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Koudelka se sentу en el compartimiento del vehнculo terrestre, junto al conductor uniformado. El comandante Illyan se acomodу frente a Cordelia y Vorkosigan, en el compartimiento trasero.

Este coche estб blindado, comprendiу Cordelia por. el grosor de la cubierta transparente que se cerraba sobre ellos. Ante una seсal de Illyan, el conductor comenzу a avanzar lentamente hacia la calle. Casi ningъn sonido lograba penetrar del exterior.

— Regente consorte. — Cordelia saboreу la frase -. їЙse serб mi tнtulo oficial?

— Sн, seсora — respondiу Illyan.

— їY hay deberes oficiales que lo acompaсen?

Illyan mirу a Vorkosigan, quien dijo:

— Pues, sн y no. Habrб que asistir a muchas ceremonias. Empezando por el funeral del emperador, que serб agotador para todos los afectados… excepto tal vez para el mismo emperador Ezar. Todo eso comenzarб cuando exhale su ъltimo suspiro. No sй si йl tiene programado el momento en que ocurrirб, pero no me extraсarнa viniendo de su parte.

»El aspecto social de tus deberes dependerб de ti. Conferencias y ceremonias, bodas importantes, onomбsticas y funerales, recibir delegaciones de los distritos… relaciones pъblicas en general. Todo lo que la princesa Kareen cumple con tanto estilo. — Al ver la expresiуn consternada de Cordelia, Vorkosigan se detuvo y agregу -: O, si lo prefieres, puedes llevar una vida absolutamente reservada. En este momento tienes la excusa perfecta para hacerlo… — Su mano, que la tenнa rodeada por la cintura, acariciу disimuladamente el vientre todavнa plano de Cordelia -. A decir verdad, yo preferirнa que no te cansaras en exceso.

»El aspecto polнtico es mбs importante; me resultarнa de gran ayuda si fueras mi vнnculo con la princesa viuda y con… con el pequeсo emperador. Entabla amistad con ella, si puedes; es una mujer extremadamente reservada. La educaciуn del niсo es vital. No debemos repetir los errores de Ezar Vorbarra.

— Lo intentarй — suspirу ella -. Ya veo que serб toda una tarea pasar por una Vor barrayaresa.

— No te lo tomes demasiado a pecho. No me gustarнa verte forzada. Ademбs, hay otra cuestiуn.

— їPor quй serбqueesonomesorprende? Adelante.

Йl se detuvo, eligiendo las palabras.

— Cuando Serg, el difunto prнncipe heredero, llamу al conde Vortala un farsante progresista, no fue del todo un disparate. Los insultos que hieren siempre tienen algo de verdad. El conde Vortala ha intentado formar su partido progresista sуlo en las clases superiores. Entre la gente que importa, como dirнa йl. їNotas la pequeсa discontinuidad en su forma de pensar?

— Sн, es tan pequeсa como el caсуn Hogarth, allб en casa.

— Tъ eres una mujer betanesa de renombre en toda la galaxia.

— Oh, vamos.

— Asн es como te ven aquн. Creo que tъ no eres muy consciente de ello. En realidad, es muy halagador para mн.

— Esperaba ser invisible. Pero no creo que sea tan querida despuйs de lo que hicimos a vuestro bando en Escobar.

— Es nuestra cultura. Mi gente le perdona casi cualquier cosa a un soldado valiente. Y en tu persona se reъnen las dos facciones opuestas: la aristocracia militar y los plebeyos pro galбcticos. Realmente, creo que a travйs de ti podrнa ganarme a una buena parte de la Liga de Defensa Popular, si estuvieras dispuesta a jugar mis cartas.

— Por Dios, Aral. їDesde cuбndo estбs pensando en esto?

— En el problema, desde hace mucho. En ti como parte de la soluciуn, hoy mismo.

— їQuй, en proponerme como falso caudillo para alguna clase de partido constitucional?

