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El guardia se separу de ellos cuando avanzaban hacia el pabellуn. Miles buscу con la mirada en la multitud de ba que poblaba el pabellуn.

— Discъlpeme, ba — dijo con respeto a la criatura de mayor edad. Ba Como Se Llamara levantу la vista. Le sorprendнa que alguien hubiera notado su existencia-. Debo ponerme en contacto inmediatamente con la haut Rian Degtiar. Una emergencia. — Abriу las manos y dio un paso atrбs.

La criatura asimilу la informaciуn, se inclinу e hizo un gesto a Miles para que lo siguiera. Vorreedi fue con ellos. Al otro lado del pabellуn, en la intimidad que ofrecнa un бrea de servicio, el comu. de muсeca de Ba Mayor empezу a transmitir una serie incomprensible de palabras y cуdigos. La frente de Ba Mayor se arrugу de sorpresa al oнr el mensaje. Tomу el comu, se lo sacу y se lo pasу a Miles con una reverencia. Se retirу prudentemente. Miles hubiera querido que Vorreedi hiciera lo mismo — lo tenнa pegado al hombro-, pero el coronel no se dio por aludido.

— Lord Vorkosigan? — llegу la voz de Rian desde el comu, sin filtro. Seguramente hablaba desde dentro de su burbuja.

— Milady. Ha enviado a alguien de… de su gente a… para que recogiera a mi primo Ivan?

Hubo una corta pausa.

— No.

— Yo lo vi.

— Ah. — Se produjo otra pausa, mucho mбs larga. Cuando la voz volviу a surgir, sonу mucho mбs baja y temerosa-. Ya sй lo que estб pasando.

— Me alegro de que alguien lo sepa.

— Ahora mismo le envнo a mi criado.

— Y quй pasa con Ivan?

— Nosotras nos ocuparemos de eso. — La comu se cortу.

Miles tuvo deseos de sacudir el aparato, frustrado; en lugar de eso, se dominу y lo devolviу a Ba Mayor, que lo tomу, se inclinу y finalmente se alejу.

— Quй fue lo que vio, lord Vorkosigan? — exigiу Vorreedi.

— Ivan… se ha ido con una dama.

— Quй? Otra vez? Aquн? Ahora? Quй le pasa a ese chico, no tiene sentido del tacto? No sabe dуnde estб? Mierda, esto no es la fiesta de cumpleaсos del emperador Gregor…

— Creo que podrй recuperarlo con discreciуn, seсor, si usted me permite. — Miles sintiу un escozor de culpa por la acusaciуn a Ivan, pero la culpa se perdiу en el miedo que le atenazaba el corazуn. El aerosol, habrнa sido una droga para dormirlo o un veneno letal?

Vorreedi se tomу un minuto largo para pensarlo; mientras contemplaba frнamente a Miles. Miles se recordу que Vorreedi pertenecнa a Inteligencia, no al servicio de contraespionaje; la fuerza que lo impulsaba era la curiosidad, no la paranoia. Miles metiу las manos en los bolsillos de los pantalones y tratу de parecer tranquilo, despreocupado, apenas molesto por aquel lнo. El largo silencio lo impulsу a aсadir:

— Si no confнa en lo demбs, seсor, confнe al menos en mi habilidad. Es lo ъnico que pido.

— Con discreciуn, eh? — dijo Vorreedi-. Usted tiene amigos interesantes en este lugar, lord Vorkosigan. Me gustarнa saber algo mбs sobre ellos.

— Pronto. Espero que pronto, seсor.

— Mmm… De acuerdo. Pero sea rбpido.

— Harй cuanto estй en mi mano, seсor — mintiу Miles. Tenнa que ser aquel mismo dнa. Si conseguнa alejarse de su guardiбn, tenнa que aprovechar para hacer el trabajo. Todo el trabajo. O nos iremos todos a pique. Hizo una venia y se alejу antes de que Vorreedi pudiera cambiar de parecer.

Saliу por el costado abierto del pabellуn y caminу hacia el sol artificial. justo en ese momento, llegу un auto sin decoraciones fъnebres: una plataforma flotante simple de dos pasajeros con lugar para carga posterior. Esta vez le pareciу reconocer al guнa: en los controles habнa una criatura ba de edad avanzada, calva. En cuanto distinguiу a Miles, se acercу y detuvo el vehнculo. Un vehнculo rбpido con guardias vestidos de rojo frenу a un costado para interceptar el movimiento.

— Seсor. Los invitados galбcticos no pueden circular por el Jardнn Celestial sin compaснa.

Miles abriу palma y seсalу a su guнa ba.

— Milady requiere y exige la presencia de este hombre. Tengo que llevarlo.

El guardia hizo un gesto. No estaba satisfecho pero asintiу de mala gana.

— Mi superior hablarб con su ama.

— Por supuesto. — Los labios de su guнa se torcieron en lo que Miles interpretу como una mueca de desprecio.

