— Minin — aceptу a medias Fletchir Giaja. Mirу a Miles con dureza-. De todos modos… Pel… cуmo diablos se te ocurriу vaciar el contenido de la Gran Llave por todo el sistema Eta Ceta? Como broma, no me parece divertida.
Pel se mordiу el labio; sus ojos bajaron al suelo en un gesto nada habitual en ella.
Miles dijo con firmeza:
— No fue una broma, seсor. Nos enfrentбbamos a una muerte segura e inminente. La haut Rian habнa dicho que la primera prioridad era recuperar la Gran Llave. Los receptores del mensaje tenнan la Llave, pero no la cerradura; desde su punto de vista de ellos, era una chбchara informбtica sin ningъn valor. No tenнan los bancos genйticos. Pero eso nos aseguraba que usted podrнa recuperarla, tal vez de forma fragmentaria, despuйs de nuestra muerte, y en ese caso, lo que hiciera Kety ya no tenнa importancia.
— El barrayarйs dice la verdad — afirmу Pel.
— La mejor estrategia sigue estas pautas — asegurу Miles-. Hay que conseguir lo que se quiere, la vida tiene menos importancia. — Guardу silencio.
La mirada de Fletchir Giaja parecнa decir que tal vez los bбrbaros de otros planetas no tenнan ningъn derecho a hacer comentarios que pudieran interpretarse como burla a las habilidades de la difunta madre del Emperador, aunque esas habilidades se hubieran dedicado en ъltima instancia al diseсo de un plan en contra del hijo.
Esta gente es imposible. No se puede hablar con ellos. Quiero irme a casa, pensу Miles, cansado.
— Quй va a pasar con el ghemgeneral Naru?
— Serб ejecutado — dijo el Emperador. Habнa que darle crйdito: era evidente que la idea no le causaba mucha alegrнa-. El cuerpo de Seguridad tiene que ser… seguro.
Miles no podнa discutir eso.
— Y el haut Kety? Otra ejecuciуn?
— Se va a retirar inmediatamente. Deberб someterse a una supervisiуn constante por motivos de salud. Si no estб de acuerdo, que se suicide.
— Piensan obligarlo a suicidarse si es necesario?
— Kety es joven. Va a elegir la vida y otros dнas y oportunidades.
— Y los gobernadores?
Giaja frunciу el ceсo con disgusto, mirando a las consortes.
— Podemos concluir el caso cerrando los ojos. Pero no creo que consigan muchos puestos pъblicos en lo que les queda de vida.
— Y… — Miles dirigiу una mirada a las damas-. Y la haut Vio? Quй pasa con ella? Los otros trataron de cometer homicidio. Ella lo consiguiу.
Rian asintiу.
— Le vamos a ofrecer la posibilidad de elegir — dijo con voz inexpresiva-. Reemplazar a Ba Lura, vivir sin sexo, sin pelo y en condiciуn de ba, con el metabolismo alterado, el cuerpo mбs grueso… y volver a una vida en el Jardнn Celestial como tanto deseaba. O un suicidio sin dolor.
— Y quй… quй decidirб?
— El suicidio, espero — dijo Nadina con sinceridad.
Una justicia distinta para cada uno. Ahora que la excitaciуn de la caza habнa desaparecido, Miles sintiу un asco enorme frente a los despojos de la matanza. Y por esto he puesto en peligro mi vida?
— Y la haut Rian? Y yo?
Fletchir Giaja le dirigiу una mirada frнa y distante, a muchos aсos luz de distancia.
— Voy a retirarme a pensar en ese… ese problema.
Despuйs de una breve consulta en voz baja, el Emperador llamу a Benin para que escoltara a Miles, pero, escoltarlo adуnde? A casa, a la embajada o de cabeza a la mazmorra mбs cercana? Habнa mazmorras en el jardнn Celestial?
A casa, segъn parecнa, porque Benin devolviу a Miles a la compaснa de Vorreedi e Ivan, y los llevу a la puerta oeste, donde los esperaba un auto de la embajada de Barrayar. Ahн se detuvieron y el ghemcoronel se dirigiу a Vorreedi.
— No podemos controlar lo que ustedes incluyen en sus informes oficiales, coronel. Pero mi Seсor Celestial… — Benin hizo una pausa para seleccionar un tйrmino conveniente y delicado-. Mi Seсor Celestial espera que no aparezca nada de lo que han visto y oнdo hoy en los rumores sociales de la ciudad.
