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«La vida evolucionó hasta el estado de vertebrados que respiraban aire bajo dichas condiciones, con un tipo genérico de seres de seis patas. No hay evidencia de la aparición de seres inteligentes.

«Entonces en algún momento, hace entre cinco y diez millones de años, los tremendos cambios de temperatura producidos por Alcyone empezaron a ocurrir y virtualmente toda la vida fue barrida del planeta. De esta forma, o bien sobrevivieron unas pocas especies que se derivaron en las actuales, que soportan la situación climática en la forma que sabemos, o llegaron nuevas esporas, o apareció una generación de vida totalmente nueva.

«Aún sabemos muy poco sobre el último millón de años; parece ser que la opinión más generalizada es que debemos secar este lago y realizar mayores excavaciones en su lecho para encontrar vestigios de vida de este período. Sin embargo, de momento sabemos que en el momento actual la vida en general existe en este planeta bajo la forma de generaciones sucesivas, lo cual permite que puedan sobrevivir en dos medios distintos. ¿Algo que añadir o corregir en la presente exposición?

— Sólo un comentario; necesitamos ayuda astronómica urgentemente — dijo una voz.

— Estoy conforme. He grabado este pequeño discurso y mandaré la cinta al Alphard tan pronto como sea posible.

Terminaron la comida sin hablar más de temas científicos.

— ¿Qué piensas de todo esto, Dar? — preguntó Kruger más tarde —. ¿Es muy distinto de lo que tus Profesores te contaron?

— No se opone a nada de lo que me dijeron, ya que nunca nos contaron nada al respecto. Sabiendo ahora lo que son los Profesores, puedo suponerme que no lo hicieron porque ni ellos mismos pensaron nunca en ello.

— ¿Hay alguna posibilidad de que tus Profesores se opongan a que cuentes todo esto?

O si no lo hacen ellos, al menos lo hará alguno de los Profesores «calientes».

— He estado pensándolo. Creo que nuestros propios Profesores estarán al respecto tan interesados como yo, y he llegado a la conclusión de que todo lo que los otros Profesores saben de nuestras cuitas es lo que los nuestros les cuentan por radio. Los otros no podrían vivir en ningún lugar en las cercanías de las Murallas de Hielo.

— ¿Ni siquiera bajo tierra?

— Muy, muy bajo, es posible, pero aun así no podrían vigilar demasiado. La razón es bien sencilla: ¿No te mencionó el del géiser que no había forma de que le vieras, ni de que él te viera a ti, ya que no habría barrera capaz de manteneros seguros a los dos a través de la cual os pudierais observar?

— No había pensado en ello; pero si depende de las informaciones de tus Profesores, ¿por qué no pudieron decir que me habían matado en vez de tratar de cumplir sus órdenes?

— Bueno, si en algún momento se les hubiera ocurrido eso, tal vez pensaron que la razón por la que quería matarte era de una naturaleza tal que él podría detectar los resultados si no lo hacían. Si mi gente hubiera aprendido una buena dosis de tu ciencia, por ejemplo, sería bastante difícil de ocultar.

— Supongo que sí. Aun así, yo me arriesgaría antes de matar a un amigo.

— Tal vez no estuvieran seguros de si tú eres en verdad un amigo. Recuerda que no estuvieron contigo tanto tiempo como yo y…, bueno, ya sabes que tenemos algunas características bastante extrañas. Entiendo que aquel Profesor «caliente» se sintiera así.

— Lo supongo. Nos conocemos bastante bien ahora, pero seguimos encontrándonos raros a veces. Sin embargo, ya no me importa.

— Ni a mí — en aquel momento, los dos se miraron con una sensación casi de perfecta comprensión, mayor que la que nunca hubiera existido entre ellos ni fueran a conseguir después.

XIII. ASTRONOMÍA; XENOLOGÍA

El módulo que llevó el informe geológico a los astrónomos también transportó a Dar Lang Ahn y a Nils Kruger de regreso al Alphard. Dar había seguido la explicación, pero no veía la necesidad de los astrónomos para comprobar las teorías de los especialistas en rocas. Su curiosidad por todas las disciplinas relacionadas con las ciencias físicas había llegado a un nivel tal que pocos seres humanos alcanzan después de salir de la infancia.

