dijo, esta era su operación y su responsabilidad.- Whitney volvió la mirada deliberadamente a Eve. -Teniente, voy a necesitar una evaluación completa y el informe escrito, esta noche.-

– Sí, señor. Voy a afinar el equipo de acuerdo a esa evaluación, y le presentaré un panorama detallado de la operación alternativa de mañana para detener al sospechoso con la cooperación de Sra. Mimoto. -

– Si espera que no libere el boceto de Darrin Pauley y algunos datos relevantes al comisario y al público a través de los medios de comunicación, es mejor que me lo venda bien a mí.-

– Si soltamos el boceto, le haremos saber que estamos cerca, y podrá escaparse.- Él ya podría haber escapado, pensó. Y eso era una bola dura, caliente en el vientre.

– Es joven,- continuó, con calma, con firmeza, -y es paciente. Él puede darse el lujo de esperar, un año, cinco años antes de ocuparse de otro objetivo si huye ahora. Puede seleccionar otra. Él va a alterar su aspecto, -el cual fue lo suficiente inteligente para modificar hoy-, usar su habilidad en el fraude de identidad para tomar otra identidad, o una serie de ellas, e instalarse de nuevo hasta que Deena y Karlene Robins se olviden, hasta que los otros objetivos conocidos dejen de estar protegidos. -

– Ella tiene razón, Jack.- MacMasters levantó una mano, la dejó caer. -Dallas estaba en lo cierto al venir aquí hoy. Ella tiene razón sobre esto. Si tengo algún peso aquí, quiero que tú y el comisionado sepan que estoy de acuerdo con la teniente. -

Eve tomó el peso MacMasters y empujó con más del suyo propio. -Comandante, si soltamos el dibujo, tendremos a imbéciles como Cunningham inundando la línea de punta con avistamientos de adolescentes y veinteañeros con gorras de béisbol, mientras que Pauley cierra su tienda aquí y se mueve esperando su oportunidad.

– Si soltamos el dibujo, él gana. Si dejamos que esto salga y, francamente, Comandante, me quema el culo, pero si permitimos que los medios de comunicación describan este fiasco de hoy como un error monumental cometido, y controlamos lo que le damos, va a estar más seguro, y se va a mover hacia la señora Mimoto mañana, como estaba previsto. Lo liberamos y perdemos la oportunidad. -

– Nosotros lo habríamos tenido hoy, señor.- Cuando Peabody habló, Eve la miró con una mezcla de sorpresa y disgusto. -Eso no es una excusa, es un hecho. Vamos a necesitar entrevistar a los miembros del personal aquí, y acceder a su seguridad ya que es obvio que Pauley Darrin entró mucho antes, y estaba en el edificio antes de la conmemoración. Pero aún con eso, lo habríamos tenido. -

Whitney enarcó las cejas. -¿Estás seguro de eso, detective?- Eve estaba bastante segura de que escuchó tragar a Peabody, pero su compañera continuó con lo que pasaba por confianza. -Sí, señor. El Detective Baxter lo vio, al igual que el teniente. Su comunicación conmigo se retrasó debido al caos que Cunningham y Harrison crearon, el mismo caos que hirió a Dallas y dañó su comunicador. En lugar de entrar a la sala donde podríamos y lo habríamos encerrado, se escabulló aprovechando la confusión y evitando el riesgo de ser entrevistado como ahora estamos entrevistando a un número de participantes. El es cuidadoso, señor, como su perfil. Él se comportó exactamente como lo habíamos previsto. Él se comportará como esperamos mañana-.

– ¿Y usted está dispuesta a arriesgar la vida en eso?-

– Comandante…

– No,- Peabody interrumpió a Eve. -Usted me preguntó. Yo correría el riesgo de mi vida por el juicio del teniente. Es más fácil decirlo, ya que, en este caso, la mía corre el mismo camino. Yo no arriesgaría vidas, incluso la mía, para salvar la cara del departamento. Eso es lo que estaría haciendo al dar a conocer la cara de Pauley ahora. Arriesgar la vida para salvar la cara. Esa es mi opinión, señor. -

– Jack, de nuevo, si importa, esa es mi opinión también.-

Whitney miró a MacMasters. -Y la mío, pero todavía tiene que ser vendido. Voy a hablar, muy poco, con los oficiales de Harrison y Cunningham. Son sus hombres, Jonás, pero el hecho sigue siendo que el funcionamiento y los resultados son responsabilidad de Dallas. -

– Sí, señor, lo son-, Eve estuvo de acuerdo.

