– Las pediré para ti.
– No eres un caballero. – V retiró hacia atrás su cabello oscuro. Los tatuajes de su sien izquierda aparecieron y luego quedaron encubiertos otra vez. -¿Necesitas el Escalade esta noche?
– Sí, gracias. – Butch metió sus pies en sus mocasines de Gucci, sin sentarse.
– ¿Entonces vas a ir a ver a Marissa?
Butch asintió. -Necesito saberlo. De una u otra manera.
Y él tenía el presentimiento de que iba a ser la otra.
– Ella es una buena mujer.
Ella seguro por todos los infiernos que lo era, por lo cuál probablemente era por lo que no le devolvía sus llamadas. El ex-policía quien como buen escocés no era exactamente buen material para relacionarse con las mujeres, humanas o vampiras. Y el hecho de que él no era una de esas cosas no lo ayudaba en la situación.
– Bien, poli, Rhage y yo estaremos relajándonos en el One Eye. Vienes y nos buscas cuando lo hayas hecho.
Un golpe, como si alguien golpeara la puerta principal con un ariete, hizo que giraran sus cabezas.
V se subió la toalla. -Maldita sea, el chico volador tiene que aprender a usar el timbre de la puerta.
– Intenta hablarle. Él no me escucha.
– Rhage no escucha a nadie. – V bajó corriendo hacia vestíbulo.
Cuando el estruendo se silenció, Butch fue hacia su extensa colección de corbatas. Escogió una Brioni azul claro, volvió el cuello de su blanca camisa, y colocó la seda alrededor de su cuello. Cuando salió de la sala de estar, pudo oír a Rhage y a V hablando sobre ¿”RU still down” de Tupac?
Butch tuvo que reírse. Hombre, su vida le había llevado a un montón de lugares, muchos de ellos peligrosos, pero nunca había pensado que terminaría viviendo con seis vampiros guerreros. O estando en los alrededores de las peleas para proteger su decreciente especie oculta. En cierta forma, sin embargo, él tenía un lugar con la Black Dagger Brotherhood. Y Vishous, Rhage y él formaban un trío impresionante.
Rhage vivía en la mansión cruzando el patio con el resto de los Brotherhood, pero el triunvirato estaba fuera de la casa del guarda, donde V y Butch cayeron. El Pit, como era conocido el lugar, era un dulce alojamiento comparado con la casucha en la que Butch había vivido. Él y V tenían dos dormitorios, dos cuartos de baño, una cocina, y una sala de estar que estaba decorada con un atractivo estilo, Sótano de casa de Fraternidad Un par de divanes de cuero, TV de pantalla de plasma de alta definición, un futbolito, y bolsos de gimnasio por todas partes.
Cuando Butch entró en el cuarto principal, obtuvo una vista del conjunto de Rhage para la noche: trinchera negra de cuero que caía desde sus hombros hasta sus tobillos. Remera negra metida en los pantalones de cuero.Botas de combate, lo hacían sobrepasar los 2,05 m. Así vestido, el vampiro era sin ninguna duda, extremadamente atractivo. Aun para un hetero reconocido como Butch.
El hijo de puta realmente doblaba las leyes de la física, era muy atractivo. El cabello rubio estaba cortado corto atrás y más largo en la frente. El azul de sus ojos eran del color del agua del mar de las Bahamas. Y la cara hacía que Brad Pitt se viera como un candidato para The Swan.
Pero él no era un niño de mamá, pese a ser fascinante. Algo oscuro y letal hervía detrás de un relumbrante exterior, y tú lo sabías al minuto de verlo. Él emitía las vibraciones de un tipo que mientras sonreía, hacía la aclaración directamente con sus puños, incluso si escupía entre dientes mientras se encargaba del asunto.
– ¿Qué estás haciendo, Hollywood?-Preguntó Butch.
Rhage sonrió, mostrando un espléndido set perlado con esos largos caninos. -Haciendo tiempo para salir, poli.
– Maldición, vampiro ¿no tuviste bastante anoche? Esa pelirroja parecía un asunto serio. Y también su hermana.
– Ya me conoces. Siempre hambriento.
