¿El cumpleaños de Christian? Vaya, no tenía ni idea.
– ¿Cuándo es?
– Lo sabía. Sabía que no te lo habría dicho. Es el sábado. Mamá y papá quieren que venga todo el mundo a comer para celebrarlo. Te estoy invitando oficialmente.
– Oh, eso es estupendo. Gracias, Mia.
– Ya he telefoneado a Christian y se lo he dicho, y él me ha dado tu teléfono de aquí.
– Genial.
Mi mente ya está dando vueltas: ¿qué demonios voy a comprarle a Christian por su cumpleaños? ¿Qué le compras a un hombre que tiene de todo?
– Y la próxima semana podríamos quedar para comer.
– Claro. ¿Y qué tal mañana? Mi jefe estará en Nueva York.
– Oh, eso sería fantástico, Ana. ¿A qué hora?
– ¿A la una menos cuarto?
– Ahí estaré. Adiós, Ana.
– Adiós.
Cuelgo.
Christian. Cumpleaños. ¿Qué demonios puedo comprarle?
De: Anastasia Steele
Fecha: 15 de junio de 2011 16:11
Para: Christian Grey
Asunto: Antediluviano
Querido señor Grey:
¿Cuándo, exactamente, pensaba decírmelo?
¿Qué debería comprarle a mi vejestorio por su cumpleaños?
¿Quizá unas pilas para el audífono?
A x
Anastasia Steele
Ayudante de Jack Hyde, editor de SIP
De: Christian Grey
Fecha: 15 de junio de 2011 16:20
Para: Anastasia Steele
Asunto: Prehistórico
No te burles de los ancianos.
Me alegro de que estés vivita y coleando.
Y de que Mia te haya llamado.
Las pilas siempre van bien.
No me gusta celebrar mi cumpleaños.
x
Christian Grey
Presidente sordo como una tapia de Grey Enterprises Holdings, Inc.
De: Anastasia Steele
Fecha: 15 de junio de 2011 16:24
Para: Christian Grey
Asunto: Mmm
Querido señor Grey:
Le imagino poniendo morritos mientras escribía esa última frase.
Eso ejerce un efecto sobre mí.
A xox
Anastasia Steele
Ayudante de Jack Hyde, editor de SIP
De: Christian Grey
Fecha: 15 de junio de 2011 16:29
Para: Anastasia Steele
Asunto: Con los ojos en blanco
Señorita Steele:
¡¡¡UTILICE LA BLACKBERRY!!!
x
Christian Grey
Presidente de mano suelta de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Pongo cara de exasperación. ¿Por qué es tan susceptible con los e-mails?
De: Anastasia Steele
Fecha: 15 de junio de 2011 16:33
Para: Christian Grey
Asunto: Inspiración
Querido señor Grey:
Ah… No puede estar sin la mano suelta mucho tiempo, ¿verdad?
Me pregunto qué diría sobre eso el doctor Flynn.
Pero ahora ya sé qué voy a regalarte por tu cumpleaños… y espero que me haga daño…
;)
A x
De: Christian Grey
Fecha: 15 de junio de 2011 16:38
Para: Anastasia Steele
Asunto: Angina de pecho
Señorita Steele:
No creo que mi corazón pueda aguantar la tensión de otro correo como este; ni tampoco mis pantalones, por cierto.
Compórtese.
x
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
De: Anastasia Steele
Fecha: 15 de junio de 2011 16:42
Para: Christian Grey
Asunto: Pesado
Christian:
Intento trabajar para mi muy pesado jefe.
Por favor, deja de molestarme y de ser tan pesado tú también.
Tu último e-mail me ha puesto a cien.
x
P.D.: ¿Puedes recogerme a las 18:30?
De: Christian Grey
Fecha: 15 de junio de 2011 16:47
Para: Anastasia Steele
Asunto: Ahí estaré
Nada me complacería más.
En realidad, sí se me ocurren una serie de cosas que me complacerían más, y todas tienen que ver contigo.
x
Christian Grey
Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.
Al leer su respuesta, me ruborizo y sacudo la cabeza. Bromear sobre estas cosas por correo está muy bien, pero la verdad es que tenemos que hablar. Quizá después de mi charla con el doctor Flynn. Dejo la BlackBerry y doy por terminada mi pequeña reconciliación.
Hacia las seis y cuarto la oficina está desierta. He leído todo lo que me ha encargado Jack. He reservado un taxi para que le lleve al aeropuerto, y acabo de entregarle sus documentos. Echo una mirada ansiosa a través del cristal, pero él sigue concentrado en su llamada telefónica, y no quiero interrumpirle; no, visto el humor que tiene hoy.
Mientras espero a que termine, se me ocurre que hoy no he comido. Oh, no… eso no le sentará bien a Cincuenta. Me dirijo rápidamente hacia la cocina para ver si quedan galletas.
Estoy abriendo el tarro comunitario de galletas cuando Jack aparece de repente en el umbral de la cocina, mirándome fijamente.
Oh. ¿Qué está haciendo aquí?
Me fulmina con la mirada.
– Bueno, Ana. Creo que este es un buen momento para hablar de tus fallos.
Entra y cierra la puerta, e inmediatamente se me seca la boca y en mi mente suena una alarma fuerte e insistente.
Oh, no.
En sus labios se dibuja una sonrisa grotesca, y sus ojos tienen un brillo profundo e intenso de color cobalto.
– Por fin estamos a solas -dice, y se lame el labio superior muy despacio.
¿Qué?
– Ahora… ¿vas a ser buena chica y escucharás con mucha atención lo que te diga?
16
Los ojos de Jack tienen un destello azul muy oscuro, y sonríe con aire despectivo mientras mira con lascivia mi cuerpo de arriba abajo.
El miedo me deja sin respiración. ¿Qué es esto? ¿Qué quiere? De algún lugar del interior de mi mente y a pesar de mi sequedad de boca, surge la decisión y el valor para forzarme a decir algunas palabras entre dientes, con el mantra de mi clase de autodefensa, «Haz que sigan hablando», girando en mi cerebro como un centinela etéreo.
– Jack, no creo que ahora sea buen momento para esto. Tu taxi llegará dentro de diez minutos, y tengo que darte todos tus documentos.
Mi voz, tranquila pero ronca, me delata.
Él sonríe, y cuando finalmente esa sonrisa alcanza a sus ojos, tiene un aire despótico de «me trae totalmente al pairo». Su mirada brilla bajo la cruda luz del tubo fluorescente sobre nuestras cabezas en este cuarto gris y sin ventanas. Da un paso hacia mí, sin apartar sus ojos refulgentes de los míos. Le miro, y veo sus pupilas dilatadas, el negro eclipsando al azul. Oh, Dios. Mi miedo se intensifica.