– El pato es "yin" (frío); ayuda a orinar, pero su consumo no es aconsejable en las enfermedades causadas por el frío.
– La codorniz es "yin" y "yang" (fría y caliente); tonifica el "yin" y el "yang" y es aconsejable para las personas delgadas y débiles.
– La paloma "de toca" o palomo blanco, es "yin" y "yang" (fría y caliente); tonifica las energías y destruye las toxinas, siendo aconsejable para las enfermedades de la piel.
– El gallo y la gallina cuya carne es más roja, y cuyas plumas son blancas, son aconsejables para recuperar las fuerzas, sobre todo si se trata de mujeres; combinados con ciertos medicamentos combaten las cataratas.
– Los gorriones son "yang" (calientes); su carne es muy tónica para la energía en general, y particularmente para la energía sexual.
– La carpa, sobre todo si es roja y dorada, es "yin" y "yang" (fría y caliente). No es aconsejable consumirla si se está enfermo de los pulmones, o se tiene tos, o se padece de diviesos, abscesos o sarna.
– La tenca es "yin" y "yang" (fría y caliente); su carne tonifica los órganos y la sangre.
– El enabas (pescado) es "yang" (caliente); su carne es tonificante para el organismo.
– Las cigalas, gambas y camarones son "yin" (fríos); son tóxicos si se padecen enfermedades de la piel, abscesos, furúnculos, quistes, reumatismo y tos.
– Los mejillones son "yang" (calientes); tonifican la sangre, fortifican los órganos y facilitan la digestión.
EL KARMA
En respuesta a los muchos lectores que nos han escrito y nos han pedido que hablemos del Karma, desde el punto de vista del Taoísmo.
En la primera edición, no hablamos de este particular por miedo al ridículo; pero ahora nos sorprende el hecho de constatar, por las cartas llegadas desde todas las regiones de Francia, de Bélgica, del Canadá, etc., la coincidencia en la pregunta que hacen muchas personas: ¿Por qué no hablan del Karma? ¿Los taoístas creen en el Karma?, etc.
De hecho, los asiáticos que siguen la disciplina del camino del "Tao", creen en el Karma, y aplican sus creencias a lo largo de su vida: se abstienen de llevar a cabo tal acción por miedo a recoger tal resultado nefasto, tanto si lo han de padecer en este mundo, o en una próxima reencarnación. Y es "curioso" observar que, ciertas acciones realizadas por los parientes, sean causas cuyas consecuencias han de soportar sus descendientes.
Les informamos de algunas "causas y efectos" contenidos en el Libro Sagrado de la Ley del Karma de los Taoístas (Yêu Thiêt Chon Kinh):
– Quien desprecie Cielo y Tierra; padecerá cien desgracias.
– Aquel que blasfeme; no podrá orar eficazmente.
– Quien maldiga a la lluvia o insulte al viento; pagará con la demencia.
– Aquel que tome el dinero de los demás, en el nombre de Dios, no escapará del infortunio.
– Quien falte al respeto a sus padres; tendrá una vida breve, y en la siguiente reencarnación será huérfano y solitario. y lo mismo le ocurrirá a quien sea ingrato hacia los suyos.
– Aquel que no tenga respeto para con sus hermanos o hermanas; tendrá una vida solitaria.
– Quien viva sin moral; no encontrará a nadie que le socorra o ayude en sus desgracias.
– Aquel que se burle de los mendigos, de los desheredados, de los desvalidos; vivirá miserablemente en su próxima reencarnación.
– Quien menosprecie a sus semejantes, por orgullo; perderá sus dones en esta vida.
– Aquellos que falten a sus deberes de padres, hacia sus hijos; vivirán en el infortunio.
– Aquel o aquella que, habiendo prometido fidelidad a su consorte, falte al voto realizado; no tendrá amor y tendrá una existencia solitaria en la próxima reencarnación.
– Quien oprima a los débiles; tendrá hijos miedosos.
– Aquel que, en son de burla, indique hacia un falso camino; padecerá debilidad de la vista.
