– Buenos días, Jack.
Inicio mi jornada pidiendo un mensajero para que lleve a imprimir sus folletos. Él asoma la cabeza por la puerta de su despacho.
– Ana, ¿podrías traerme un café, por favor?
– Claro.
Voy hacia la cocina y me encuentro con Claire, la recepcionista, que también está preparando café.
– Hola, Ana -dice alegremente.
– Hola, Claire.
Charlamos un poco sobre la reunión del fin de semana con su numerosa familia, en la cual disfrutó muchísimo, y yo le cuento que salí a navegar con Christian.
– Tienes un novio de ensueño, Ana -me dice con los ojos brillantes.
Estoy tentada de mirarla con expresión maravillada.
– No está mal.
Sonrío, y ambas nos echamos a reír.
– ¡Cuánto has tardado! -me increpa Jack cuando llego.
¡Oh!
– Lo siento.
Me ruborizo y luego tuerzo el gesto. He tardado lo normal. ¿Qué le pasa? A lo mejor está nervioso por algo.
Él mueve la cabeza, arrepentido.
– Perdona, Ana. No pretendía gritarte, cielo.
¿Cielo?
– En dirección se está tramando algo y no sé qué es. Estate atenta, ¿vale? Si oyes algo por ahí… sé que las chicas habláis entre vosotras.
Me sonríe con aire cómplice y siento unas ligeras náuseas. No tiene ni idea de qué hablamos las «chicas». Además, yo ya sé lo que está pasando.
– Me lo harás saber, ¿verdad?
– Claro -digo entre dientes-. He mandado a imprimir el folleto. Estará listo a las dos en punto.
– Estupendo. Toma. -Me entrega un montón de manuscritos-. Necesito una sinopsis del primer capítulo de todos estos, y luego archívalos.
– Me pondré a ello.
Me siento aliviada al salir de su despacho y ocupar mi mesa. Ah, no me resulta nada fácil disponer de información confidencial. ¿Qué hará Jack cuando se entere? Se me hiela la sangre. Algo me dice que se enfadará bastante. Echo un vistazo a mi BlackBerry y sonrío. Hay un e-mail de Christian.
De: Christian Grey
Fecha: 14 de junio de 2011 09:23
Para: Anastasia Steele
Asunto: Amanecer
Me encanta despertarme contigo por la mañana.
Christian Grey
Total y absolutamente enamorado presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Tengo la sensación de que la sonrisa que aparece en mi cara la parte en dos.
De: Anastasia Steele
Fecha: 14 de junio de 2011 09:35
Para: Christian Grey
Asunto: Anochecer
Querido total y absolutamente enamorado:
A mí también me encanta despertarme contigo. Aunque yo adoro estar contigo en la cama y en los ascensores y encima de los pianos y en mesas de billar y en barcos y escritorios y duchas y bañeras y atada a extrañas cruces de madera y en inmensas camas de cuatro postes con sábanas de satén rojo y en casitas de embarcaderos y en dormitorios de infancia.
Tuya
Loca por el sexo e insaciable xx
De: Christian Grey
Fecha: 14 de junio de 2011 09:37
Para: Anastasia Steele
Asunto: Hardware húmedo
Querida loca por el sexo e insaciable:
Acabo de espurrear el café encima de mi teclado.
Creo que nunca me había pasado algo así.
Admiro a una mujer que se entusiasma tanto por la geografía.
¿Debo deducir que solo me quiere por mi cuerpo?
Christian Grey
Total y absolutamente escandalizado presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
De: Anastasia Steele
Fecha: 14 de junio de 2011 09:42
Para: Christian Grey
Asunto: Riendo como una tonta… y húmeda también
Querido total y absolutamente escandalizado:
Siempre.
Tengo que trabajar.
Deja de molestarme.
LS &I xx
De: Christian Grey
Fecha: 14 de junio de 2011 09:50
Para: Anastasia Steele
Asunto: ¿He de hacerlo?
Querida LS &I:
Como siempre, sus deseos son órdenes para mí.
Me encanta que estés húmeda y riendo como una tonta.
Hasta luego, nena.
x
Christian Grey
Total y absolutamente enamorado, escandalizado y embrujado
presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Dejo la BlackBerry y me pongo a trabajar.
A la hora del almuerzo, Jack me pide que vaya a comprarle algo de comer. En cuanto salgo de su despacho, llamo a Christian.
– Anastasia -contesta inmediatamente con voz cariñosa y acariciante.
¿Cómo consigue este hombre que me derrita por teléfono?
– Christian, Jack me ha pedido que vaya a comprarle la comida.
– Cabrón holgazán -maldice.
No le hago caso, y continúo:
– Así que voy a comprarla. Quizá sería más práctico que me dieras el teléfono de Sawyer, y así no tendría que molestarte.
– No es ninguna molestia, nena.
– ¿Estás solo?
– No. Aquí hay seis personas que me miran atónitas preguntándose con quién demonios estoy hablando.
Oh, no…
– ¿De verdad? -musito aterrada.
– Sí. De verdad. Mi novia -informa, apartándose del teléfono.
¡Madre mia!
– Seguramente todos creían que eras gay, ¿sabes?
Se ríe.
– Sí, seguramente.
Puedo percibir su sonrisa.
– Esto… tengo que colgar.
Estoy segura de que nota cuánto me avergüenza interrumpirle.
– Se lo comunicaré a Sawyer. -Vuelve a reírse-. ¿Has sabido algo de tu amigo?
– Todavía no. Será usted el primero en enterarse, señor Grey.
– Bien. Hasta luego, nena.
– Adiós, Christian.
Sonrío. Cada vez que dice eso, me hace sonreír… tan impropio de Cincuenta, pero en cierto modo, también tan de él.
Cuando salgo al cabo de pocos segundos, Sawyer ya me está esperando en la puerta del edificio.
– Señorita Steele -me saluda muy formal.
– Sawyer -asiento a modo de respuesta, y nos encaminamos juntos hacia la tienda.
Con Sawyer no me siento tan cómoda como con Taylor. Él sigue vigilando la calle mientras caminamos por la acera. De hecho, consigue ponerme más nerviosa, y también yo acabo haciendo lo mismo.
¿Está Leila rondando por aquí cerca? ¿O nos hemos contagiado todos de la paranoia de Christian? ¿Forma parte esto de sus cincuenta sombras? Lo que daría por tener una inocente conversación de media hora con el doctor Flynn para averiguarlo.
No se ve nada raro, solo Seattle a la hora del almuerzo: gente que sale a comer con prisas, que va de compras o a reunirse con amigos. Veo a dos mujeres jóvenes que se abrazan al encontrarse.