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– Maldita sea. Maldita sea, eso es exactamente lo que él haría. -Ella arrastró una mano por el pelo, la retiró. -Lo perdí.-

– Es fácil verlo desde este lado, analizar el por qué después de los hechos. Su juventud es parte de lo mismo -cuidado e impulso- y lo más probable es que ella haya sido su primer asesinato. Esta es su misión, y habría tenido cuidado de no correr riesgos. Ahora, tiene los ingredientes para un agradable álbum de recuerdos. -

– Vamos a mantener esto entre nosotros, por ahora. Dejé a MacMasters en el equipo. No tiene por qué escuchar esto. -

– ¿Es sensato, dejarlo participar?-

– Voy a averiguarlo.-

Se tomó su tiempo para llegar a la sala de conferencias. Ella quería que todos estuvieran reunidos cuando llegó. Caminó con fuerza, parándose al frente de la sala, esperando a que Roarke se sentara.

– A partir de ahora el capitán MacMasters se une a este equipo. Voy a tomar los informes individuales y analizarlos. Antes de hacerlo, quiero que la persona que compartió el boceto del sospechoso con el detective Cunningham, y posiblemente otros, se identifique. -

Ella no necesitó una mano levantada, una confesión, no cuando vio los ojos del Oficial Flang.

– Flang, explíquese-.

– Teniente, yo sólo estaba tratando de ayudar. Se estaba llenando realmente de gente allí, y si teníamos más ojos…

– ¿Le di o no le di una orden directa al respecto, Oficial, cuando se planteó la cuestión en la sesión informativa antes de la operación?-

– Sí, señor, pero…

– Tengo que asumir, Oficial, que se considera más capaz de dirigir la operación que yo, que usted cree que su juicio superior al mío.-

– No, señor, yo pensé…

– Usted pensó que era aceptable desobedecer una orden directa de un funcionario superior. Está equivocado. Está en el informe, Oficial Flang, y está despedido. -

– Teniente…

– No diga nada-. Su orden congeló la sala cuando Flang se marchitó visiblemente bajo su mirada. -Es más, si una gota, -una sola gota- de este dispositivo se filtra, me ocuparé de que usted sea acusado de obstrucción a la justicia. Quiero una lista de todos los nombres con los que compartió esta información en mi escritorio dentro de quince minutos. Ahora, repito, oficial, está despedido. -

La sala quedó en silencio como una tumba cuando Flang salió.

– Si alguien cree que su juicio es mejor que el mío, o que seguir las órdenes es opcional, ahí está la puerta.- Ella esperó dos minutos, oyendo el zumbido del silencio. -Ahora, vamos a repasar todos los pasos de este Clusterfuck (Término militar para una operación en la que varias cosas han ido mal) desde todos los ángulos, a continuación, simplificaremos el esquema, mejoraremos y volveremos a refinar la operación para mañana.

– Feeney. La seguridad-.

CAPITULO VEINTIUNO

BIEN ENTRADA LA NOCHE, CON CADA POSIBLE contingencia estudiada, disecada y vuelta a tratar, Eve cruzó las puertas de su casa con Roarke.

Summerset, acechando como de costumbre, arqueó una ceja. -Veo que ha tenido su arreglo facial mensual, teniente.

– Trina estará aquí mañana. Tal vez pueda ocuparse de su cadáver. -

Eva frunció el ceño mientras subía por las escaleras. -Maldita sea, fue débil. Lo suyo fue mejor. Lo suyo fue bueno. Sólo una cosa más por lo que estar enojado. -

– Me sorprende que tengas energía para discutir. Quiero una hora en la bañera de hidromasaje. -

Ella rodó los hombros tensos, e hizo una mueca cuando el movimiento le envió nuevos dolores. -Eso suena bien. Tengo dolores por todas partes. -

– Prepara la bañera, ¿por qué no te metes, y así ambos tenemos una oportunidad? Voy a conseguir para ambos un vaso de vino muy grande. -

– Hemos cubierto todo.- Ella fue al baño para ordenar el agua, la temperatura. Cuando la ancha tina comenzó a llenarse, explicó los pasos y etapas de la operación de mañana.