— No, no. Eso es justamente lo que debo tratar de evitar, segъn el juramento que estoy a punto de prestar. Faltarнa al espнritu de mis votos si entregara al prнncipe Gregor un imperio vacнo de poder. Lo ideal… lo ideal serнa encontrar alguna manera de reclutar a los mejores hombres de cada clase, grupo idiomбtico y partido al servicio del emperador. Los Vor no cuentan con la capacidad suficiente. Hay que hacer que el Gobierno sea como lo mejor de las fuerzas armadas, valorando la capacidad sin preocuparse por los antecedentes. El emperador Ezar tratу de hacer algo similar, fortaleciendo los ministerios a expensas de los condes, pero llegу demasiado lejos. Los condes han perdido poder y los ministerios estбn corrompidos. Debe haber alguna forma de lograr un equilibrio.

Cordelia suspirу.

— Por lo que veo, no tendremos mбs remedio. que reconocerlo: discrepamos en lo que se refiere a constituciones. A mн nadie me ha designado regente de Barrayar. Sin embargo, te lo advierto… tratarй de hacerte cambiar de idea.

Illyan alzу las cejas ante sus palabras. Cordelia se reclinу contra el respaldo con languidez y observу cуmo la capital de Barrayar, Vorbarr Sultana, pasaba frente a sus ojos. Ella no se habнa desposado con el regente de Barrayar, cuatro meses atrбs. Se habнa casado con un simple soldado retirado. Sн, se suponнa que los hombres cambiaban despuйs del matrimonio, por lo general para peor, їpero tanto? їTan pronto?

Mis votos no me comprometнan a esto, seсor.

— Ayer el emperador Ezar dio una muestra de gran confianza al designarte regente. No me parece un pragmбtico tan despiadado como tъ me habнas hecho creer — observу.

— Bueno, es una muestra de confianza, pero movida por la necesidad. Tus palabras evidencian que no has comprendido lo que significa la asignaciуn del capitбn Negri a la Residencia Imperial.

— No, їsignifica algo?

— Desde luego, el mensaje es muy claro. Negri continuarб en su antiguo puesto como jefe de Seguridad Imperial. Por supuesto que no presentarб sus informes a un niсo de cuatro aсos, sino a mн. De hecho, el comandante Illyan sуlo serб su asistente. — Vorkosigan e Illyan intercambiaron una mirada levemente irуnica -. Pero en caso de que yo enloqueciera y quisiera apoderarme del poder imperial, sin lugar a dudas Negri se mantendrнa leal al emperador. Si eso llegara a ocurrir, tiene уrdenes secretas de eliminarme.

— Oh. Bueno, te garantizo que no tengo ningъn deseo de convertirme en emperatriz de Barrayar. Te digo esto por si tenнas alguna duda.

— No la tenнa.

El vehнculo se detuvo ante una reja en un muro de piedra. Cuatro guardias los inspeccionaron minuciosamente, revisaron los pases de Illyan y les permitieron entrar. Todos esos guardias allн, y en la Residencia Vorkosigan… їcontra quй los protegнan? Contra otros barrayareses, seguramente, en ese panorama polнtico tan fraccionado. El viejo conde habнa empleado una frase muy barrayaresa que a ella le habнa parecido graciosa, pero ahora la recordу con inquietud. Con todo este estiйrcol, debe de haber un poni en alguna parte. Los caballos eran prбcticamente desconocidos en Colonia Beta, con excepciуn de unos pocos ejemplares en los zoolуgicos.

Con todos estos guardias… Pero si yo no soy enemiga de nadie, їcуmo es posible que alguien me quiera mal?

Illyan, quien parecнa algo nervioso, se dirigiу a ellos.

— Seсor — dijo a Vorkosigan en forma vacilante -, yo sugerirнa… incluso le rogarнa que reconsiderara la posibilidad de instalarse aquн, en la Residencia Imperial. Los problemas de seguridad… mis problemas — esbozу una sonrisa tensa con la cual sus facciones planas adoptaron un aspecto de cachorro — serнan mucho mбs fбciles de controlar aquн.

— їEn quй habitaciones ha pensado? — preguntу Vorkosigan.

— Bueno, cuando… cuando Gregor asuma el tнtulo, йl y su madre se mudarбn a las habitaciones del emperador. Entonces las de Kareen quedarбn vacнas.

— Las del prнncipe Serg, quiere decir. — Vorkosigan frunciу el ceсo -. Preferirнa fijar mi domicilio oficial en la Residencia Vorkosigan. Mi padre pasa cada vez mбs tiempo en la casa de campo Vorkosigan Surleau, y no creo que le moleste verse desplazado.