Sí, bien, afortunadamente para Rhage, había una corriente interminable de mujeres más que felices para complacer sus necesidades. Y dulce Jesús, el tipo las tenía. No bebía. No fumaba. Pero él corría entre las damas como Butch nunca había visto.
Y no es que Butch conociese a muchos niños del coro.
Rhage miró hacia V. -Ves a vestirte, hombre. A menos que ¿Estás pensando en ir al One Eye con una toalla?
– Deja de cronometrarme, mi hermano.
– Entonces mueve el culo.
Vishous se levantó de detrás de la pesada mesa donde estaba el equipo informático que podía dar a Bill Gates una erección. Desde este centro de mando, V ejecutaba y supervisaba los sistemas de seguridad del recinto del Brotherhood, incluyendo la casa principal, las instalaciones subterráneas de entrenamiento, el Tomb y su Pit, así como también el sistema de túneles subterráneos que interconectaban los edificios. Él controlaba todo: las contraventanas replegables de acero que había instaladas en cada ventana; las cerraduras en las puertas de acero; la temperatura en las habitaciones; la iluminación; las cámaras de seguridad; las verjas.
V había preparado el equipo entero por sí mismo antes de que el Brotherhood se hubiese movido hacía tres semanas. Los edificios y túneles estaban preparados desde principios de 1900, pero en su mayor parte no habían sido utilizados. Después de los acontecimientos en julio, no obstante, la decisión había sido tomada para consolidar las operaciones de los Brotherhood, y todos ellos habían venido aquí.
Mientras V se dirigía a su dormitorio, Rhage sacó un Tootsie Roll Pop de su bolsillo, desgarró el rojo envoltorio, y se lo metió en la boca. Butch podía sentir como el tipo miraba fijamente. Y no se sorprendió cuando el hermano conectó con él.
– De manera que no puedo creerme que te vistas de la mejor manera para hacer un viaje al One Eye, poli. Supongo, éste es un servicio peligroso, incluso para ti. La corbata, los gemelos de los puños de la camisa son todos nuevos, ¿Verdad?
Butch alisó la Brioni sobre su pecho y alargó la mano para coger la chaqueta de Tom Ford que hacía juego con sus amplios pantalones negros. Él no quería comentar lo de Marissa. Solo hablar del tema con V había sido suficiente. Además, ¿qué podía decirle él?
Ella me cerró las puertas cuando me la encontré, y me evita desde hace tres semanas. Así que en lugar de tomar la indirecta, me encabezono y mendigo como un perdedor desesperado.
Bien, él realmente quería sacar a relucir eso delante del Sr. Perfecto, incluso aun cuando el tipo era un buen camarada.
Rhage dio la vuelta a la piruleta en su boca. -Dime una cosa. ¿Por qué pierdes el tiempo con las ropas, hombre? No tienes que hacer nada con tu mojo. Me refiero, te veo siempre rechazando a las mujeres en la barra. ¿Estás intentando salvarte del matrimonio?
– Yup. Tienes razón. Tienen que llevarme atado para que camine por ese pasillo.
– Vamos, Realmente tengo curiosidad. ¿Estás reservándote para alguien? -Cuando sólo hubo silencio, el vampiro se rió suavemente. -¿La conozco?
Butch entrecerró los ojos, sopesando si la conversación terminaría más rápidamente si él cerrase la boca. Probablemente no. Una vez que Rhage empezaba, no lo dejaba hasta que él decidía que se había acabado. Hablaba de la misma forma que mataba.
Rhage negó con la cabeza tristemente. -¿Ella no te necesita?
– Lo sabremos esta noche.
Butch verificó su nivel de dinero en efectivo. Dieciséis años como detective de homicidios no habían forrado mucho sus bolsillos que digamos. Ahora estaba colgado del Brotherhood. Tenía muchos verdes, posiblemente no podría gastarlos lo suficientemente rápido.
– Que tengas suerte, poli.
Butch lo miró de arriba abajo. ¿Cómo lo comprendes?
– Siempre me he preguntado como sería vivir con una mujer que valiese la pena.
Butch se rió. El tipo era un dios sexual, una leyenda erótica en su raza. V le había contado que historias sobre Rhage habían pasado de generación en generación cuando el tiempo era el correcto. La idea que de podría cambiar para ser el marido de alguien era absurda.