– No puedo pensar en otra cosa que dejamos fuera. Es un espacio más pequeño, más controlado. No hay exceso de población civil. Mientras la señora Mimoto está allí, sólo tiene el tiempo suficiente para entrar… Mejor, mejor para el caso si se le cae la careta, pero lo podemos tomar antes si ella se ve inestable. Tenemos suficiente. -

La chapuza de hoy, pensó, había sacudido su confianza, le hacía dudar. -Déjalo a un lado por un rato. Piensas demasiado en eso. -Él entró con dos vasos de vino muy grandes.

– El operativo de contingencia siempre fue el mejor escenario. Quería tomarlo hoy, encerrarlo, pero… -Su boca se abrió cuando Roarke se quitó la camisa. -Mierda. Yo no sabía que te golpearon. -

– Mmm.-Miró al espejo, y vio la sinfonía de golpes a lo largo de sus costillas. -Mi segunda cara favorita, evitar cualquier contacto violento, pero una buena parte del resto de mí se siente como que hubiera estado diez rounds con el campeón, y llevado lo peor para ello. Aquello era una casa de locos sangrientos. -

– Tenemos suerte de que nadie tuvo que hacer uso de las instalaciones.- Ella se quitó su propia camiseta, y Roarke trazó con las yemas de sus dedos sus heridas.

– Ay-.

– Eso es exactamente correcto.- Después de quitarse el resto de la ropa, se hundió en el agua caliente. -Oh Dios. Gracias, Jesús. -

– Cuando hayamos terminado con esto, vamos a jugar al doctor.- Él entró, maldijo. -¡Maldita sea, Eve, está lo suficientemente caliente como para escaldar la piel.-

Abrió un ojo para mirarlo. -Te vas a sentir bien cuando estés completamente adentro con los chorros sobre ti. ¡Oh, mamá! -

Tuvo que reírse mientras se deslizaba en la bañera ancha a su lado. A lo mejor perder unas pocas capas de la piel, -especialmente las heridas y maltratadas capas- no era tan mala idea. En cualquier caso, compartir una tina de agua caliente agitada (cerca de estar sangrientamente hirviendo) con su esposa al final del día costaba muy poco.

Tomó el vino, tomó un largo trago. -Puede ser que sienta el lado humano una vez que termine esto.-

– Vamos, chico duro. Rata callejera de Dublín. Te han golpeado las costillas antes. -

– Soy mayor ahora, ¿no es así?- Cerró los ojos, dejó que el ritmo de agua caliente y la espuma frotara los dolores.

– Pero no más blando.- Para demostrarlo, perdió la mano por su pecho, lo encontró, lo acarició. -No, no más blando.-

Sus labios se curvaron. -Por lo tanto, tú quieres remover algo más que un poco de agua caliente.-

– Supongo que te lo debo.- Ella cambió posiciones hasta quedar a horcajadas sobre él, y vio la diversión y la luz de la lujuria en sus ojos. -¿Cuántas veces imaginas que has conseguido moretones o sangre desde que nos conocimos?-

– Dejé de contar hace mucho tiempo.- Sus manos acariciaron su espalda mientras se abría, lo tomaba -Ah, allí está. Mejor que el vino para hacerme olvidar los problemas. -

Ella tomó el vino de él, bebiendo incluso mientras subía y bajaba, subía y bajaba. -Todo es con fines medicinales-.

– Yo soy un excelente paciente.-

Ella llevó el vaso a los labios, lo bebió antes de colocarla a un lado, antes de poner los labios sobre él. -Es bueno-murmuró contra su boca. -Es bueno.-

Lento y fluido, con los remolinos de agua golpeando, el vapor del calor que aumentaba se movieron juntos. Aquí, con tanta comodidad como pasión, ella apoyó la cabeza en su hombro, dejó que su cuerpo diera a ambos placer.

La cresta, un brillo largo, líquido, trajo un suspiro de tranquilidad.

– Es bueno estar en casa-, le dijo.

– Siempre.-

– Ahora que nos sentimos humanos, vamos a permanecer aquí revolcándonos.-

Él envolvió sus brazos alrededor de ella, cerró los ojos otra vez, y se revolcó.

Sexo fácil y un largo baño calmaron los dolores. Sin embargo, él no la dejaría vestirse hasta que hubiera corrido una varilla sobre los moretones para ayudarlos a sanar, y obtenido otra envoltura fría para su cara.