Выбрать главу

Segъn Aral, la economнa de Barrayar era muy prуspera a pesar de las pйrdidas sufridas en la ъltima guerra. En esta ocasiуn la superficie del planeta no habнa sufrido ningъn daсo. El terramorfismo del segundo continente abrнa nuevas fronteras cada dнa, y cuando Sergyar, el nuevo planeta, estuviese listo para la colonizaciуn, el efecto se triplicarнa. Faltaba mano de obra en todas partes, y los salarios subнan. Se consideraba que en Barrayar faltaba poblaciуn. Vorkosigan decнa que la situaciуn econуmica era un obsequio de los dioses, en un sentido polнtico. Cordelia pensaba lo mismo, pero por motivos mбs personales: multitudes de pequeсos Vorkosigan…

Podнa tener una hija. No sуlo una, sino dos… Ўhermanas! Cordelia nunca habнa tenido una hermana. La esposa del capitбn Vorpatril tenнa dos, segъn le habнa dicho.

Cordelia habнa conocido a la seсora Vorpatril en una de las raras veladas polнtico-sociales en la Residencia Vorkosigan. El personal de la casa habнa organizado y asistido al evento. Cordelia sуlo habнa tenido que presentarse apropiadamente vestida (habнa adquirido mбs ropa), sonreнr mucho y mantener la boca cerrada. Lo que hizo fue escuchar fascinada, tratando de comprender aъn mбs acerca de cуmo funcionaban las cosas allн. Alys Vorpatril tambiйn estaba embarazada. Lord Vorpatril las habнa presentado para luego marcharse rбpidamente. Naturalmente, hablaron de la experiencia que ambas compartнan. La seсora Vorpatril se habнa quejado mucho por las molestias que estaba sufriendo. Cordelia decidiу que ella debнa de ser afortunada; la medicina para evitar las nбuseas, la misma fуrmula quнmica que utilizaban en casa, funcionaba bien, y ella sуlo se sentнa cansada, no por el peso del bebй, que aъn era diminuto, sino por la sorprendente carga metabуlica «Orinar para dos», tal como lo describнa Cordelia. Bueno, despuйs de haber estudiado matemбtica espacial de espacio cinco, їtan difнcil podнa ser la maternidad?

Sin considerar las horribles historias obstйtricas susurradas por Alys, por supuesto. Hemorragias, ataques, problemas de riсуn, lesiones en el parto, interrupciуn del aporte de oxнgeno al cerebro del feto, criaturas cuyas cabezas habнan crecido mбs allб del diбmetro pйlvico y trabajos de parto espasmуdicos que habнan causado la muerte tanto de la madre como del niсo… Las complicaciones mйdicas sуlo constituнan un problema si el momento del parto encontraba a la mujer sola en un lugar aislado, y con el tropel de guardias que la rodeaban resultaba bastante difнcil que eso le ocurriese a ella. їBothari como comadrona?, pensу con un estremecimiento.

Cordelia se girу en el sillуn del jardнn y frunciу el ceсo. Ah, la primitiva medicina de Barrayar. Era cierto que las madres habнan parido durante cientos de miles de aсos, antes de que comenzaran los vuelos espaciales, con menos ayuda de la que habнa allн. De todos modos, no podнa evitar preocuparse.

Tal vez deberнa ira casa para el parto.

No. Ahora era una barrayaresa, y habнa prestado juramento como el resto de los lunбticos. El viaje demoraba dos meses. Y ademбs, hasta donde ella sabнa, allн todavнa estaba pendiente una orden de arresto contra ella, acusбndola de deserciуn militar, sospecha de espionaje, fraude, violencia… probablemente habнa hecho mal al tratar de ahogar en su acuario a aquel estъpido psiquiatra del ejйrcito. Cordelia suspirу al recordar su apresurada partida de la Colonia Beta. їSe limpiarнa su nombre alguna vez? No, mientras los secretos de Ezar se mantuviesen guardados en cuatro cabezas, desde luego.

No. Colonia Beta estaba cerrada para ella, la habнa expulsado. Barrayar no tenнa ningъn monopolio en lo que se referнa a estupidez polнtica, de eso estaba segura. Podrй arreglбrmelas en Barrayar. Junto a Aral. Por supuesto que sн.

Era hora de entrar. El sol le estaba produciendo un ligero dolor de cabeza.

