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Prana es el nombre con que designamos un principio universal, el cual es la esencia de todo movimiento, fuerza o energía, ya se manifieste como gravitación, electricidad, revolución planetaria o cualquiera forma de vida, desde la más elevada a la más inferior. Puede ser llamado el alma de la Fuerza y de la Energía en todas sus manifestaciones, o aquel principio que operando de cierta manera produce la forma de actividad que acompaña la vida.

Este gran principio existe en todas las formas de materia y, sin embargo, no es materia. Está en el aire, pero no es aire ninguno de sus elementos químicos. Los animales y vegetales lo respiran con el aire, pero si éste no lo contuviera morirían, fuera cual fuera la cantidad de aire respirada. Es tomado por el sistema conjuntamente con el oxígeno, y, sin embargo, no es el oxígeno. El escritor hebreo autor del Génesis, conocía la diferencia que existe entre el aire atmosférico y el principio misterioso y potente contenido en él. Habla de neshemet ruach chayim, que traducido, significa: “la respiración del espíritu de vida”. En hebreo, neshemet significa la respiración ordinaria del aire atmosférico, y chayim¸ vida o vidas; mientras que la palabra ruach, quiere decir “el espíritu de vida”, que, según los ocultistas, es el mismo principio al cual denominamos prana.

Prana está en el aire atmosférico, pero está también en todas partes y penetra donde el aire no puede llegar. El oxígeno del aire juega un papel importante en el sostenimiento de la vida animal, y el carbono desempeña una función similar en la vida vegetal, pero prana tiene la suya propia y distinta en las manifestaciones de la vida, aparte de las funciones fisiológicas.

Estamos constantemente inhalando el aire cargado de prana, y constantemente también extraemos éste de aquél, apropiándolo para nuestro uso. Encontrándose el prana en su estado más libre en el aire, y en regular cantidad cuando éste es puro, los sacamos de esa fuente más fácilmente que de cualquiera otra. En la respiración ordinaria absorbemos y extraemos una cantidad normal de prana, pero por la respiración contraloreada y regulada (generalmente conocida como respiración yoghi), no ponemos en condiciones de extraer una cantidad mayor, que se concentra en el cerebro y centros nerviosos para ser utilizada cuando sea necesario. Podemos almacenar prana de la misma manera que los acumuladores almacenan la electricidad. Los numerosos poderes atribuidos a los ocultistas avanzados, son debidos, en gran parte, al conocimiento de este hecho y al uso inteligente de esta energía acumulada. Los yoghis conocen que, por ciertas formas de respiración, pueden establecer determinadas relaciones con el depósito de prana y disponer de él para sus necesidades. No sólo fortalecen de esta manera todas las partes del cuerpo, sino que el cerebro mismo puede recibir un aumento de energía del mismo origen, las facultades latentes ser desarrolladas y adquirirse poderes psíquicos.

Aquel que posee la facultad de almacenar prana, sea consciente o inconscientemente, irradia a menudo vitalidad y fuerza que es sentida por los que entran en contacto con él, y tal persona puede comunicar su fuerza a otras y darles un aumento de vitalidad y fuerza que es sentida por los que entran en contacto con él, y tal persona puede comunicar su fuerza a otras y darles un aumento de vitalidad y salud. Lo que es llamado “curación magnética” se produce de esta manera, aunque muchos de los magnetistas no se dan cuenta del origen de su poder.

Los científicos occidentales han tenido alguna idea de la existencia de este gran principio, del cual está cargado el aire; pero viendo que escapaba al análisis químico y que no era registrado por ninguno de sus instrumentos, han tratado generalmente con desdén la teoría oriental. No pudiendo explicar este principio, lo han negado. Sin embargo, parecen reconocer que el aire de ciertos lugares posee una cierta cantidad de algo y los médicos envían los enfermos a esos lugares con la esperanza de verlos recuperar la salud.

El oxígeno del aire es asimilado por la sangre y utilizado por el sistema circulatorio. El prana del aire es asimilado por el sistema nervioso y utilizado en su obra. Y así como la sangre oxigenada circula por todas las partes del organismo y cuida de su construcción y reparación, así también prana circula por todas las partes del sistema nervioso agregando fuerza y vitalidad. Si nos representamos a prana como el principio activo de lo que llamamos vitalidad, podremos formarnos una idea mucho más clara del papel importante que desempeña en nuestra vida.