El guardia les dirigiу una mueca de furia y se alejу. Buscaba el comu mientras caminaba. Vamos, vamos, pensу Miles mientras subнa al vehнculo, que afortunadamente arrancу enseguida. Esta vez, el auto tomу un atajo, elevбndose sobre el jardнn y alejбndose hacia el sudoeste en lнnea recta. Se movнan tan rбpido que la brisa revolvнa el cabello de Miles. Unos minutos despuйs bajaron hacia el Criadero Estrella, que brillaba, pбlido, entre los бrboles.

Una extraсa procesiуn de burbujas blancas se acercaba a una abertura, evidentemente la entrada trasera. Cinco esferas, dos a cada lado y otra por arriba, estaban… persiguiendo a una sexta que saltaba para escapar. Sin embargo, las otras la empujaron hacia la puerta ancha y alta del compartimiento de embarque. Las burbujas zumbaban como avispas enfurecidas cuando los campos de fuerza se tocaban. El pequeсo auto de Miles flotу con calma detrбs de la procesiуn y siguiу a las burbujas hacia el interior. La puerta se cerrу detrбs del grupo y se sellу con el chasquido sуlido y los chirridos tнpicos de los instrumentos de alta seguridad.

Excepto por el revestimiento — de piedras pulidas en diseсos geomйtricos en lugar de cemento gris-, el compartimiento de entrada era utilitario y bastante normal. En ese momento estaba vacнo excepto por la haut Rian Degtiar, de pie en sus tъnicas blancas y holgadas, junto a su propia silla-flotante. La cara pбlida estaba tensa

Las cinco burbujas que habнan perseguido a la sexta se acomodaron en el suelo y desconectaron la pantalla de fuerza. Aparecieron cinco de las consortes que Miles habнa conocido en la reuniуn nocturna. La sexta burbuja siguiу cerrada, blanca sуlida, impenetrable.

Miles se apeу en cuanto el vehнculo se posу sobre el pavimento y corriу cojeando hacia Rian.

— Ivan estб ahн? — quiso saber, seсalando la sexta burbuja.

— Eso suponemos.

— Quй estб pasando?

— Shhh. Espere. — Ella hizo un gesto gracioso, un gesto con las palmas hacia abajo; Miles apretу los dientes. La impaciencia lo consumнa. Rian avanzу un paso con la cabeza erguida.

— Rнndase y coopere — dijo Rian claramente-. Si lo hace, podemos llegar a un acuerdo. Si nos desafнa, no tendrб ninguna oportunidad.

La burbuja siguiу en blanco; no se rendнa. No tenнa forma de escapar ni de atacar. Pero Ivan estб ahн dentro.

— Muy bien — suspirу Rian. Sacу un objeto parecido a un lбpiz de la manga, con el dibujo del ave grabado en rojo en un lado; ajustу un control, lo apuntу a la burbuja y pulsу. La burbuja parpadeу y la silla-flotante cayу al suelo con un ruido seco que reverberу, sin energнa. Un aullido flotу de una nube de tela blanca y cabello castaсo.

— No sabнa que eso fuera posible — susurrу Miles.

— Sуlo la Seсora Celestial tiene el control — explicу Rian. Volviу a guardarse el objeto en la manga y avanzу otro paso. Luego, se detuvo.

La haut Vio d'Chilian habнa recuperado el equilibrio casi instantбneamente. Se arrodillу a medias con un brazo bajo la manga uniformada y negra de Ivan, y levantу el cuerpo derrumbado; la otra mano armada con un cuchillo se apoyу sobre el cuello de su vнctima. Parecнa un cuchillo muy afilado, apretado contra la piel de Ivan, quien tenнa los ojos muy abiertos, dilatados pero con movimiento; estaba paralizado, no inconsciente. Y no muerto. Gracias a Dios.

Todavнa no estб muerto.

A menos que estuviera muy equivocado, Miles sabнa que la haut Vio d'Chilian le cortarнa el cuello a un hombre indefenso sin el menor reparo. Hubiera querido que el coronel Benin estuviera allн para ver eso.

— Atбquenme — dijo la haut Vio— y su criado barrayarйs morirб ahora mismo.

Miles supuso que el йnfasis en la palabra «criado» era algъn tipo de insulto hautesco. No estaba muy seguro del йxito del insulto pero… йsa era otra cuestiуn.

Miles caminу espacio hacia Rian, trazando un arco alrededor de la haut Vio, sin acercбrsele, quien lo siguiу con ojos venenosos. Ahora que estaba directamente detrбs de ella, la haut Pel hizo un gesto a Miles con la cabeza; su silla-flotante se elevу en silencio y saliу del Criadero. A buscar ayuda? Un arma? Pel era la mбs prбctica… asн que la misiуn de йl era conseguirle tiempo.

— ЎIvan! — dijo, indignado-. ЎIvan no era el que ustedes buscaban!

El rostro de la haut Vio expresу sorpresa.

— Quй?

Pero claro, lord X siempre usaba a otros, nunca se ensuciaba las manos. Miles habнa estado en el punto de mira todo el tiempo, habнa actuado directamente: por lo tanto, lord X habнa supuesto que Ivan era el jefe.