Ella lo besó con fuerza. -Oh, Dios, te amo. Ella respiró.
– ¿Incluso si significa que vas a tener que vivir con la bestia? Por que la maldición ahora es perpetua. Como una piedra. Para siempre.
– Te dije, que está bien por mí. -Ella rió. -Significa, vamos. Es una cosa amable, del tipo Godzilla. Y lo veré como un dos por uno en el trato.
Lo ojos de Rhage destellaron blancos cuando la derribó y puso su boca sobre su cuello.
– Me alegro de que te guste. -Murmuró él, sus manos tirando de su camisa. -Por que los dos somos tuyos. Nos tendrás por el tiempo que quieras.
– Esto será para siempre. -Dijo ella cuando se dejó ir.
Y se deleitó con todo el amor.
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