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—Me pidió que le informara sobre nuestros agentes locales. En realidad no hay mucho que decir. Nuestra mayor dificultad fue entrar en contacto con la superficie. El robot que hay allí ahora representa un tremendo esfuerzo de construcción; el entorno está muy cerca de la temperatura crítica del agua y tiene una presión atmosférica casi ocho veces superior a la de la Tierra. Como hasta el cuarzo se disuelve rápidamente bajo esas condiciones, nos costó mucho trabajo diseñar máquinas que pudieran mantenerse. Lo conseguimos por fin; ésa lleva allí casi dieciséis años de los nuestros. Soy biólogo y no puedo entrar demasiado en los detalles técnicos, si desea conocerlos hay gente aquí que puede proporcionárselos. Enviamos la máquina y empleamos casi un año en exploraciones antes de encontrar unos nativos aparentemente inteligentes. Resultaron ser ponedores de huevos y nos apoderamos de unos cuantos. Nuestros agentes son los que salieron de esos huevos; los hemos educado desde entonces. Ahora, cuando comenzábamos a hacer exploraciones reales con ellos, ha ocurrido esto —señaló hacia la pantalla, en la que podía verse al inmenso Swift que había abandonado el examen y parecía estar escuchando; quizá Nick había tenido suerte en su cometido.

—Si podéis construir una máquina que dure tanto en ese entorno, estoy seguro de que podéis construir algo que os permita ir allí en persona —dijo el drommiano.

Raeker sonrió con ironía.

—Tiene usted razón, y eso es lo que hace que la situación sea más desagradable. Tenemos esa máquina lista para bajar; en unos pocos días esperábamos ser capaces de cooperar directamente con nuestros amigos de allí.

—¿Es cierto eso? Hubiera pensado que se necesitaría mucho tiempo para diseñarla y construirla.

—Se necesita. El mayor problema no es bajar; lo resolvimos muy bien con un paracaídas en el caso del robot. El problema está en ascender de nuevo.

—¿Por qué es eso tan difícil? La gravedad de la superficie, por lo que sé, es menor que la de mi propio mundo, y hasta el gradiente de potencial debe ser algo más pequeño. Cualquier unidad de cohete podría solucionarlo.

—Lo haría si funcionara. Desgraciadamente, el cohete que descargue sus gases contra ochocientas atmósferas no ha sido construido todavía. Se funden… y no lanzan el chorro porque la presión es demasiado grande.

El drommiano pareció un poco sorprendido durante un momento, pero luego asintió de una manera notablemente humana.

—Por supuesto. Debería haberlo pensado teniendo en cuenta que en su planeta hay cohetes mucho más efectivos que en el nuestro, ¿Y cómo han solucionado eso? ¿Algún tipo radicalmente nuevo de reactor?

—Nada nuevo. Todo el dispositivo tiene siglos de antigüedad. Básicamente es una nave usada hace muchísimo tiempo en mi mundo para la exploración submarina… le llamamos batiscafo. A efectos prácticos es un globo dirigible. Puedo describírselo, pero sería mejor si…

—¡Profesor! —una voz, que hasta Aminadabarlee pudo reconocer como la de Nick, surgió del altavoz. Raeker regresó a su panel y cerró el conmutador del micrófono.

—¿Si, Nick? ¿Qué dice Swift?

—Su respuesta es no. Nada, excepto tú, le interesa de este pueblo.

—¿No le explicaste el problema lingüístico?

—Sí, pero me respondió que si yo fui capaz de aprender el suyo, tú, que eres mi Profesor, serías capaz de aprenderlo más rápidamente. Entonces no tendrá que confiar en gente que puede no decirle lo que tú estás diciendo. Creo que tiene razón. Está dispuesto a dejar al resto de nosotros aquí, pero tú tienes que irte con él.

