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Ivory supo sin que Gregori tuviera que decírselo que ella tenía que proporcionar la luz para reparar las fracturas del alma de Razvan y sacar esa pequeña astilla de maldad. Las palabras eran poderosas, la verdad y la justicia de las mimas unirían su mente fracturada. Podían sintonizarse con el verdadero ritmo del cuerpo de Razvan para restaurar el equilibrio y extraer el fragmento del mal de la sangre. Pero el corazón…

No sé cómo amar, sanador. Había desesperación en su voz. Perdí esa emoción hace mucho tiempo. Él se perderá por mi causa.

Hay muchas clases de amor, Ivory, y tú eres capaz de todas ellas. Él es un guerrero primero. Ámalo por eso. Es un hombre sólo que luchó por todos los que lo rodeaban y no sucumbió a la oscuridad cuando otros la abrazaron con mucho menos motivos. Ámalo por eso. Encuentra lo que tienes para dar y será suficiente ya que él nunca ha tenido nada.

Ivory tomó aliento y se tranquilizó. La fe del sanador era convincente. Se sintió calmada. Ésta era una batalla por la cordura de un hombre, por su alma, y ganarían porque tenían que hacerlo.

Cuándo extirpemos los pedazos de Xavier, las astillas necesitarán encontrar un anfitrión. Gregori habló tanto para Razvan como para Ivory.

Algo en la voz de Gregori hizo que todo en ella se inmovilizara.

Hace mucho tiempo, experimenté con lo prohibido y rompí nuestras leyes. Tengo una necesidad de comprender cómo funcionan las cosas y violé nuestras leyes sagradas para averiguarlo.

La confesión fue proporcionada libremente, pero Ivory supo que había más que eso. Gregori no sólo quería advertirles lo que debían esperar, sino que también les daba a Razvan e Ivory un pedazo de él mismo ya que sabía tantas cosas terribles de la vida de Razvan. Era un gran riesgo para Gregori admitir tal cosa y ella respetó al sanador mucho más.

Lo qué fue colocado dentro de ti, Razvan, puede ser extirpado. Yo he hecho esto mismo.

Razvan permaneció silencioso un largo momento mientras Gregori esperaba su condena. Razvan suspiró antes de hablar. A veces, lo que comenzó como algo equivocado puede ser convertido en algo bueno. Rezo porque éste sea el caso. Estoy listo, pero no corras el riesgo de que puedas abrirte a él.

Ivory comenzó a cantar, sincronizando sus tonos al ritmo natural del cuerpo de Razvan. Gregori e Ivory emparejaron el latido del corazón, el aliento en los pulmones, para que las notas fluyeran por todos juntos, vibrando en cada célula y órganos. La sangre entraba corriendo dentro y fuera de su corazón, bajando y fluyendo en las venas.

Llamo a la sangre que fluye, caliente como la marea,

busca al que es oscuro, retenido todavía adentro.

Calor pulsante, extiéndete y quema,

limpiando y limpiando lo que es poco claro.

Como el sonido de ondas rodando, el canto se extendió por las venas de Razvan mientras el calor se extendía como si fuera lava fundida, caliente, espeso y purificador. Cada célula abrazó el infierno húmedo, los músculos y los órganos se estiraron en su busca. El calor reunió vapor, alzándose, acelerando mientras la canción cambiaba de ritmo. Las notas proporcionaron la purificación, cada una de ellas sintonizadas con el mismo ritmo exacto para que sólo esa pequeña astilla oscura oculta en las venas, huyendo ante el calor purificador, fuera discordante.

Gregori se movió rápidamente ahora que la astilla huía, murmuró las palabras para exorcizar a Xavier del cuerpo de Razvan. Atrapó el fragmento diminuto para que no pudiera hacer una madriguera u ocultarse, sus palabras la mantuvieron prisionera.