– Usted tiene treinta horas. Puedo mantener la información durante treinta horas. Si el sospechoso no está en custodia en ese momento, vamos a publicarlo. Maldita sea la fuga, teniente, y logre que se haga. -

– Sí, señor. Capitán, mis sinceras condolencias-.

– Quiero estar- MacMasters se puso de pie. -La fuga le costará por lo menos un hombre. Quiero ocupar su lugar. -

Había momentos, pensó Eve, en que había que actuar con los instintos. -Con el permiso del comandante, lo podríamos utilizar-.

– Su opción. Tendré que llevar a Anna y Carol a casa. -

Voy a conducir -, dijo Roarke cuando se preparaban para dirigirse a la Central. Con un encogimiento de hombros Eve se deslizó, y se entregó al lujo de cerrar los ojos.

Volvió a abrirlos cuando algo cayó en el regazo. Abrió sus ojos ante la barra de chocolate. -Primero pastel, ahora dulces.-

– Pensé que podrías tener un subidón.-

– Podría haber sido peor.- Le dolía la cabeza, la cara le latía, y su sospechoso estaba probablemente con una cerveza fría y una buena risa. -No sé cómo, en este mismo instante, pero podría haber sido peor. Podría haber sido la langosta-, decidió, y rasgó el envoltorio del chocolate. -Eso habría sido peor.-

– Para una nota más feliz, yo no creo que el departamento tenga que preocuparse por una demanda de la compañía de duelo.-

Lo mordió, saboreó. -¿Qué has hecho, comprar la casa?-

– Una solución interesante, pero no. Simplemente señalé que la compañía tenía la mayor parte de la responsabilidad, ya que era su seguridad la que permitió entrar a un intruso, lo que se supuse era un término más sabio que sospechoso-.

Tomó otro bocado, se burló un poco. -Lo hiciste.-

– El hecho es que permitieron el acceso de intrusos a sus instalaciones, en un memorial para una menor asesinada, donde varias personas, incluyendo oficiales de policía resultaron heridos. Creo que los responsables ya entienden las ramificaciones, las posibles consecuencias -y la publicidad- de una contrademanda. -

– Eso es como una rueda de negocios.-

– Lo es, sí. ¿Cómo está mi cara favorita? -

Ella se volvió hacia él para estudiarlo. -Te ves bien-.

– Y tan cariñosa por lo que veo en el espejo, me gusta aún más tu cara.-

– Me duele-. Ella se permitió un mal humor momentáneo. -Me alegro de que me duela porque me recuerda que lo jodí.-

– Oh, bueno, es hora de la fiesta de la compasión. Sigue entonces, estás entre amigos. -

– Yo debería haber previsto que se filtraría en el personal.-

– ¿Por qué?- Roarke la miró, trató de no sonreír cuando la miró fruncir el ceño ante el siguiente bocado de dulces. -Desde donde estoy sentado hubo más problemas de los que vale la pena -o debería haber habido.-

– Porque él es cuidadoso. Tuvo una mejor cubierta. El que mira a todos aquellos trajes negros ve nada más que otro traje negro. Le dio más acceso permitiéndole elegir su momento, que fue el pico. -

– Y añadió el riesgo de ser tomado por los funcionarios y administradores que conocen a las personas asignadas a cada suite o memorial. Te voy a decir por qué se fue de esa manera -tomó un riesgo innecesario- si quieres mi opinión sobre ello. -

– Voy a tomar tu punto de vista en él.-

– Podría echar un vistazo a su trabajo, de cerca, darse otra palmadita en la espalda a él mismo.- Ajustando su velocidad, Roarke se coló a través de una luz en amarillo. -Él ofrece algunas flores, le da una mirada. Y yo apuesto a que esperaba tomarse unas fotos para recordarlo con cariño. -