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De "Si acaso", 1972

LAS CUATRO DE LA MADRUGADA

Hora de la noche al día. Hora de un costado al otro. Hora para treintañeros.
Hora acicalada para el canto del gallo. Hora en que la tierra niega nuestros nombres. Hora en que el viento sopla desde los astros extintos. Hora y-si-tras-de-nosotros-no-quedara-nada.
Hora vacía. Sorda, estéril. Fondo de todas las horas.
Nadie se siente bien a las cuatro de la madrugada. Si las hormigas se sienten bien a las cuatro de la madrugada, habrá que felicitarlas. Y que lleguen las cinco, si es que tenemos que seguir viviendo.

De "Llamando al Yeti," 1957

LAS TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS

Cuando pronuncio la palabra Futuro, la primera sílaba pertenece ya al pasado. Cuando pronuncio la palabra Silencio, lo destruyo. Cuando pronuncio la palabra Nada, creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

MONÓLOGO PARA CASANDRA

Soy yo, Casandra. Y ésta es mi ciudad bajo las cenizas. Y éste es mi bastón y éstas mis cintas de profeta. Y ésta es mi cabeza llena de dudas.
Es verdad, triunfo. Mi cordura llegó a golpear el cielo con un rojo resplandor. Sólo los profetas que no son creídos tienen esas vistas. Sólo aquellos que empezaron a hacer mal las cosas, y todo podría haberse cumplido tan pronto como si nunca hubieran existido.
Ahora recuerdo con claridad cómo la gente, al verme, callaba en mitad de la frase. La risa se cortaba. Se separaban las manos. Los niños corrían hacia sus madres. Ni siquiera conocía sus efímeros nombres. Y esa canción sobre la hoja verde… nadie la terminó en mi presencia.
Yo los amaba. Pero los amaba desde lo alto. Desde encima de la vida. Desde el futuro. Un lugar siempre hay vacío de donde qué más fácil que divisar la muerte. Lamento que mi voz fuera áspera. Mírense desde las estrellas -gritaba-, mírense desde las estrellas. Me oían y bajaban la mirada.
Vivían en la vida. Llenos de miedo. Condenados. Desde que nacían en cuerpos de despedida. Pero había en ellos una húmeda esperanza, una llama que se alimentaba con su propio parpadeo. Ellos sabían qué era un instante, fuera el que fuera antes de que… Yo tenía razón. Sólo que eso no significa nada. Y éstas son mis ropas chamuscadas. Y éstos, mis trastos de profeta. Y ésta, la mueca de mi rostro. Un rostro que no sabía que pudiera ser hermoso.

De "Mil alegrías -Un encanto-" 1967

MOVIMIENTO

Tú aquí lloras, y allí bailan. Y allí lloran en tu lágrima. Allí fiesta, allí alegría. Sin saber nada de nada. Casi luz en los espejos. Casi llamas de unas velas. Casi patios y escaleras. Casi puños, casi gestos. El hidrógeno informal y el oxígeno a la par. Los granujas cloro y sodio. Ese golfo del nitrógeno en cortejo. Que se alza, se evapora. Gira y gira bajo el cielo. Tú aquí lloras, a eso juegas. Eine kleine Nachtmusik. ¿Tú quién eres, bella máscara?

De "Mil alegrías -Un encanto-" 1967

NADA DOS VECES

Nada sucede dos veces ni va a suceder, por eso sin experiencia nacemos, sin rutina moriremos.
En esta escuela del mundo ni siendo malos alumnos repetiremos un año, un invierno, un verano.
No es el mismo ningún día, no hay dos noches parecidas, igual mirada en los ojos, dos besos que se repitan.
Ayer mientras que tu nombre en voz alta pronunciaban sentí como si una rosa cayera por la ventana.
Ahora que estamos juntos, vuelvo la cara hacia el muro. ¿Rosa? ¿Cómo es la rosa? ¿Como una flor o una piedra? Dime por qué, mala hora, con miedo inútil te mezclas. Eres y por eso pasas. Pasas, por eso eres bella. Medio abrazados, sonrientes, buscaremos la cordura, aun siendo tan diferentes cual dos gotas de agua pura.

De "Llamando al Yeti", 1957

OPINIÓN SOBRE LA PORNOGRAFÍA

No hay mayor lujuria que el pensar. Se propaga este escarceo como la mala hierba en el surco preparado para las margaritas.
No hay nada sagrado para aquellos que piensan. Es insolente llamar a las cosas por su nombre, los viciosos análisis, las síntesis lascivas, la persecución salvaje y perversa de un hecho desnudo, el manoseo obsceno de delicados temas, los roces al expresar opiniones; música celestial en sus oídos.
A plena luz del día o al amparo de la noche unen en parejas, triángulos y círculos. Aquí cualquiera puede ser el sexo y la edad de los que juegan. Les brillan los ojos, les arden las mejillas. El amigo corrompe al amigo. Degeneradas hijas pervierten a su padre. Un hermano chulea a su hermana menor.
Otros son los frutos que desean del prohibido árbol del conocimiento, y no las rosadas nalgas de las revistas ilustradas, pornografía esa tan ingenua en el fondo. Les divierten libros que no están ilustrados. Sólo son más amenos por frases especiales marcadas con la uña o con un lápiz.

De "Gente en el puente", 1986

PARÁBOLA

Ciertos pescadores sacaron del fondo una botella. Había en la botella un papel, y en el papel estas palabras: "¡Socorro!, estoy aquí. El océano me arrojó a una isla desierta. Estoy en la orilla y espero ayuda. ¡Dense prisa. Estoy aquí!" – No tiene fecha. Seguramente es ya demasiado tarde. La botella pudo haber flotado mucho tiempo, dijo el pescador primero. – Y el lugar no está indicado. Ni siquiera se sabe en qué océano, dijo el pescador segundo. – Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla "Aquí" está en todos lados, dijo el pescador tercero. El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema.