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Miles pensу que si disparaba el bloqueador empezarнan a sonar todas las alarmas… No, eso tenнa que reservarlo como ъltimo recurso. Mierda, si sus vнctimas eran inteligentes — y Miles suponнa que la inteligencia de los tres hombres que tenнa adelante estaba mбs allб de toda duda-, saltarнan sobre йl para que disparara. Йl lo hubiera hecho.

— Quй mбs esconde usted en su manga? — le susurrу Miles a Pel.

— Nadina — Pel hizo un gesto hacia la mesa-, cuбl es la Gran Llave?

— No estoy segura — dijo Nadina, que miraba ansiosamente el montуn de aparatos.

— Lo mejor serб que nos las llevemos todas — pidiу Miles con urgencia.

— Pero tal vez todas son falsas — objetу Pel-. Tenemos que averiguar cuбl es la verdadera. Si no volvemos con la Gran Llave, nuestra misiуn habrб fracasado. — Buscу en la ropa y sacу un anillo conocido, un anillo con el dibujo de un ave chillando…

Miles se quedу sin aliento.

— ЎPor Dios santo!, cуmo se le ha ocurrido traer eso? ЎQue no lo vea nadie! Despuйs de dos semanas de tratar de reproducir lo que hace ese anillo, le aseguro que esos hombres estбn mбs que dispuestos a matarla por йl.

El ghemgeneral Naru girу en redondo y se enfrentу a la burbuja blanca.

— Sн, Vio, quй pasa ahora? — Tenнa la voz llena de aburrimiento y de desprecio.

A Miles le pareciу que Pel trataba de dominar un ataque de pбnico. La vio ensayar la respuesta en la garganta, sin voz, y despuйs, descartarla definitivamente.

— No vamos a poder mantener este asunto asн por mucho tiempo — urgiу Miles-. Propongo que ataquemos, tomemos lo que queremos y nos vayamos de aquн.

— Cуmo? — preguntу Nadina.

Pel levantу la mano para pedir silencio en la discusiуn y tratу de ganar algo de tiempo.

— Su tono de voz es inadmisible, seсor.

Naru hizo una mueca.

— Volver a esa burbuja no le sienta bien, haut. Demasiado orgullo. Bueno, disfrъtelo mientras pueda. Despuйs de esto, vamos a sacar a todas las perras de sus fortalezas. Sus dнas de esconderse detrбs de la ceguera y la estupidez del Emperador estбn contados. Se lo aseguro, haut Vio.

Bueno… Naru no habнa entrado en el complot por fidelidad a los planes de la emperatriz sobre el destino genйtico de los haut, eso era evidente. Miles comprendнa que los privilegios tradicionales de las hautladies se hubieran convertido en una ofensa irritante y profunda para la decisiуn y la paranoia que debe tener un hombre de Seguridad. Era йse el soborno que habнa ofrecido Kety a Naru por su cooperaciуn? La promesa de que el nuevo rйgimen abrirнa las puertas cerradas del Criadero Estrella y luces en cada rincуn secreto de las hautmujeres? La promesa de destruir la extraсa base del poder de las haut para ponerlo todo en manos de los ghemgenerales, es decir, al lugar que le correspondнa (segъn Naru)? Era Kety quien estaba manipulando a Naru, o los dos ocupaban un puesto similar en el complot? Tenнan el mismo grado de responsabilidad, decidiу Miles. Naru es el hombre mбs peligroso de la habitaciуn, tal vez de toda la nave. Puso el bloqueador en potencia baja. La esperanza de que de esta forma el arma no disparara las alarmas era muy remota pero…

— Pel — dijo con urgencia-, use la ъltima dosis de droga contra el ghemgeneral Naru. Yo tratarй de amenazar a los demбs, de dominarlos sin disparar. Los atamos, cogemos las Llaves y nos vamos de aquн. No serб elegante, pero al menos lo haremos con rapidez, y en este momento el tiempo es un factor crнtico.

Pel asintiу sin entusiasmo, recogiу las manos y preparу el bulbo de aerosol. Nadina se aferrу a la silla; Miles se preparу para saltar.

Pel bajу la pantalla de fuerza y echу el aerosol sobre la cara asustada de Naru. El general tratу de no respirar y dio un paso atrбs, y la nube de droga apenas lo rozу. Cuando el general soltу el aliento retenido, emitiу un grito de advertencia.

