Выбрать главу

John se volvió hacia Emma. "Habría traído una para usted, también, pero no parece que haya abandonado ningún zapato en mi propiedad recientemente. "

Emma sonrió ampliamente y bajó la vista hacia sus pies. "Rectificaré eso de inmediato. "

John meditó que le gustaba enormemente la duquesa de Alex. Era algo fácil e indoloro, supuso. A diferencia de su prima, ella no hacía que su corazón se desbocara y la respiración se le atascara siempre que la veía.

"Quizás, debería limitarme a darle una de mis zapatillas ahora," añadió Emma, "y así usted podría devolvérmela la próxima vez que cene con nosotros. "

"¿Es una invitación? "

"Por supuesto, Blackwood," intervino Alex. "Siempre serás bienvenido aquí. "

El cuarteto intercambió cortesías durante un cuarto de hora, esperando la llamada que anunciaba la cena. Belle permaneció sentada en silencio, estudiando subrepticiamente a John, meditando sobre por qué habría hecho algo tan dulce como envolver su botín como un regalo después de haber actuado tan groseramente esa tarde. ¿Cómo se suponía que debía reaccionar ella? ¿Quería ser su amigo otra vez? Mantuvo una débil sonrisa pegada sobre la cara, maldiciéndolo silenciosamente por hacerla sentir tan confusa.

Los pensamientos de John estaban ocupados de un modo similar, preguntándose como diablos reaccionaria Belle con él esa noche. Posiblemente no podía entender todas las razones por las que él necesitaba mantener las distancias, y el Señor sabía que él no podía explicárselas. La violación, no era, después de todo, un tema aceptable para una charla superficial.

Cuando la comida estuvo lista, Emma susurró algo en el oído de Alex y entonces él se puso en pie y la tomó del brazo. "Me disculparás si desafío las convenciones y escolto a mi esposa a la mesa," dijo, sonriendo libertinamente. "Belle, estaremos en el comedor de diario. Emma pensó que sería más cómodo."

John se puso en pie y ofreció una mano a Belle mientras la otra pareja desaparecía del cuarto. "Parece que nos han dejado completamente a solas. "

"Supongo que lo han hecho intencionadamente."

"¿Eso cree? "

Belle aceptó la mano de John y se incorporó. "Debería tomarlo como un cumplido. Eso significa que a Emma le gusta."

"¿Y le gusto a usted, Belle? "

Hubo una larga pausa, seguido de un rotundo, "No".

"Supongo que no merezco nada mejor." Dejó que su mano cayera al costado.

Ella se giró. "No, no lo merece. No puedo creer que tuviera el valor de venir a cenar esta noche."

"Me invitaron, si recuerda. "

"Debería haber rehusado. Debería haber enviado una nota diciendo que estaba enfermo, o que su madre estaba enferma, o su perro o su caballo. Cualquier cosa para evitar aceptar la invitación. "

Él no podía decir nada más que, "Por supuesto, tiene razón. "

"Uno simplemente no… Uno no besa a alguien y luego le habla en el modo en que usted me habló. No es cortés. No es amable, y… "

"¿Y usted es siempre amable? "

Su voz no contenía el menor matiz de burla, lo cual la aturdió. "Trato de serlo. El Señor sabe que traté de ser amable con usted."

Él inclinó la cabeza. "Ciertamente lo hizo. "

"Yo…" Ella se interrumpió y levantó la mirada hacia él. "¿Ni siquiera va a discutir conmigo?"

Él se encogió de hombros en un gesto fatigado. "¿Con qué propósito? Usted obviamente tiene razón, y yo, como de costumbre, estoy equivocado."

Belle lo contempló desconcertada, boquiabierta por el asombro. "No le entiendo."

"Probablemente es mejor que ni lo intente. Le pido disculpas, por supuesto, por mi comportamiento de esta mañana. Fue imperdonable."

"¿Por el beso o por sus horribles palabras de después? " La pregunta brotó de su boca antes de que pudiera detenerla.

"Por ambos."

"Acepto su disculpa por sus insultos."

"¿Y por el beso? "

Belle mantuvo los ojos clavados en la luna que brillaba al otro lado de la ventana. "No hay ninguna necesidad de pedir disculpas por el beso. "

A John se le atascó la respiración en el pecho. "No estoy seguro de entender lo que quiere decir, milady," dijo con cautela.

