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— No exactamente.

— Entonces me gustarнa que hablaras con йl de nuevo, Ivan. Trata de desviar su atenciуn hacia los gobernadores de satrapнas… o algo asн.

— Por quй no le hablas tъ?

— No estoy… preparado. Todavнa no. Esta noche no. Todavнa estoy asimilando todo lo que ha pasado. Y tйcnicamente, aquн йl es mi superior en SegImp, o lo serнa si yo estuviera de servicio… Me gustarнa poner lнmites a mis… eh…

— Mentiras directas? — completу Ivan con dulzura.

Miles esbozу una mueca, pero no lo negу.

— Mira, en este asunto, yo tengo un acceso del que no dispone ningъn otro oficial de SegImp, por mi posiciуn social. No quiero perder esta ventaja. Pero eso tambiйn limita mi… no puedo hacer el trabajo de campo, los detalles sucios… mi situaciуn es demasiado expuesta. Tengo que jugar con mis propias fuerzas y hacer que otros cubran mis debilidades.

Ivan suspirу.

— De acuerdo. Ya le hablarй yo. Pero que no sirva de precedente. — Se puso de pie con un gruсido de cansancio y se dirigiу a la puerta, algo mareado. Mirу por encima del hombro antes de irse-. El problema de que tъ controles toda la situaciуn, es que manejando los hilos de la tela como una araсa, primito, tarde o temprano las partes interesadas acabarбn convergiendo por los hilos hacia ti. Eres consciente de eso, verdad? Y quй, vas a hacer entonces, Mente Maestra? — Se inclinу con una ironнa demasiado agresiva.

Miles se encogiу en la silla de la comuconsola, gruсу y volviу a pedir su lista de ocho sospechosos.

A la maсana siguiente, el embajador Vorob’yev recibiу una comunicaciуn y tuvo que retirarse en la mitad de lo que se estaba convirtiendo en una costumbre: el desayuno con los jуvenes enviados de Barrayar en su comedor privado. Para cuando volviу, Miles e Ivan ya habнan terminado.

El embajador no volviу a sentarse. En lugar de eso, dedicу a Miles una mirada divertida.

— Lord Vorkosigan, tiene usted una extraсa visita.

El corazуn de Miles le saltу en el pecho. Rian aquн? Imposible… Su mente revisу rбpidamente el uniforme verde de fajina, el estado de las insignias, el cierre…

— Quiйn, seсor?

— El ghemcoronel Dag Benin, de Seguridad Imperial Cetagandana. Es un oficial de rango medio asignado a asuntos internos en el jardнn Celestial y ha solicitado hablar con usted en privado.

Miles tratу de no jadear. Quй anda mal? Tal vez nada, tal vez nada… Cбlmate.

— Ha dicho de quй se trataba?

— Al parecer, lleva la investigaciуn del suicidio de Ba… no se quй. Y sus movimientos… eh… errбticos le llamaron la atenciуn. Ya le advertн que habнa hecho usted mal en apartarse de la fila.

— Y… debo hablar con йl, entonces?

— Hemos decidido hacerle ese favor, por cortesнa. Lo hemos llevado a uno de los pequeсos compartimentos para entrevistas en la planta baja. Un lugar monitoreado, por supuesto. Tendrб usted un guardaespaldas de la embajada dentro de la habitaciуn. No creo que Benin venga con intenciones asesinas, sуlo servirб para recordarle el estatus de su Casa y el suyo dentro de la sociedad barrayaresa, lord Vorkosigan.

Hemos decidido. Asн que el coronel Vorreedi, a quien Miles todavнa no conocнa, y probablemente Vorob'yev tambiйn, escucharнan todas y cada una de sus palabras. Ay, quй follуn.

— De acuerdo, seсor.

Miles se levantу y siguiу al embajador. Ivan lo mirу marcharse con la expresiуn reprimida de un hombre que aguarda la inminente llegada de alguna forma especial de justicia cуsmica.

La habitaciуn era exactamente lo que decнa su nombre: un cuarto de muebles cуmodos pensado para reuniones de dos o tres personas con el personal de seguridad de la embajada como cuarto sujeto invisible. El ghemcoronel Benin no tenнa inconveniente en que se grabara toda la conversaciуn. Un guardia de Barrayar, de pie al otro de la puerta, se deslizу detrбs de Miles y el embajador cuando entraron, y se situу en su puesto, estoico y silencioso. Era alto y corpulento incluso para el estбndar barrayarйs, con un rostro inexpresivo. Lucнa los galones de sargento y los del cuerpo de elite, asн que Miles dedujo que esa expresiуn de bajo voltaje era una mбscara.

