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O bien Nic o sus hermanas habían empacado para ella una gran variedad de prendas de vestir. Después de quitarse el vestido de novia y la mantilla se puso unos pantalones de chándal grises.

Mientras se los ponía, Nic había soltado amarras y arrancado el motor. El pánico se apoderó de ella al sentir las vibraciones bajo sus pies. Ahora los dos estaban totalmente solos.

Colgó el vestido en el estrecho armario. Después de poner las sandalias en la estantería se puso las zapatillas de deporte y se dirigió hacia cubierta. Por entonces Nic ya debería saber si Lars y sus compinches se habían aventurado hacia la trampa que les habían tendido.

La noticia de que el asesino hubiera sido atrapado significaría que podría ir directamente a Málaga y volar de regreso a casa en el primer avión que saliera para Nueva York.

Piper encontró a Nic al timón, enmarcado por las luces de la costa de Marbella que se alejaban a su paso. Sin el chaleco y la chaqueta de su esmoquin se le veía espectacular con aquella elegante camisa blanca abierta hasta el cuello y las mangas remangadas hasta los codos.

Ahora que se encontraban en alta mar, la brisa era más fuerte. El viento hacía que el cabello de Nic se despeinara dándole un aire peligroso a medida que el barco empezaba a surcar el oleaje.

La boca se le secó por el deseo.

La urgencia por arrastrarse hasta su regazo y rodearle el cuello con sus brazos estuvo a punto de apoderarse de ella.

La mirada de Nic la atrapó antes de que ella pudiera apartar la vista.

– Ya sé lo que vas a preguntarme. La respuesta es que Lars no aprovechó la oportunidad que le brindamos esta noche.

Aquella noticia confundía los sentimientos de Piper. Por un lado la frustraba el hecho de continuar con aquella farsa y, por otro, estaba feliz por no tener que alejarse de Nic.

– Además, la policía ha confirmado que no se encuentra a bordo del Britannia. El barco pertenece a un hombre de negocios de Hong Kong y toda la tripulación es de origen británico. Puede que alguno de ellos forme parte de la panda de matones que opera junto a Lars. Las autoridades están llevando a cabo una inspección rigurosa. De alguna forma tratan de descubrir algún tipo de conexión.

Piper agitó la cabeza.

– ¿Cómo ha podido Lars desaparecer tan fácilmente? ¡Si estaba enfrente de nosotras!

Nic dirigió a Piper una mirada enigmática.

– Por eso necesitamos toda la información que Camilla pueda proporcionarnos. La semana que viene tendrás que trabajar duro en ese aspecto.

Para eso faltaban aún tres o cuatro días. Su respiración se hizo más superficial.

– ¿Y mientras?

– Disfrutaremos de nuestra luna de miel -respondió con un suave tono.

– Preferiría volver a Nueva York hasta que tuviera que hacer de espía.

– Me parece bien. Puedes enseñarme tus lugares favoritos.

Nic la estaba obligando a contar hasta diez.

– Me refiero a ir sola. Tengo un negocio del que hacerme cargo.

– Entonces iré contigo a la oficina y te ayudaré.

Piper decidió que ya era bastante.

– Hoy les he contado a mis hermanas la razón por la cual me casaba contigo.

Excepto por su constante abrir y cerrar de ojos, el vigoroso cuerpo de Nic no se movió ni un ápice. Si estaba furioso, lo estaba disimulando muy bien.

– Así que -continuó Piper al ver que él no decía nada- no tenemos por qué seguir fingiendo ser una pareja de felices recién casados.

– Lo haremos por el bien de mi padre -respondió con voz tranquila-. Puede que te interese saber que hoy me amenazó con renunciar a mí.

Renunciar.

Piper estrechó los brazos alrededor de su cintura, horrorizada por aquella revelación.

– Pero vino a la ceremonia. ¡Incluso me dio dos besos!

– ¿Nunca te he dicho que mi padre es un jugador de ajedrez magnífico?

– ¡Nic! -gritó Piper-. No te diría en serio que no quiere que seas su hijo por más tiempo, ¿verdad?

