Hresh se volvió y comenzó a caminar hacia la Ciudad de Yissou. Pronto empezaría el festín. Taniane se sentaría a su derecha, y Minbain a su izquierda, y si la tribu de Harruel tenía vino, bebería cuanto pudiera, y un poco más aún, ya que era una noche de celebración como nunca antes se había visto. Sin duda. Caminó más deprisa, y luego comenzó a trotar, y luego a correr.
Detrás, decenas de miles de miles de comehielos recién nacidos, refulgentes de vida, se dispersaban para celebrar su llegada a la Nueva Primavera del mundo.
Título originaclass="underline" At winter’s end
Traducción: Paola Tizzano
©1988 Robert Silverberg
©1990 Ediciones B, SA.
ISBN: 978-84-406-1415-5
Bailén, 84-08009 Barcelona, España
Edición digital de Carlos Palazón Valencia, marzo de 2002 R6 04/02