El ghemcoronel Benin ya los estaba esperando dentro y se levantу al verlos entrar. Era de estatura mediana, asн que probablemente no tenнa demasiados hautgenes en sus antepasados recientes: los haut favorecнan la altura. Eso significaba que habнa adquirido su puesto sуlo por mйrito y no por rango social, lo cual no era necesariamente una ventaja desde el punto de vista de Miles. Benin estaba muy elegante en el uniforme de gala verde oscuro de los cetagandanos, es decir, el uniforme de trabajo diario del personal de Seguridad del jardнn Celestial. Tenнa la cara completamente cubierta de maquillaje, por supuesto, con un diseсo imperial y no de clan: su alianza bбsica era con el Emperador. Una base blanca con curvas negras intrincadas y toques rojos: para Miles el efecto general le sugiriу el de una cebra herida. Pero por asociaciуn, era un dibujo que exigнa un respeto instantбneo y profundo, y una cooperaciуn total y abyecta en ocho planetas. Barrayar, claro estб, no se contaba entre ellos.

Miles tratу de juzgar el rostro que se escondнa bajo la pintura. No era un joven sin experiencia, pero tampoco se trataba de un viejo astuto. A primera vista le calculу algo mбs de unos cuarenta aсos estбndar, joven para su rango pero no extremadamente inexperto. Su expresiуn revelaba una seriedad atenta pero el hombre se las arreglу para esbozar una sonrisa de amabilidad cuando Vorob'yev lo presentу a Miles, que se transformу en un gesto de alivio cuando Vorob'yev los dejу solos.

— Buenos dнas, lord Vorkosigan — saludу. Obviamente bien entrenado para la arena social, consiguiу reducir su primera mirada al fнsico de Miles y convertirla en un rбpido examen subrepticio-. Le ha explicado su embajador por quй estoy aquн?

— Sн, coronel Benin. Entiendo que debe investigar la muerte de ese pobre tipo…, si es que tipo es un tйrmino correcto, que vimos tendido en el suelo de la rotonda el otro dнa. Impresionante, sн… — La mejor defensa es el ataque-. Consideran que fue un suicidio?

Benin se puso en guarida.

— Obviamente. — Su voz tenнa un tono extraсo, un tono que ponнa en entredicho la afirmaciуn.

— Bueno, sн, por la cantidad de sangre era evidente que su ba muriу en ese mismo lugar, o sea, que no le cortaron el cuello en otra parte y luego lo llevaron allн. Pero se me ocurre que si la autopsia demostrara que estaba inconsciente cuando muriу, eso… descartarнa el suicidio. Es una prueba suticlass="underline" la tensiуn y seсales de la muerte suelen confundir en parte los sнntomas del bloqueador… pero si se busca con cuidado, se pueden descubrir rastros. Sabe si se ha llevado a cabo esta prueba?

— No.

A Miles no le quedу claro si eso significaba que la prueba no se habнa hecho o que… no. Benin tenнa que saberlo.

— Por quй no? Si estuviera en su lugar… es lo primero que harнa. No puede hacerla ahora? Aunque claro, dos dнas despuйs no es lo mбs adecuado.

— La autopsia terminу. Cremaron el cuerpo — afirmу Benin en tono inexpresivo.

— Ya? Antes de cerrar el caso? Quiйn lo ordenу? Usted no, estoy seguro…

— No… Lord Vorkosigan, eso no es de su incumbencia. He venido aquн por otra cuestiуn — dijo Benin, tenso. Despuйs hizo una pausa-. A quй viene ese interйs morboso en los sirvientes de la Seсora Celestial?

— Es lo mбs interesante que he presenciado desde que lleguй a Eta Ceta. Espero que me entienda, es deformaciуn profesional. En Barrayar me dedico a seguridad civil. Investigaciones sobre asesinatos… — Bueno, por lo menos una-. Y… tendrнa que agregar que me va bien. — Quй experiencia tendrнa ese oficial cetagandano en estos asuntos? El jardнn Celestial era un lugar tan ordenado-. Se encuentra muy a menudo con situaciones como йsta?