Ivory comenzó a cantar otra vez, las notas cambiaron a unas de inmenso poder, sus palabras resonaron a través de la mente de Razvan. La voz de Gregori se unió a la suya en perfecta armonía, y luego el contrapunto, llamando, ordenando.

Buscamos al que es oscuro, el que ha yacido en barbecho.

Te ordenamos que te adelantes de la oscuridad y la sombra.

Te ordenamos, Xavier, que salgas a la luz.

Eliminamos cada parte de ti, Xavier, de la mente de Razvan.

Razvan podía oír, como desde una gran distancia, el sonido de las voces de Gregori e Ivory alzándose, las notas sintonizadas exactamente con el ritmo de su cuerpo, las palabras poderosas y exigentes. Sabía que las palabras eran poderosas. Nombres. Les oyó llamar al alto mago, el nombre reverberó por su mente, exigiendo que saliera, exigiendo a su amargo enemigo que saliera y no regresara. Oyó el antiguo idioma cárpato, el latido de su corazón, su pulso, y supo que no estaba solo.

Gregori e Ivory andaban con él, andaban a zancadas hacia el fragmento parasitario con confianza y maestría absolutas. Realmente sintió el momento en que la astilla se hizo una bola y rodó, desesperada por escapar de la fidelidad y pureza de las palabras de purificación. Una vez más fue Gregori quien condujo el fragmento a la prisión con el primero.

La canción de Ivory cambió. Su voz se volvió suave y amante mientras llamaba a los recuerdos de sus pérdidas, la niñez y sus fuertes hermanos que la sostenían apretadamente. Ella recordó el amor que sentía por su familia, intenso y apasionado. Vertió ese amor en la canción. Su voz era poderosa y persuasiva, trayendo lágrimas a los ojos de todos los que la oían.

El corazón que es puro con el cuerpo agotado,

te encuentro hermoso estando cansado y solo.

Te doy mi corazón, derramaré tus lágrimas,

toma mi mano, yo sostendré todos tus temores.

Te doy mi palabra, ningún vínculo nos conecta,

te doy mi amor libremente para que ningún daño te pueda atacar.

Habiendo luchado una larga guerra, resistiendo a muchas penas,

que sepas que aunque estés fatigado, soy tu mañana.

Adhiérete a mis palabras, oye la canción que canto,

permítele hundirse profundamente para que puedas encontrar la paz una vez más.

Ella cambió las palabras, cantando en homenaje a un guerrero, fuerte y puro y completamente solo en un mundo de locura. El honor lo guiaba, el amor por su hermana, por su pueblo, un código que él se negaba a romper sin importar lo que le hicieran. Cantó la canción de homenaje a un guerrero, el amor se vertía en cada nota. Cuanto más se movía entre los recuerdos de Razvan y veía su vida, la manera en que había luchado por mantener su honor en medio de la locura que lo rodeaba, la manera en que se adhería apenas a la cordura cuando se enfrentaba a lo que Xavier había forzado a su cuerpo a hacer, las matanzas, procrear con mujeres, alimentarse de sus propias hijos, apuñalar a su tía. Las lágrimas lo ahogaron, y el amor fluyó del corazón de ella al de él, llenándolo hasta que no hubo otra emoción aparte del amor. La astilla huyó, incapaz de soportar la emoción verdadera e impoluta que Xavier nunca podría sentir. Gregori rodeó el fragmento con su fuerza y lo condujo a unirse con los demás en la oscuridad.

Ivory sabía que salvar el alma de Razvan era tarea para ella sola. Ella era su otra mitad. El alma de Razvan también era suya. Un intruso había invadido y había osado habitar, tomar lo que era suyo por derecho. Razvan no la había reclamado, no había unido sus almas, pero cada vez que estaban cerca, ella sentía el tirón entre ellos, fuerte e intenso. Cambió la canción otra vez, esta vez cantando de su alma a la de él, pidiendo a su verdadero compañero que la aceptara, que se uniera con ella, que aceptara su fusión. Su luz sería demasiado para alguien tan malvado como Xavier.