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La posiciуn de Droushnakovi era perfecta. El ъltimo guardia muriу mientras trataba de abrir la cubierta del vehнculo blindado. Un conductor, protegido dentro del segundo vehнculo, optу por la prudencia y tratу de escapar. El arco de plasma de Koudelka, lanzado al mбximo de su potencia, detonу sobre el coche cuando йste aceleraba en la esquina. El vehнculo patinу violentamente produciendo chispas a su paso, y se estrellу contra un edificio.

Sн, їy toda, la estrategia de esta misiуn no se basaba en que debнamos permanecer invisibles?, pensу Cordelia vertiginosamente, mientras corrнa. Ella y Droushnakovi llegaron junto a Alys Vorpatril al mismo tiempo; las dos ayudaron a la temblorosa mujer a levantarse.

— Debemos salir de aquн — le dijo Bothari, quien abandonу su posiciуn para acercarse a ellas.

— Buena idea — convino Koudelka cuando estuvo frente a toda aquella carnicerнa espectacular. Resultaba sorprendente lo silenciosa que estaba la calle. No permanecerнa asн mucho tiempo, sospechaba Cordelia.

— Por aquн. — Bothari seсalу un callejуn estrecho y oscuro -. Deprisa.

— їNo deberнamos llevarnos ese coche? — preguntу Cordelia, seсalando el vehнculo terrestre.

— No. Es fбcil de rastrear. Y no podrб pasar por los sitios adonde nos dirigimos.

Cordelia no estaba segura de que Alys estuviese en condiciones de correr, pero volviу a colocarse el aturdidor en la cintura y cogiу un brazo de la mujer. Drou la sujetу por el otro, y entre las dos la condujeron tras el sargento. Al menos esta vez Koudelka no serнa el mбs lento del grupo.

Alys estaba llorando, aunque no de forma histйrica; sуlo se volviу una vez para mirar el cuerpo de su esposo, y luego se concentrу en tratar de correr. No le resultaba fбcil. Estaba muy pesada, y se sujetaba el vientre tratando de mitigar las sacudidas.

— Cordelia — murmurу, pero no tuvo tiempo ni aliento para pedir ninguna clase de explicaciуn.

No se habнan alejado mбs de tres calles cuando Cordelia oyу las primeras sirenas en la zona que acababan de abandonar. Sin embargo Bothari parecнa haber recuperado todo el control de sн mismo. Atravesaron otro estrecho callejуn, y Cordelia notу que habнan cruzado a una regiуn de la ciudad donde las calles no estaban alumbradas. Sus ojos se esforzaron por ver en la bruma oscura.

Alys frenу bruscamente y permaneciу inclinada, jadeando. Cordelia notу que tenнa el vientre duro como una piedra; la parte trasera de su bata estaba empapada.

— їComienzas a tener dolores de parto? — le preguntу. No sabнa por quй hacнa esa pregunta; la respuesta saltaba a la vista.

— Ya hace un dнa y medio que… esto empezу — respondiу Alys. Parecнa incapaz de incorporarse -. Creo que rompн aguas allб, cuando ese maldito me arrojу al suelo. A menos que sea sangre… pero he perdido tanto que si lo fuera ya me habrнa desmayado. Ў Ah, cуmo duele! — Su respiraciуn se tornу mбs lenta, y enderezу la espalda con esfuerzo.

— їCuбnto le falta? — preguntу Kou, alarmado.

— їCуmo voy a saberlo? Soy nueva en esto. Usted sabe tanto como yo — replicу Alys Vorpatril. Un poco de ira para calmar el miedo. Aunque no servнa de nada; era como pretender calentarse con un vela en medio de una tempestad.

— Muy poco, dirнa yo — se escuchу la voz de Bothari en la oscuridad -. Serб mejor que continuemos.

Alys Vorpatril ya no podнa correr, pero logrу caminar bastante rбpido, deteniйndose cada dos minutos a descansar. Luego fue cada minuto.

— No lograremos llegar hasta allн — murmurу Bothari -. Espйrenme aquн.

Desapareciу por un… їpasadizo? Allн todas las calles parecнan callejones frнos y malolientes, demasiado estrechos para los coches terrestres. Sуlo habнan visto a dos personas en aquel laberinto, acurrucadas contra una pared, y se habнan apartado cuidadosamente para pasar.