Escuchó atentamente la grabación de los geólogos al ser oída por los astrónomos, pero no había nada que no recordara de su emisión original. También escuchó atentamente la conversación de estos nuevos científicos y nunca creyó que pudieran tomar como una descortesía sus palabras, lo que de hecho no hizo la mayoría.

— Me temo no poder entender lo que quieren decir cuando se refieren a que Arren puede haber «capturado» a Theer y a Abyormen — preguntó en una ocasión.

— Creo que el joven Kruger te explicó algo de las leyes de Newton — fue el principio de la respuesta —. Normalmente, cada dos cuerpos se atraen de acuerdo a una ley definida, y dicha atracción, unida al corriente hecho de la inercia, que es lo que sostiene a una piedra en el aire después de que haya salido de la mano que la lanzó, produce unos movimientos definidos y precisos en dichos cuerpos, como, por ejemplo, el Alphard girando alrededor de tu planeta en este momento. Por «captura» entendemos simplemente que originariamente Theer no viajaba alrededor de Arren, sino que tenía su propio camino en el espacio, camino que le llevó cerca de Arren. Las fuerzas de atracción de la estrella cambiaron los rumbos, de forma que ahora viajan el uno alrededor del otro.

— Eso parece estar suficientemente claro. Pero ¿he deducido correctamente al pensar que algunos de vosotros encontró extraña esta idea?

— Mucho. Las capturas no ocurren normalmente; necesitan circunstancias muy especiales.

— ¿Por qué? Si la fuerza varía con la distancia como has dicho, debo creer que todo lo que haría falta es que los dos objetos se acerquen lo suficiente. De hecho, no veo la razón por la cual Theer y Arren no se han precipitado uno sobre el otro hace mucho tiempo, si lo que dices es cierto.

— Buena pregunta. El problema es que, al precipitarse contra otro los dos objetos, aumenta su velocidad; puedes verlo. A menos que no sean dirigidos exactamente desde el principio, no chocarán, y a menos que choquen empezarán a separarse de nuevo, deteniéndose justamente en el lugar donde antes cogieron velocidad. El rumbo exterior tendrá la misma forma que el interior, de forma que no les verás haciendo espirales juntos. Mira, te lo mostraré.

Al encontrarse el Alphard ingrávido fue bastante sencillo demostrar ese punto. Dos bolas de tuétano cargadas de electricidad colocadas en una de vacío se comportaron de una manera tal que hizo el fenómeno bastante claro para el curioso abyormenita.

— Entonces, ¿cómo se puede efectuar una captura? — preguntó a su instructor cuando éste volvió a entrar a la parte principal de la nave y se hubo quitado su traje espacial —.

Supongo que será posible de algún modo, o si no, no lo hubieras mencionado.

— Es posible. Si hay un tercer objeto, moviéndose en la dirección oportuna respecto a los otros, las cosas pueden suceder así, aunque la probabilidad de un evento tal no es muy alta que digamos, y de haber introducido aire en la cámara hace un momento, su fricción hubiera provocado que las bolas de tuétano se moverían juntas en forma de espirales.

— Supongo que la idea es que alguna otra de las estrellas del sistema sirvió de tercer cuerpo.

— Odio tener que depender de eso, ya que están muy lejos, pero por lo menos justificaría la situación.

— De cualquier forma, es posible que sea ésta la causa del comienzo de las épocas calientes para Abyormen.

— Posible. No me gustaría decir más — el abyormenita tenía por el momento que conformarse con aquello.

Naturalmente, no fueron necesarias muchas preguntas conteniendo los términos «quizá» y «probablemente» para hacer que Dar empezara a pensar en una pregunta tal «cómo-lo-puedes-saber». Llegó un momento en que los astrónomos, aunque aún le soportaban, le sugirieron que pidiera a Kruger que le enseñara un poco de álgebra elemental.