– Hasta la vista, Clodia.
Hasta la vista, Gordiano. Me lanzó una mirada de despedida y se reclinó en las almohadas, poniendo el anillo en su pecho.
Atravesé la pradera en dirección a donde estaba Davo. Clodia lo había dicho a la perfección: Diana seguía mis pasos. Todos seguían mis pasos.
Si al menos supiera hacia dónde me dirigía…
Si al menos tuviera la más mínima idea de lo que nos reservaba la vida…
Davo descansaba a la sombra de un roble. Cuando me aproximé, se puso en pie y se sacudió la ropa.
– Si al menos supiera hacia dónde me dirijo… murmuré en voz alta.
– Pero, amo, yo creo que es obvio.
– ¿Qué?
Sonrió.
– Ahora vamos a casa, ¿no?
Lancé un suspiro de alivio.
– Sí, Davo. ¡A casa!
Nota del autor
Las fuentes del asesinato de Clodio y del juicio de Milón son notables por sí mismas. El texto del discurso de Cicerón en pro de Milón que nos ha llegado (probablemente una versión corregida del que intentó pronunciar, y mejorada para la publicación) nos da una visión de los sucesos claramente arbitraria e injusta. Habría sido una gran historia aun en el caso de que fuera todo lo que tenemos para seguir adelante, pero no tendríamos ni idea de lo que realmente sucedió en la Vía Apia.
(Y si Cicerón hubiera sido capaz de pronunciar su discurso intacto, Milón no habría sido condenado… Esa, al menos, fue la base de una amarga broma para Milón. Cuando Cicerón, orgullosamente, le envió una copia revisada, Milón señaló que había sido una buena cosa que el orador no hubiera podido desarrollar un discurso tan conmovedor…, de otra forma Milón aún estaría en Roma y no desterrado en Masilia, disfrutando de sus magníficos salmonetes.)
Afortunadamente, durante el siglo siguiente, el erudito Quinto Asconio Pediano escribió unas guías de estudio para, que las utilizaran sus hijos cuando leyeran los discursos de Cicerón y uno de los comentarios que han llegado hasta nuestros días analizaba el Pro Milone. Hoy en día se lee como una especie de precursor del género «crimen verdadero». Asconio nos da detalles fascinantes sobre las desesperadas maniobras parlamentarias y el frenético control de los daños p r ambas partes tras la muerte de Clodio. Describe los entresijos del juicio, incluyendo la selección del jurado. Y lo más importante, nos ofrece una versión del asesinato completamente distinta de la de Cicerón.
En los días de Cicerón, como ahora, los abogados de- la defensa no se avergonzaban de aparecer con fantasiosos e incluso vergonzosos puntos de vista para absolver a sus clientes. Entonces, como ahora, los juicios públicos y demasiado largos eran un problema, aunque la solución pompeyana de un solo día habría parecido demasiado radical incluso al norteamericano más saturado de telejuicios.
El Pro Milone está disponible en la edición Penguin de los Selected Political Speeches de Cicerón, traducidos por Michael Grant, y en el volumen 14 de las obras ciceronianas de la Loeb Classical Library, traducido por N. H. Watts, que también incluye una versión abreviada de los comentarios de Asconio. [Para la traducción española de la presente novela se ha manejado el texto de «En defensa de T. Anio Milón», en Cicerón, Discursos IV, Biblioteca Clásica Gredos, 1994, edición de José Miguel Baños Baños.] El texto completo de Asconio se puede encontrar en Commentaries on Five Speeches of Cicero, editados y traducidos por Simon Squires (Bristol Classical Press and Bolchazy-Carducci Publishers, 1990). Nuestro conocimiento de los tumultuosos sucesos del año 522 a.C. Procede de numerosas fuentes de diversa importancia y confianza, a, saber, las descripciones y los comentarios de Apiano, César, Veleyo Patérculo, Plutarco, Quintiliano y Dión Casio, y las cartas de Cicerón.
Crucial para cualquier descripción del asesinato y el juicio es desentrañar los detalles conflictivos y la secuencia cronológica de los sucesos Tres trabajos de historiadores modernos han hecho mucho por ordenarlo todo: la edición comentada de Albert C. Clark del Pro Milone (Oxford at the Clarendon Press, 1895), Cicero and Milo de A. W. Lintott (The Journal of Roman Studies 64, 1974) y The Trial of Milo in 52 B.C.: A Chronological Study de James S. Reubel (Transactions of the American Philological Association 109, 1979).
En deferencia a su erudición (y por la coherencia del relato), me he apoyado principalmente en la cronología de Reubel.
¿Fue crucial el asesinato de Clodio en lo que sucedió después? Así como el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo en 1914 suele considerarse la chispa que inició la Primera Guerra Mundial, el asesinato de Clodio puede considerarse el que precipitó una cadena de sucesos que condujeron a la guerra civil entre Pompeyo y César y a la disolución de la República de Roma. Según las notas de Michael Grant, el Pro Milone «arroja una luz esclarecedora sobre el caos salvaje y la política de venganzas que caracterizaron los últimos días de la Repú blica y que contribuyeron a hacer inevitable que esta institución antaño poderosa llegara a su final y fuera reemplazada por una autocracia».
Claude Nicolet diserta sobre este punto aún más explícitamente en The World of the Citizen in Republican Rome (University of California Press, 1988): «La intervención de las tropas de Pompeyo fue además profética: fue el toque de difuntos de la República libre y, por la misma razón, de la política romana y de la oratoria en el Foro. La plebe romana pensaba que había obtenido una victoria intimidando a Cicerón y enviando a Milón al destierro; pero lo único que había hecho había sido preparar el camino para la guerra civil y, por lo tanto, para el Imperio».
Gran parte de mi investigación la hice en la Doe Library y (algo subrepticiamente) en la Sala de Lectura de los Clásicos de la Universi dad de California-Berkeley. Quiero dar las gracias personalmente a Penni Kimmel por leer el manuscrito; a Rick Solomon por diversas formas de estímulo y comprensión; a Terri Odom por leer las galeradas, y a mi editor en St. Martin's Press, Keith Kahla.
Steven Saylor
STEVEN SAYLOR se graduó en Historia por la Universidad de Tejas. Su pasión por la escritura le llevó a trabajar de editor y a publicar numerosos artículos y cuentos en diversos periódicos y revistas de San Francisco, tales como San Francisco Bay Guardian, Ellery Queens Mistery Magazine y Magazine of Fantasy and Science Fiction.
Su serie de novelas policiacas ambientadas en pleno apogeo del Imperio Romano, que él mismo denominó ROMA sub rosa (sub rosa: “dícese de lo furtivo y encubierto”), tienen como protagonista a Gordiano el sabueso, sagaz detective y amante de la buena vida que resuelve con aparente desparpajo los casos más enmarañados, tales como los que se plantean en los cinco casos que componen esta serie.
[Quien tenga interés en conocer algo más del autor puede consultar http://www.stevensaylor.com/]