— їPuede hacer algo para retenerlo? — preguntу Kou al ver que lady Vorpatril volvнa a doblarse -. Deberнamos… conseguir un mйdico o algo.

— Por eso saliу el idiota de Padma — dijo Alys con los dientes apretados -. Le supliquй que no lo hiciera… Ўoh Dios! — Despuйs de unos momentos, agregу -: La prуxima vez que tenga vуmitos, Kou, le sugiero que cierre la boca y trague… Ўno se trata exactamente de un reflejo voluntario! — Volviу a enderezarse, temblando violentamente.

— Ella no necesita un mйdico, necesita un lugar donde tenderse — dijo Bothari desde las sombras -. Por aquн.

Los condujo unos metros hasta una puerta de madera que poco antes habнa estado cerrada con tablas clavadas a la pared. A juzgar por las astillas, йl acababa de abrirla a puntapiйs. Cuando estuvieron en el interior con la puerta cerrada otra vez, Droushnakovi se atreviу a sacar una linterna del bolso. El haz de luz iluminу una habitaciуn pequeсa, vacнa y sucia. Bothari la inspeccionу rбpidamente. Dos puertas mбs habнan sido reventadas, pero todo estaba en silencio y oscuro. — Tendrб que servir — suspirу Bothari. Cordelia se preguntу quй diablos debнan hacer. Ella lo sabнa todo respecto a transferencias placentarias y cesбreas, pero sуlo podнa guiarse por la teorнa en lo concerniente a partos naturales. Era probable que Alys Vorpatril supiese aъn menos que ella, Drou todavнa menos, y Kou era un completo ignorante.

— їAlguien ha presenciado un parto alguna vez?

— Yo no — murmurу Alys. Sus ojos intercambiaron una mirada significativa.

— No estбs sola — dijo Cordelia con valentнa. La confianza debнa ayudarla a relajarse… debнa ayudarla a algo -. Todos te ayudaremos.

Con una extraсa renuencia, Bothari dijo:

— Mi madre era comadrona. A veces me llevaba con ella para que la ayudase. No es nada del otro mundo.

Cordelia controlу sus cejas. Era la primera vez que oнa a Bothari mencionar a alguno de sus padres.

El sargento suspirу. A juzgar por las miradas de los demбs, era evidente que acababa de asumir la tarea.

— Prйsteme su chaqueta, Kou.

Koudelka obedeciу muy galante y se dispuso a abrigar a la temblorosa seсora Vorpatril. Pareciу un poco desanimado cuando el sargento cubriу los hombros de Alys con su propia chaqueta y extendiу la de Koudelka bajo sus caderas. Allн tendida parecнa menos pбlida, pero de pronto contuvo el aliento y lanzу una exclamaciуn, mientras los mъsculos de su abdomen volvнan a tensarse.

— Quйdese conmigo, seсora Vorkosigan — murmurу Bothari. їPara quй?, se preguntу Cordelia. Pero lo comprendiу cuando йl se arrodillу y levantу suavemente las prendas de Alys Vorpatril.

Me quiere para que actъe como mecanismo de control. Pero la matanza parecнa haber consumido esa horrible oleada de lascivia que habнa distorsionado su rostro, allб en la calle. Ahora su mirada sуlo mostraba un interйs normal. Afortunadamente, Alys Vorpatril estaba demasiado absorta en sн misma para notar que la expresiуn de Bothari no era tan profesional como йl hubiese deseado.

— Aъn no ha aparecido la cabeza del bebй — les informу -. Pero ya falta poco.

Otro espasmo y despuйs de mirar a su alrededor, Bothari agrego:

— Serб mejor que no grite, seсora Vorpatril. Ya deben estar buscбndonos.

Ella asintiу con la cabeza y agitу una mano con desesperaciуn. Drou consiguiу un jirуn de tela, lo enroscу y se lo dio para morder.

Y asн permanecieron un buen rato, observando cуmo su ъtero se contraнa en un espasmo tras otro. Alys parecнa completamente atormentada, gritando en silencio, mientras las contracciones se producнan cada vez con mбs frecuencia. La cabeza del bebй asomу, con cabellos oscuros, pero pareciу atascarse allн.