En el lento movimiento, él retiró su mano de en medio de sus piernas y se llevó sus dos dedos brillantes a la boca. Sus labios se separaron, saboreándola mientras el los chupaba con simple pasión. Cuando él tragó, cerró sus encendidos ojos.
– Eres increíblemente hermosa.
Su respiración se congeló. Y luego se redobló cuando él se deslizó hacia abajo por su cuerpo, poniendo sus manos en el interior de sus muslos. Ella se tensó cuando él intentó separarle las piernas.
– No me detengas, Mary. -Él besó su ombligo y luego su cadera, esparciéndose ampliamente. -Necesito más de ti en mi boca, a través de mi garganta.
– Rhage, yo…Oh, Dios.
Su lengua le dio un golpe caliente sobre su centro, produciéndole estragos sobre su sistema nervioso. Él levantó su cabeza y la miró. Y luego bajó hacia abajo y la lamió otra vez.
– Me matas. -Dijo él, acariciándola con su aliento dónde le dolía. Él frotó su cara sobre ella, su crecida barba le produjo una suave raspadura cuando él se bañó en su centro.
Ella cerró los ojos, pareciendo que iba a volar.
Rhage hociqueó y luego capturó su caliente carne con sus labios, chupando, entonces tirando, incluso moviendo rápidamente su lengua. Cuando ella se arqueó sobre el suelo, una de sus manos fue al pequeño trasero de ella, ya otra se colocó sobre su vientre inferior. Él la sostuvo mientras la trabajaba, impidiendo a su cuerpo que se separara de su boca cuando ella se movía.
– Mírame, Mary. Mira lo que te hago.
Cuando ella lo hizo, ella tuvo una visión momentáneamente de su rosada lengua lamiéndola por encima de su hendidura y eso fue todo. La liberación la rompió, pero él solo continuó. Parecía que no había ningún final en su concentración o su técnica.
Finalmente ella tendió la mano, necesitando la gruesa longitud llenándola. Él se resistió y luego hizo algo pecaminoso con sus colmillos. Cuando ella se desató otra vez, él miró su orgasmo, sus brillantes ojos azules que la miraban desde el medio de sus piernas, ensombrecidos, muy brillantes. Después de que todo hubiese terminado, ella dijo su nombre como una ronca pregunta.
En un fluido movimiento él se puso de pie y se alejó de ella. Cuando se giró, su aliento salió en un silbido.
Un magnífico tatuaje, multicolor cubría toda su espalda. El diseño era el de un dragón, una temible criatura con cinco garras y un cuerpo, poderoso cuerpo. Desde su lugar de descanso, la bestia la miraba fijamente, como si en realidad la viera a través de sus ojos blancos. Y mientras Rhage se paseaba, la cosa se movía con las ondulaciones de sus músculos y piel, cambiando de posición, hirviendo.
Como si quisiera salir, pensó ella.
Sintiendo una obligación, Mary tiró la manta por encima de su cuerpo. Cuando ella levantó la vista, Rhage caminaba por la habitación.
Y todavía, aquel tatuaje la miraba fijamente.
Capítulo 23
Rhage caminaba alrededor de la sala de estar, intentando apagar la quemazón. Había sido bastante difícil mantener su cuerpo bajo control antes de poner su boca sobre ella. Ahora que su lengua conocía su sabor, su columna vertebral ardía, la extensión de la quemadura iba hasta cada músculo que tenía. Su piel temblaba por todas partes, causando tal comezón que quería pasarse por papel de liza.
Cuando se frotó los brazos, sus manos temblaban de modo incontrolable.
Dios, tenía que alejarse del olor de su sexo. De la vista de ella. Del saber de que podría tomarla ahora mismo porque ella le habría dejado.
– Mary, tengo que estar solo un ratito. -Él echó un vistazo hacia la puerta del cuarto de baño. Voy a entrar allí. Si alguien viene a la casa o escuchas algo insólito, quiero que me avises inmediatamente. Pero no tardaré.
Él no la miró cuando cerró la puerta.
En el espejo sobre el lavabo, sus pupilas brillaron blancas en la oscuridad.
Oh, Jesús, no podía cambiar. Si la bestia salía ahora…
El miedo por la seguridad de Mary envió a su corazón un sprint haciendo peor la situación.