De la misma manera que el oxígeno de la sangre es consumido por las necesidades del sistema, la provisión de prana es agotada por nuestros pensamientos, voliciones, acciones, etc., y se hace necesario, en consecuencia, una reposición constante.

Cada pensamiento, acto, esfuerzo de voluntad y movimiento de un músculo gasta una cierta cantidad de lo que llamamos fuerza nerviosa, la cual es en realidad una forma de prana.

Para mover un músculo el cerebro envía un impulso sobre los nervios y el músculo se contrae, ocasionando un gasto de prana proporcionado al esfuerzo realizado. Si se tiene en cuanta que la mayor suma de prana adquirida por el hombre le llega por medio del aire inhalado, es fácil apreciar la importancia de una respiración correcta.

Capítulo V El sistema nervioso

Se ha de notar que las teorías científicas occidentales referentes a la respiración se limitan a la absorción del oxígeno y su uso a través del sistema circulatorio, mientras que la teoría yoghi toma también en cuanta la absorción de prana y su manifestación por los canales del sistema nervioso. Antes de seguir adelante puede ser útil dar una rápida mirada al sistema nervioso.

El sistema nervioso del hombre se divide en dos grandes sistemas: el sistema cerebro-espinal y el sistema simpático. El cerebro-espinal consiste en toda aquella parte del sistema nervioso contenida en la cavidad craneana y el canal espinal, es decir, el cerebro y la médula espinal, así como los nervios ramificaciones de aquellos. Este sistema preside las funciones de la vida animal conocidas como volición, sensación, etc. El sistema simpático incluye toda aquella parte del sistema nervioso localizado principalmente en las cavidades torácica, abdominal y pélvica, que se distribuye a los órganos internos. Contralorea los procesos involuntarios, tales como el crecimiento, la nutrición, etc.

El sistema cerebro-espinal tiene bajo su dependencia la vista, oído, gusto, olfato y tacto y es el motor que emplea el Ego para pensar, manifestar conciencia y ponerse en comunicación con el mundo exterior. Este sistema puede compararse a un sistema telefónico, constituyendo el cerebro la oficina central y la médula espinal y nervios los cables e hilos, respectivamente.

El cerebro es una masa de tejido nervioso y consiste de tres partes: el cerebro propiamente dicho que ocupa la parte anterior, media y posterior del cráneo; el cerebelo o pequeño cerebro, que llena la parte inferior y posterior del cráneo, y la médula oblongada, que es el principio ensanchado de la médula espinal y está situada frente al cerebelo.

El cerebro es el órgano de aquella parte de la mente que se manifiesta como acción intelectual; el cerebelo rige los movimientos de los músculos voluntarios. La médula oblongada es el extremo superior de la médula espinal y de ésta y del cerebro se ramifican los nervios craneanos que se extienden a varias partes de la cabeza, a los órganos de los sentidos especiales de la respiración, y a algunos del tórax y abdomen.

La médula espinal llena el canal de la columna vertebral y es una larga masa de sustancia nerviosa que se ramifica por entre las vértebras en los nervios que se dirigen a todas las partes del cuerpo. La médula espinal es semejante a un largo cable telefónico, y los nervios, a los hilos de uso particular en conexión con aquel.

El sistema nervioso simpático consiste en una doble cadena de ganglios paralelos a la columna vertebral y de ganglios diseminados en la cabeza, cuello, pecho y abdomen. (Un ganglio es una masa de tejido nervioso que contiene células nerviosas). Estos ganglios están en relación con otros por filamentos y con el sistema cerebroespinal por los nervios motores y sensitivos. De estos ganglios se ramifican numerosas fibras y se dirigen a los órganos del cuerpo, vasos sanguíneos, etc. En diferentes puntos los nervios se encuentran y forman, lo que se conoce con el nombre de plexo. El sistema simpático contralorea de hecho los procesos involuntarios, tales como la circulación, respiración, digestión, etc.