4

A pesar de lo que habнa pensado al principio, a Cordelia no le resultу tan difнcil tratar al tropel de guardias personales que circulaban por su casa. Ella en Estudios Astronуmicos Betaneses y Vorkosigan en el servicio militar de Barrayar, ambos habнan aprendido lo que era la convivencia. Cordelia no necesitу mucho tiempo para comenzar a conocer a las personas de uniforme y a tratarlos en sus propios tйrminos. Los guardias formaban un grupo de jуvenes animosos, elegidos por su servicio y orgullosos de ello. Aunque cuando Piotr tambiйn se encontraba en la casa con todos sus hombres de librea, incluyendo a Bothari, se acentuaba la sensaciуn de estar viviendo en un cuartel.

Fue el conde quien sugiriу un torneo informal de combate cuerpo a cuerpo entre los hombres de Illyan y los suyos. A pesar de que el comandante de seguridad murmurу algo vago sobre efectuar un entrenamiento gratuito a expensas del emperador, montaron un cuadrilбtero en el jardнn trasero y la contienda se convirtiу en una tradiciуn semanal. Hasta Koudelka intervenнa como juez y arbitro, con Piotr y Cordelia como pъblico. Para satisfacciуn de esta ъltima, Vorkosigan asistнa siempre que se lo permitнan sus obligaciones; Cordelia sentнa que йl necesitaba descansar de la rutina a la cual se veнa sometido por su trabajo.

Una soleada maсana de otoсo, asistida por su doncella, Cordelia se estaba acomodando en el sillуn del jardнn para presenciar el espectбculo, cuando de pronto observу: — їY tъ por quй no participas, Drou? Sin duda te conviene la prбctica tanto como a ellos. La excusa para iniciar esta costumbre fue que todos debнan mantenerse en buena forma.

Droushnakovi mirу con anhelo el cuadrilбtero, pero dijo:

— Nadie me ha invitado, seсora. — Alguien ha cometido un descuido imperdonable. Ya verбs, ve a cambiarte de ropa. Tъ serбs mi equipo. Aral podrб buscarse el suyo hoy. Una buena competiciуn en Barrayar debe contar con al menos tres equipos, al menos eso dice la tradiciуn.

— ї Cree que estarб bien? — preguntу ella, dudosa -. Tal vez no les guste la idea.

Droushnakovi se estaba refiriendo a los que ella llamaba los «verdaderos» guardias, los hombres de librea. — A Aral no le importarб. Cualquiera que tenga alguna objeciуn podrб discutirlo con йl. Si se atreve. — Cordelia sonriу, y despuйs de devolverle la sonrisa, Droushnakovi se marchу.

Aral llegу para acomodarse a su lado, y ella le hablу de su plan. Йl alzу una ceja.

— їInnovaciones betanesas? Bueno, їpor quй no? Aunque prepбrate para las burlas.

— Estoy preparada. No se mostrarбn tan propensos a las bromas si logra derribar a algunos de ellos. Creo que podrб… en Colonia Beta esta muchacha ya serнa jefe de un comando. Desperdicia su talento dando vueltas a mi alrededor todo el dнa. Si no puede… bueno, entonces sabremos que no deberнa ser mi guardaespaldas, їno? — Cordelia lo mirу a los ojos.

— Me has convencido… Me asegurarй de que, en la primera vuelta, Koudelka le designe a un contrincante de altura y peso similares. En tйrminos absolutos es un poco pequeсa.

— Es mбs alta que tъ.

— Pero yo debo de pesar algunos kilos mбs que ella. De todos modos, tus deseos son уrdenes para mн. Uuf. — Se levantу de nuevo y fue a hablar con Koudelka para que apuntase a Droushnakovi en su lista. Cordelia no oнa lo que decнan al otro lado del jardнn, pero inventу su propio diбlogo basбndose en los gestos y expresiones, y lo siguiу en un murmullo:

— «Araclass="underline" Cordelia quiere que Drou participe. Kou: ЎOh! їPara quй queremos chicas? Araclass="underline" Es fuerte. Kou: Siempre lo complican todo, y luego empiezan con las lagrimitas. El sargento Bothari la aplastarб…» Hum, espero que tu gesto haya significado eso, Kou, o de otro modo te estбs volviendo obsceno… y borra esa sonrisa de tu rostro, Vorkosigan. «Araclass="underline" Mi mujercita insiste. Kou: Oh, estб bien.» ЎPuf! Transacciуn completa: el resto depende de ti, Drou.