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Una criatura. De la nada.

No había observado lo suficiente, y mientras corría, volvió la mirada hacia atrás otra vez para asegurarse de que no lo perseguían. El camino de atrás estaba todavía claro, y en el camino de delante estaba el camión. Cuando llegó, se lanzó adentro, encendió el motor, y le dio al acelerador.

La primera orden del asunto era separarse de la escena. Una masacre como ese iba a atraer atención, ya fuera por lo que se veía y parecía, como el rato en que había ocurrido o por lo que quedó cuando hubo terminado. En segundo lugar había que hacer un reconocimiento. El Sr. X se iba a super cabrear por esto. El floreciente escuadrón de O había desaparecido, y los otros lessers a los que había invitado a observar la disciplina sobre E estaban muertos, también. Seis asesinatos en menos de media hora.

Y maldición, él no sabía mucho sobre el monstruo que había hecho el daño. Estaban colgando el cuerpo de E en el árbol cuando el Escalade se había acercado al lado del camino. Un guerrero rubio había salido, tan grande, tan rápido, que obviamente era un miembro de La Hermandad. Había habido otro varón con él, también increíblemente letal, incluso un humano, aunque solo Cristo sabía lo que ese tipo estaba haciendo con los dos hermanos.

La pelea había seguido aproximadamente durante ocho o nueve minutos. O se había colocado adelante del rubio, le había dado puñetazos muchísimas veces sin efecto visible en la resistencia del vampiro o en su fuerza. Dos de ellos habían sido profundos cuando uno de los otros lessers había disparado una pistola. O tuvo que agacharse rápidamente y rodar, casi le habían dado. Cuando había mirado hacia arriba, el vampiro se agarraba fuertemente el hombro y caía hacia atrás.

O se había abalanzado sobre él, queriendo matarlo, pero cuando saltó hacia adelante, el lesser con la pistola había tratado de alcanzar al mismo vampiro. El idiota había tropezado con la pierna de O y habían caído al suelo los dos. Entonces la luz apareció y el monstruo salió. ¿Era posible que esa cosa hubiese venido de cierta manera del guerrero rubio? Hombre, qué arma secreta podría ser.

O imaginó al guerrero, recordando cada aspecto del varón desde sus ojos, su cara incluso las ropas que llevaba puestas y la forma en que se movía. Tener una buena descripción del hermano rubio sería crucial para los interrogatorios de la sociedad. Preguntas más específicas a los cautivos probablemente les conduciría entonces a mejores respuestas.

E información sobre los hermanos era lo que estaban buscando. Después de décadas simplemente golpeando civiles, los lessers ahora apuntaban hacia La Hermandad específicamente. Sin esos guerreros, la raza de los vampiros sería completamente vulnerable, y los asesinos finalmente podrían terminar su trabajo erradicando la especie.

O fue hacia el aparcamiento en el local indicado por el láser, pensando que la única cosa buena de la tarde había sido cuando había matado a E lentamente. Volcar su irritación en el cuerpo del asesino había sido como beber una cerveza fresca en un día caliente de verano. Satisfecho. Calmado.

Pero lo que luego había sucedido lo había puesto al borde del camino.

O le dio a la tecla de su teléfono y marcó rápidamente. No había razón para esperar hasta llegar a casa para hacer un informe. La reacción del Sr. X pensó que sería peor si las noticias se retrasaban.

– Hemos tenido una situación. -Dijo cuándo la llamada tuvo contestación.

Cinco minutos más tarde colgó el teléfono, dio la vuelta al camión, y volvió a la zona rural del pueblo.

El Sr. X había requerido una audiencia. En su cabaña privada en el bosque.

Capítulo 6

Rhage sólo podía ver sombras, mientras sus ojos eran incapaces de enfocar o filtrar demasiada luz. Odiaba la pérdida de facultades e intentó rastrear lo mejor que pudo las dos formas grandes que se movían a su alrededor. Cuando las manos lo agarraron por las axilas y lo golpearon por encima de sus tobillos, gimió.

