– ¡Bravo! Me encanta tu imaginación, chiquillo.
– Luego el monje loco.
– Bah. Eso lo viste en la tele.
– Espera, mamá. Faltan tres puertas. En la cuarta, fantasmas.
– Huuy.
– Y en la sexta, tú y yo.
– Te saltaste la quinta puerta.
– No hay quinta puerta.
– Cómo no, sí que la hay.
– ¡No! ¡No la hay! ¡No la abras, mamá! ¡Te lo ruego, Carolina, deja las cosas en paz!
– Cálmate, niño. ¿Por qué? te pones así?
No sé. Mejor mira la foto de papá.
– ¿Dónde?
– Allí, en el marco. ¿No lo ves? Fíjate, mamá. No se mueve. Es nuestro.
– Es que está muerto, muchacho. Es sólo una foto.
Carlos Fuentes
***