– Quien pronuncie a menudo malas palabras; conseguirá que los problemas se acumulen sobre su cabeza.
– Aquel que critique los fracasos de los demás; no tardará en ver su propio fracaso.
– Quien se ria de la enfermedad del prójimo; tendrá una existencia enfermiza.
– Aquel que desprecie a los simples de espíritu; perderá la memoria.
– Quien incite a las personas a mezclarse en pleitos; tendrá hijos que no podrán vivir en paz.
– Aquel que destruya la felicidad conyugal del prójimo; ya no tendrá felicidad familiar.
– Quien oprima a los débiles, a los desamparados; atraerá sobre sí la mala suerte.
– Aquel que empleare falsos pesos y falsas medidas; perderá lentamente su fortuna y acabará viviendo en la miseria.
– Quien halle gusto en mezclarse en los asuntos de los demás; despertará la furia de sus ancestros.
– Aquel que mienta a menudo; difícilmente tendrá éxito en la vida.
– Quien halle placer en inventar hechos insólitos para perjudicar a su prójimo; tendrá dificultades en el habla y tartamudeará en la próxima reencarnación.
– Aquel que estafe dinero a su prójimo; obtendrá fracaso sobre fracaso en la siguiente reencarnación.
– Quien falte a su palabra; en la próxima reencarnación pagará muy caro el incumplimiento de sus promesas.
– Aquel que vitupere de su patria; vivirá en el exilio, pobremente.
– Quien critique al país que le ha concedido asilo; fracasará en sus empresas.
– Aquel que no mida sus palabras; tendrá mala suerte.
– Quien deje en el abandono la tumba de sus padres; vivirá en el exilio durante tres generaciones.
– Aquel que desperdicie el trigo, el arroz, los alimentos; conocerá la miseria, el hambre.
– Quien abandone a su hermano o a su hermana, en la necesidad; no conseguirá tener buena suerte.
– Aquel que traicione a sus bienhechores; tendrá hijos cuya vida será desafortunada.
– Quien deteste a su prójimo; tendrá hijos desgraciados.
– Aquel que incendie o asalte las casas de los demás; no encontrará refugio y llevará una existencia fugitiva.
– Quien tenga animales para vender sus crías; tendrá hijos enemistados.
– Aquel que castre a los animales; no tendrá hijos.
– Quien traicione a su amigo; no tendrá verdaderos amigos, y vivirá en la traición.
– Aquel que mate a las personas para apoderarse de su dinero; se reencarnará en animal a lo largo de ocho vidas.
– Quien siembre el terror y la violencia entre las gentes, en la ciudad o en el campo; será sordomudo o leproso.
– Aquel que defraude en su negocio; tendrá hijos pobres.
– Quien defraude en los bienes del Estado; no escapará de la justicia en la siguiente reencarnación.
– Aquel que se entienda con la mujer de su amigo; será perseguido por la mala suerte.
– Quien use el fuego con el propósito de perjudicar a su prójimo; se volverá loco o perderá la memoria.
– Aquel que destruya los puentes; tendrá una vida plagada de dificultades.
– Quien abandone a su prójimo en el infortunio; no será escuchado, ni por los ángeles ni por los santos, cuando haya caído en desgracia y se entregue a sus oraciones.
– Aquel que use productos tóxicos para causar daño a su prójimo; no tendrá el don de la longevidad, y la mala suerte le perseguirá constantemente.
– Quien guarde los remedios eficaces, por egoísmo, en lugar de emplearlos para salvar a su prójimo; contraerá enfermedades incurables.
– Aquel que trate de curar a su prójimo, sin haber estudiado convenientemente; se reencarnará tres veces en el infortunio.
– Quien abuse de la resistencia de sus animales domésticos; será asmático en la siguiente reencarnación.
– Aquel que, abusando del trabajo de sus empleados, les pague miserablemente; conseguirá que sus hijos fracasen en la vida.
– Quien se confabule para causar perjuicio a su prójimo; se convertirá en loco o mudo en su próxima reencarnación.