– Tranquilo, Rhage, vamos a levantarte durante un segundo, ¿vale? Dijo V.

Una bola de fuego de dolor atravesó como un relámpago su cuerpo cuando lo movieron y lo colocaron en la parte de atrás del Escalade. Lo pusieron en el suelo. Las puertas se cerraron. El motor se encendió con un bajo ronroneo.

Tenía tanto frío que sus dientes castañeteaban, e intentó sortear todo lo que estaba cerca de sus hombros. No podía mover las manos, pero alguien le tiró encima lo que parecía una chaqueta.

– Solo mantente allí, chico grande.

Butch. Era Butch.

Rhage luchó por hablar, odiando el apestoso sabor de su boca.

– Nah, relájate, Hollywood. Estate tranquilo. V y yo te llevaremos a casa.

El coche comenzó a moverse, mientras golpeaba a lo largo y a lo ancho de su espalda sobre la carretera. Él gimió como un afeminado, pero no podía ayudar. Sentía su cuerpo como si lo hubieran golpeado en todas partes con un bate de baseball tipo A, con una alcayata al final.

Y los huesos y doloridos músculos eran su menor problema comparados con su estómago. Rezaba para llegar a casa antes de vomitar en el coche de V, pero no había ninguna garantía sobre que aguantara tanto. Sus glándulas salivales tenían trabajo extra, de manera que tuvo que tragar repetidamente. Lo cual hizo que se le dispara el reflejo de atragantarse. Que instó en la náusea a volver. Que le hizo querer…

Tratando de salirse de la espiral, él respiró lentamente a través de su nariz.

– ¿Cómo va por ahí, Hollywood?

– Prométeme. La ducha. Lo primero.

– Lo conseguiste colega.

Rhage creía haberse desmayado porque se despertó cuando estaba siendo transportado en el coche. Escuchó voces familiares. De V. De Butch. Un gruñido profundo que sólo podría ser Wrath.

Perdió la conciencia otra vez. Cuando volvió, algo frío estaba contra de su espalda.

– ¿Puedes pararte para mi? -Preguntó Butch.

Rhage lo intentó y agradeció cuando sus muslos aceptaron su peso. Y ahora que estaba fuera del coche, la náusea iba un poco mejor.

Sus oídos percibieron el dulce ruido de un campanilleo, y un momento más tarde una rápida calentura sobre su cuerpo.

– ¿Cómo está, Rhage? ¿Demasiado caliente? -La voz de Butch. Estaba encima.

El poli estaba en la ducha con él. Y olía a tabaco turco. V también debía estar en el cuarto de baño.

– ¿Hollywood? ¿Está demasiado caliente para ti?

– No.-Él cogió el jabón, andando a tientas. -No puede ver.

– Mejor. No hay ninguna razón para que sepas lo que parecemos juntos desnudos. Francamente, estoy lo suficientemente traumatizado por los dos.

Rhage sonrió un poco cuando una manopla pasó sobre su cara, cuello y pecho.

Dios, se sentía fantástico. Estiró el cuello hacia atrás, dejando al jabón y al agua que lavaran los restos de la obra de la bestia.

Demasiado pronto se acabó la ducha. Una toalla estaba envuelta alrededor de sus caderas mientras con otra lo secaban completamente.

– ¿Hay alguna otra cosa que podamos hacer por ti antes de echarte? – Preguntó Butch.

– Alka-Seltzer. En el armario.

– V, vamos a infundirle algo de ánimo a esta mierda, ¿verdad?-Butch colocó su brazo en la cintura de Rhage. -Apóyate en mí, colega. Bien, de acuerdo -! para! Maldición, tenemos que dejar de alimentarle.

Rhage dejó que lo dirigieran a través del suelo de mármol y sobre la alfombra del dormitorio.

– Bien, chico grande, baja.

Oh, sí. La cama. La cama era buena.

– Mira quien está aquí. Es la enfermera Vishous.