— Eso puedo prometerlo, creo yo — dijo Vorreedi con sinceridad.
Benin asintiу, satisfecho.
— Puedo contar con su palabra de honor al respecto?
Habнa hecho sus deberes con respecto a las costumbres de Barrayar, entonces. Los tres barrayareses dieron su palabra de honor y Benin los liberу al aire hъmedo de la noche. Faltaban unas dos horas para el amanecer, supuso Miles.
El auto de la embajada estaba en sombras, por suerte. Miles se acomodу en un rincуn; envidiaba a Ivan por su habilidad para hacerse invisible, hubiera querido poder saltarse las ceremonias del dнa siguiente y volver a casa inmediatamente. Pero no. Si habнa llegado hasta aquн, era muy capaz de seguir hasta el amargo final.
Vorreedi habнa llegado mбs allб de la emociуn y ahora viajaba en silencio. Sуlo una vez se dirigiу a Miles en tono frнo.
— Quй diablos creнa usted que estaba haciendo, Vorkosigan?
— Impedн que el imperio de Cetaganda se dividiera en ocho unidades agresivas. Hice fracasar los planes de provocar una guerra entre algunas de esas unidades y Barrayar. Sobrevivн a un intento de asesinato y ayudй a atrapar a tres traidores. No eran traidores a Barrayar, eso lo admito. Ah. Y resolvн un asesinato. Suficiente para un viaje, creo yo.
Vorreedi luchу consigo mismo un momento y despuйs ladrу:
— Es usted agente especial o no?
En una lista de los que necesitaban saberlo… no figuraba el nombre de Vorreedi. No en ese momento. Miles suspirу por dentro.
— Bueno, si no soy un agente especial… me he comportado como si lo fuera, no le parece?
Ivan hizo un gesto de espanto. Vorreedi volviу a sentarse. No hizo ningъn comentario, pero todo su cuerpo irradiaba exasperaciуn. Miles sonriу con amargura en la oscuridad.
16
Miles se despertу de un sueсo tardнo y agitado, y descubriу que Ivan estaba a su lado, sacudiйndole el hombro con cuidado.
Cerrу los ojos otra vez: querнa bloquear la poca claridad de la habitaciуn, bloquear la imagen de su primo.
— Fuera, fuera… — tratу de volver a taparse la cabeza con las colchas.
Ivan volviу a intentarlo con mбs energнa.
— Ahora sй que era una misiуn — comentу-. Es el mal humor crуnico… que tienes siempre despuйs de las misiones.
— No estoy de mal humor. Estoy cansado.
— Estбs fantбstico… sabes? Con la mancha en el costado de la cara que te dejу ese bestia con la picana. Hasta el ojo. Se ve a la legua. Deberнas levantarte y mirarte en el espejo.
— Odio a la gente que se encuentra bien por la maсana. Quй hora es? Por quй estбs levantado? Por quй estбs aquн? ЎMierda! — Miles perdiу las colchas. Ivan se las arrancу de las manos.
— El ghemcoronel Benin viene a recogerte. En un crucero imperial de media manzana de largo. Los cetagandanos quieren que llegues a la ceremonia de cremaciуn una hora antes.
— Cуmo? Por quй? No me pueden arrestar en la embajada, tengo inmunidad diplomбtica. Asesinarme? Ejecutarme? No es demasiado tarde para eso?
— El embajador Vorob'yev tambiйn quiere saberlo. Me dijo que te levantara lo mбs pronto posible. — Ivan empujу a Miles hacia el baсo-. Empieza a depilarte. Te he traнdo las botas y el uniforme de la lavanderнa de la embajada. Si los cetagandanos quieren asesinarte, no creo que lo hagan aquн. Te van a meter algo sutil bajo la piel, algo que surtirб efecto dentro de seis meses y entonces, puf, te derrumbarбs para siempre donde quiera que estйs.
— Una idea muy alentadora. — Miles se frotу la nuca, buscando disimuladamente golpes y chichones-. Te apuesto lo que quieras a que el Criadero Estrella tiene varias enfermedades terminales muy convenientes. Pero estoy casi seguro de no haber ofendido al Criadero… no a ellas…