LA LECCIÓN
Quién que (*) el rey Alejandro con quién, con qué con una espada
corta de un tajo a quién, qué el nudo gordiano.
Esto no se le había ocurrido antes a quién, a qué nadie.
Había cien filósofos
– ninguno lo había desenredado.
No es extraño que ahora se escondan por los rincones.
La soldadesca los agarra por esas barbas
de chivo, histéricas, canosas
y estalla un estruendoso quién, qué risa.
Basta
Lanzó el rey una mirada desde debajo de su penacho,
monta en su caballo, se pone en camino.
Y tras él, en la trompa de las trompetas, en el tambor de los
tamboriles,
quién, qué un ejército compuesto de quién,
de qué de pequeños nudos,
para quién, para qué para el combate
De "La sal", 1967
EL MONO
Expulsado del paraíso antes que el hombre
por tener ojos tan contagiosos
que mirando por el jardín
hasta a los ángeles entristecía
de manera imprevista. Esta es la razón por la que
debió, aunque sin humilde acuerdo,
instalar aquí en la tierra
sus magníficos predios.
Saltarín, prénsil y atento,
mantiene su gracia hasta hoy