– Por ahora a Palm Springs, después quien sabe. A donde quieras.
– ¿Cuándo?
– Ahora mismo. Hoy. Mañana. La semana que viene. El mes que viene. Cuando quiera que puedas. Te estoy pidiendo que te cases conmigo. Que estés conmigo ahora y siempre. Sé que puede sonar un poco precipitado, una decisión irracional, pero he estado esperando desde el primer grado.
Brina sonrió. No había sonado precipitado o irracional, no para ella.
– Seré tu amiga, tu amante y tu mujer. Me casaría contigo hoy. Mañana. La semana que viene. El mes que viene. -Presionó su frente con la de el-. Quiero estar contigo ahora y siempre.
RACHEL GIBSON
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