"Sólo tengo una pregunta." Belle arrancó su mirada de la luna y se obligó a mirarlo a él. "¿Hice algo mal? ¿Algo que le ofendiera? "

John soltó una áspera carcajada, incapaz de creer lo que oía. "Oh Dios, Belle, si solo supiera." Se pasó los dedos por el pelo y luego plantó las manos sobre sus caderas. "No podría ofenderme ni aunque lo intentara."

Cientos de emociones encontradas revolotearon en el corazón y la mente de Belle en el espacio de un segundo. En contra de su buen juicio, rozó su brazo. "¿Entonces qué sucedió? Tengo que saberlo."

John inspiró entrecortadamente, antes de girarse para quedar frente a ella. "¿Realmente quiere saber la verdad? "

Ella asintió.

Él abrió la boca, pero pasaron varios segundos antes de que sus labios formaran palabras. "No soy el hombre que usted cree que soy. He visto cosas… " Cerró la boca, y un músculo tembló espasmódicamente en su garganta mientras él luchaba para controlar las emociones que pasaban por su rostro. "He hecho cosas. Estas manos… " Bajó la vista a sus manos como si fueran algo ajeno a él. Su voz descendió a un ronco susurro. "Soy un bastardo codicioso, Belle, simplemente por haberla besado esta mañana. No soy digno ni de tocarle. "

Belle lo contempló, horrorizada por el dolor grabado en sus rasgos. ¿Cómo podía él no ver lo qué estaba tan claro para ella? Había algo dentro de él. Algo tan bueno… Parecía brotar y resplandecer desde su misma alma. Y él pensaba que no valía nada. No sabía qué le había sucedido para hacerlo sentir así, pero su dolor la devastó. Dio un paso hacia él. "Se equivoca."

"Belle," susurró él, "es usted una ingenua. "

Silenciosamente, ella negó con la cabeza.

John se perdió en la profundidad de sus ojos, y que el cielo lo ayudara pero no pudo detener el lento descenso de sus labios hacia los de ella.

Por segunda vez en ese día, Belle sintió que la asaltaba la poco familiar sensación de deseo mientras su cuerpo se inclinaba hacia el de él. Su boca rozó suavemente la de ella, y Belle, audazmente, deslizó su lengua a lo largo de la suave piel de su labio inferior, tal y como él había hecho esa mañana. La reacción de John fue explosiva, tirando bruscamente de ella y estrechándola contra él, necesitando sentir el calor de su cuerpo presionado contra suyo.

El íntimo contacto hizo sonar la alarma en la mente de Belle, y suavemente se separó de él. Tenía las mejillas ruborizadas, sus ojos brillaban, y bastantes más rizos enmarcando su rostro que tan solo unos minutos antes. "Alex y Emma nos esperan en el comedor," le recordó, jadeante. "Vamos a llegar bastante tarde. "

John cerró los ojos y exhaló, ordenando mentalmente a su cuerpo que se enfriara. Después de un momento le ofreció el brazo, curvando la boca en una sonrisa torcida que no se reflejó en sus ojos. "Culparemos de nuestra tardanza a mi pierna."

Belle sintió una inmediata oleada de simpatía por él. Era un hombre orgulloso y no le iba a gustar admitir que su herida era la causa del retraso. "Oh, no, no será necesario. Emma siempre se queja de que ando demasiado lenta. Les diré que le estaba mostrando una de las pinturas de la galería. Alex posee un Rembrandt maravilloso."

John colocó su índice contra sus labios. "Shh, le echaremos la culpa a mi pierna. Ya es hora de que esta condenada me reporte alguna ventaja. "

Salieron del salón, y Belle notó que él recorría bastante rápido los largos pasillos que conducían al comedor. "Avíseme cuando estemos llegando," le susurró él al oído.

"Es justo a la vuelta de la esquina. "

John redujo tanto la velocidad que Belle pensó que se habían detenido. Cuando echó un vistazo a sus piernas, notó que él cojeaba mucho más ostensiblemente que de costumbre. "Es usted terrible," lo reprendió. "Sé que puede flexionar mucho más la pierna. "