Su expresión se ensombreció.

– Me ordenó que te dejara. Le contesté que no podía hacerlo, así que me prohibió volver a su propiedad privada.

Piper sintió nauseas en el estómago, pero no se debían a las olas.

– Entonces tienes que contarle toda la verdad, sin tapujos, para que pueda entender todo lo que hay en juego.

– Si lo hiciera pondría en peligro toda la operación que signore Barnizzi ha puesto en marcha. Papá no contaba con que me marchara de luna de miel porque no puede concebir que me atreva a hacer algo en contra de su mandato.

Piper se aferró a la barandilla del barco para sujetarse.

– Pero si no tienes un hogar al que regresar…

– Poseo otras propiedades. Tengo una pequeña casa en Ronda a la que tengo mucho cariño. Allí tengo caballos. Está a muy poca distancia de Marbella. Iremos a vivir allí cuando regresemos de Vernazza.

Piper agitó la cabeza en dirección a Nic.

– ¿Vernazza?

– Nos dirigimos hacia allí. Luc me ha dicho que el tiempo en esta época de año es más cálido en la Costa Azul. Dado que nunca pudiste disfrutar de tu viaje por la Riviera a bordo del Piccione, haremos el mismo itinerario que tú y tus hermanas planificasteis, pero al revés.

– Pero…

– Es mi regalo de bodas por tu ayuda. Hasta ahora has conseguido algo que un montón de agentes secretos no ha podido. Hoy identificaste a Lars y a Camilla. Eso nos ha proporcionado la pista fundamental y la conexión que habíamos estado buscando en el caso.

Nic estudiaba sus facciones como si pudiera ver dentro del alma de Piper. Ella retiró la mirada.

– Ha sido un día muy largo, Piper. Debes de estar cansada. Hay comida abajo. Después de que hayas cenado, vete a la cama y duerme. Mañana cuando te despiertes estaremos en San Tropez y hará mucho mejor tiempo. Allí hay una pequeña playa llamada Plage des Graniers donde podremos fondear y disfrutar el día.

Y Nic podría dormir.

Para ella, el haberse marchado de luna de miel sin ser realmente una luna de miel, la estaba matando.

– ¿Cuánto tiempo planeas que estemos fuera?

– Cuatro días. Una vez que regresemos a Málaga y nos establezcamos en nuestra nueva casa en Ronda, ha remos una visita a los Robles. Se correrá la voz y mi padre se enterará de que he regresado con mi mujer. Él verá si decide negarse a pronunciar mi nombre por siempre.

Piper estaba angustiada por él.

– ¡Eso es horrible!

– No te preocupes. Este día tarde o temprano tenía que llegar. Lo supe desde que mi padre expresó su intención de que me casara con Nina.

– ¿Qué edad tenías entonces?

– Diez años.

– ¿Y Nina?

– Siete.

– ¿Hace tanto tiempo? -Piper se estremeció al pensarlo-. ¿Cómo pudo tu padre hacerle algo así a un niño?

– Ya ves. Esas cosas pasan.

Las heridas de él se habían convertido en las suyas propias.

– Cuanto antes nos concedan la anulación antes podrás disfrutar de la libertad que te mereces. Has intercambiado un matrimonio de conveniencia por otro. Después de lo que acabas de contarme, haré todo lo que esté en mi mano para obtener la mayor información posible por parte de Camilla.

– Lo harás -murmuró él.

Con la soltura que le daban muchos años de práctica, Nic apagó el motor y se dirigió al mástil para desplegar la vela. La brisa la llenó, haciendo que el barco se lanzara rápidamente en dirección noreste.

No le pidió que se quedara con él. Piper tenía la impresión de que se encontraba en un momento en que sus pensamientos le requerían estar solo.

Rota por el dolor, se encaminó hacia el camarote.

El preponderante viento ayudaba a Nic a cumplir con su agenda. Al amanecer pudo divisar a lo lejos la cubierta amarilla de la torre del reloj de San Tropez.