Выбрать главу

— Por supuesto que no…, no podrías. Esperas vivir aún mucho tiempo, aunque no sepas cuánto — apretó una de las manos de Kruger con su pequeña zarpa —. Nils, dentro de muchos de tus años habrá aquí bastante gente que serán parte de mí. Yo me habré ido, pero tal vez estés tú aún por el mundo. Tal vez con lo que tú y yo hemos hecho por ellos algunos lleguen a ser científicos, y sabrán tener respeto en vez de desprecio por los «calientes», y empezarán algo que con el tiempo podrá convertirse en una civilización como la vuestra. Me gustaría pensar que tú les estarás ayudando.

Saltó al asiento del planeador y, sin dejar al chico tiempo para decir una palabra, soltó la catapulta.

Kruger contempló cómo el pequeño aeroplano desaparecía de su vista, lo cual no tardó mucho en suceder, ya que sus ojos no se encontraban todo lo despejados que debían; pero aún estaba con la cara vuelta hacia donde se había ido cuando murmuró: — ¡Estaré! — se dio la vuelta a la vez que el ruido sordo de una gran puerta sonaba desde el túnel.

FIN