—Comprendo. Por ahora es mejor que te muestres de acuerdo; por lo menos ello evitará problemas a aquellos de vosotros que queden vivos. Es posible que podamos prepararle una pequeña sorpresa a Swift en un futuro próximo. Dile que haré lo que él dice; iré con él a las cuevas… imagino que querrá regresar allí mañana, pero si quiere permanecer más tiempo aquí no le contradigas. Cuando se vayan, vosotros quedaros donde estáis; busca a todos los que estén con vida y cúralos —imagino que la mayor parte de vosotros está con heridas—, y luego espera a que me ponga en contacto con vosotros. Pueden ser unos días, pero dejarme hacer a mí.

Nick pensaba más rápido y recordó en seguida que Fagin podía viajar por la noche sin la ayuda del fuego… la lluvia no lo ahogaba. Creyó saber lo que planeaba hacer el profesor. Se equivocaba, pero no era culpa suya, pues la palabra «batiscafo» no la conocía.

—¡Profesor! —dijo, tras meditar unos momentos—. ¿No sería mejor que nosotros nos fuésemos tan pronto como pudiéramos y fijáramos algún otro lugar para encontrarnos contigo una vez que tú escapases? Seguramente él volverá aquí una vez que deje de llover.

—No te preocupes por eso. Quedaros ahí y dejar que las cosas vuelvan a la normalidad lo antes posible. Ya tendrás noticias mías.

—De acuerdo, profesor —Racker se arrellanó en su sillón de nuevo y asintió con lentos movimientos de cabeza.

El drommiano debía haber pasado mucho tiempo en la Tierra, pues era capaz de interpretar la actitud del hombre.

—Parece mucho más feliz de lo que lo era hace unos momentos —señaló—. Veo que ha encontrado la solución de todo esto.

—Así lo espero —contestó Raeker—. Me había olvidado del batiscafo hasta que se lo mencioné a usted; al recordarlo comprendí en seguida que él me sacaría de todos mis problemas. Lo malo del robot es que tiene que arrastrarse y puede ser rastreado y seguido, pero el batiscafo, desde el punto de vista de los nativos de Tenebra, puede volar. Lleva un equipo de manejo exterior, y cuando la tripulación descienda una noche puede coger al robot e irse con él volando. Desafío a Swift a que siga el rastro.

—¿Pero no tiene Nick razón? ¿No irá Swift directamente al pueblo? Pienso que habría hecho mejor en seguir la sugerencia de Nick.

—Ya habrá tiempo para irse una vez que tengamos el robot. Si se van antes tendremos muchos problemas para encontrarlos aunque hayamos arreglado con sumo cuidado una cita. No todas las áreas están incluidas en mapas, y las que lo están tampoco han sido fijadas con mucha perfección.

—¿Por qué no? Me parece muy extraño.

—Tenebra es un planeta muy extraño. El diastrofismo es como el de la Tierra; la cuestión no es si lloverá mañana, sino si la zona de pastos comenzará a convertirse en una colina, Hay un equipo de geofísicos tratando de roer ese hueso que esperan el batiscafo para poder descender y trabajar en estrecha conexión con el grupo de Nick. Conocemos la causa generaclass="underline" la atmósfera está formada en su mayor parte por agua cercana a su temperatura crítica y las rocas de silicato se disuelven rápidamente bajo estas condiciones. El lugar se enfría lo suficiente todas las noches como para permitir que una pequeña parte de la atmósfera se vuelva líquida. Por ello, durante casi dos días terrestres, la corteza es cubierta por océanos. Si a ello le unimos una gravedad tres veces superior a la de la Tierra, no debemos sorprendernos de que la corteza se esté reajustando continuamente.

—De todas formas creo que todo está en marcha. Descenderá allí mañana para estar un par de días y no creo que puedan ocurrir muchas cosas hasta entonces. Mi relevo vendrá pronto; cuando llegue quizá le gustaría ver el batiscafo conmigo.

—Me interesaría muchísimo —Raeker estaba sacando la impresión de que o bien los drommianos era una raza muy cortés o Aminadabarlee había sido seleccionado para su trabajo por su disposición diplomática.