Miles maldijo, saltу al suelo y disparу tres veces, una detrбs de otra, con rapidez. Los dos tйcnicos cayeron al suelo; Naru casi consiguiу esquivar el rayo pero la nube lo paralizу. Por el momento. Se derrumbу sobre la mesa como un jabalн que se hunde en un pantano, la voz reducida a un gruсido incomprensible.

Nadina corriу hacia la mesa de las Llaves, las puso sobre las tъnicas y se las llevу a Pel. Pel tomу el anillo y probу:

— No… йsa no…

Miles dirigiу una mirada a la puerta, que seguнa cerrada y se mantendrнa asн hasta que el lector recibiera a una palma autorizada. Quiйn estaba autorizado? Kety… Naru, que ya estaba dentro… algъn otro? Pronto lo averiguaremos.

— No… — seguнa diciendo Pel-. Y si son todas falsas…? No…

— Claro que son todas falsas — comprendiу de pronto Miles-. La verdadera tiene que estar… — Empezу a seguir los cables de la comuconsola del tйcnico en decodificaciуn. Todos iban hacia una caja, escondida detrбs del equipo y la caja tenнa… otra Gran Llave. Pero йsa estaba en un rayo-luz de comunicaciones, que llevaba las seсales de los cуdigos-. ЎAquн! — Miles la arrancу del lugar y se la devolviу a Pel-. Tenemos la Llave, tenemos a Nadina, sabemos lo que necesitamos de Naru, lo tenemos todo. Larguйmonos.

La puerta siseу al abrirse. Miles girу sobre sus talones y disparу.

Un hombre armado con un bloqueador y ataviado con la librea de Kety se tambaleу hacia delante. Gritos y golpes llegaron desde el corredor y una docena de hombres se apartу hacia un lado para no quedar en la lнnea de fuego.

— Sн — gritу Pel con alegrнa cuando se abriу la tapa de la Gran Llave. Ahн estaba: la habнan encontrado.

— -ЎAhora no! — aullу Miles-. Vuelva a la silla, Pel, y conecte la pantalla de fuerza.

Miles se agachу a bordo de la silla; la pantalla se cerrу bruscamente a su alrededor. Una nube de fuego de bloqueador en masa atravesу el umbral. El fuego se extinguiу con un crujido sobre la esfera brillante, sin daсos: el ъnico efecto fue un brillo mayor alrededor de la silla. Pero la haut Nadina estaba fuera. Gritу y se tambaleу, dolorida, al recibir el impacto de la nube del rayo. Los hombres pasaron por la puerta.

— ЎTienes la Llave, Pel! — gritу la haut Nadina-. ЎVete!

Una sugerencia muy poco prбctica: los hombres del gobernador Kety apresaron a Nadina y bloquearon la puerta, y el triunfador pasу por el umbral y lo cerrу tras йl con la palma.

— Bueno, bueno — dijo en tono muy lento, los ojos llenos de curiosidad frente a la carnicerнa que tenнa delante-. Bueno. — Por lo menos podrнa tener la cortesнa de maldecir y patear el suelo, pensу Miles con amargura, pero el gobernador parecнa tener… un control absoluto de la situaciуn—. Quй tenemos aquн?

Un soldado de Kety se arrodillу junto al ghemgeneral Naru y lo ayudу a levantarse, sosteniйndolo por los hombros. Naru, que tuvo dificultades para sentarse, se pasу una mano temblorosa por la cara, que sin duda le dolнa y le picaba — Miles lo sabнa: habнa experimentado mбs de una vez la desagradable sensaciуn del bloqueo— y ensayу una respuesta inteligible. En el segundo intento, consiguiу articular unas palabras comprensibles:

— Consortes Pel y Nadina. Y el… barray… ЎLe dije a usted que esas burbujas eran un peligro…! — Volviу a caer en los brazos del soldado-. Pero no im… Los tenemos a todos…

— Cuando ese cerdo se someta a juicio por traiciуn — dijo la haut Pel con odio profundo-, pienso pedirle al Emperador que le saque los ojos antes de ejecutarlo.

Miles se preguntу de nuevo por la secuencia de hechos de la noche anterior: cуmo habrнan conseguido el gobernador y el ghemgeneral sacar a la haut Nadina de la burbuja?

— Creo que se estб adelantando, milady — suspirу.

Kety caminу alrededor de la burbuja de la haut Pel, estudiбndola. Tenнa que romper ese huevo: un lindo rompecabezas para el gobernador. O no? Ya lo habнa hecho una vez.