Joder. ¿Que iba a hacer? ¿Y por qué le pasaba esto? Por qué…
Para. Solo para este pensamiento. Para el pánico. Vuelve ocioso tu motor interno. Entonces podrás preocuparte todo lo que quieras.
Él bajó la tapa del wc y sentó sobre ella, descansando sus manos sobre las rodillas. Obligó a sus músculos a relajarse concentrándose en sus pulmones. Sacando el aire por su nariz y inhalando por la boca, se concentró en el mantener de su respiración buena y lenta.
Adentro y afuera el aire. Adentro y afuera el aire.
El mundo retrocedió hasta que todos los sonidos, visiones y olores fueron encerrados y solo existiera su respiración.
Solo su respiración.
Solo su respiración.
Solo su…
Cuando se calmó, abrió los ojos y levantó las manos. El temblor había desaparecido. Y una Mirada rápida al espejo mostró que sus pupilas eran negras otra vez. Apoyó los brazos sobre el lavadero y se hundió sobre ellos.
Después de que fue maldito, el sexo había sido un instrumento practicable que lo ayudaba a tratar a la bestia. Cuando tomaba a una mujer, y estaba lo suficientemente estimulado para liberarse cuando lo necesitara, pero excitación nunca llegaba al nivel donde la bestia era provocada. Ni mucho menos.
Con Mary, todas las apuestas estaban desconectadas. No pensó que tendría que concentrarse tanto para entrar en ella, mucho menos hacerlo al orgasmo. Aquel madito temblor que ella le provocaba disparaba su camino sexual directamente a una zona peligrosa.
Él suspiró. La única gracia parecía ser que podía recuperarse rápidamente. Si él se alejaba de ella, si era capaz de controlar sus nervios, entonces podía manejar los sentimientos de tal intensidad. Gracias a Dios.
Rhage usó los servicios, se lavó a la cara en el lavadero y se secó con una toalla de manos. Cuando abrió la puerta, se preparó psicológicamente. Tenía el presentimiento de que cuando volviera a ver a Mary, el sentimiento volvería un poco.
Pasó.
Ella estaba sentada sobre el diván vestida con caquis y un buzo de lana. La luz de la vela amplió la ansiedad en su cara.
– Hey. -Dijo él.
– ¿Estás bien?
– Sí. -Él se frotó la mandíbula. -Siento todo esto. A veces necesito un minuto
Sus ojos se ensancharon.
– ¿Qué? -Preguntó él.
– Son casi la seis. Has estado allí dentro durante casi ocho horas.
Rhage maldijo. Demasiado tarde para arreglarlo. -Yo no sabía que había pasado tanto tiempo.
– Yo, ah, investigué un par de veces. Estaba preocupada…De todos modos, Alguien te llamó. ¿Roth?
– ¿Wrath?
– Ese es el nombre. Tu teléfono continuó sonando y sonando. Entonces contesté. -Ella se miró las manos.- ¿Estás seguro de que estás bien?
– Ahora lo estoy.
Ella suspiró y lo soltó. La espiración no alivió la tensión de sus hombros.
– Mary, yo…-Maldita sea, ¿que iba a decirle para no ponerle las cosas más difíciles?
– Está bien. Independientemente de lo que ha pasado ¿estás bien?
Él fue al diván y se sentó a su lado.
– Escucha. Mary, quiero que vengas conmigo esta noche. Quiero llevarte a algún sitio donde estés a salvo. Los lessers, aquellas cosas del parque, probablemente vendrán a buscarte y ellos buscarán aquí primero. Ahora eres un objetivo porque estás aquí conmigo.
– ¿A dónde vamos a ir?
– Quiero que te quedes conmigo. -Asumiendo que Wrath los permitirá entrar por la puerta. -Esto es demasiado peligroso para ti, y si los asesinos vienen a por ti, será pronto. Hablaremos esta noche. Vente conmigo durante unos días hasta que sepamos que hacer.
Soluciones a más largo plazo lo evadieron en este momento, pero él las encontraría. Ella se había convertido en su responsabilidad cuando él la había mezclado en su mundo y no iba a dejarla indefensa.
– Confía en mí sobre esto. Solo un par de días.