Выбрать главу

– Allí estaré.

Cuelgo.

¡Madre mía! Reviso la lista actualizada de los autores de Jack. Sí, estoy familiarizada con casi todos. Tengo los cinco manuscritos cuya publicación ya está en marcha, y otros dos que deberíamos pensar seriamente en publicar. Respiro profundamente: no puedo creer que ya sea hora de comer. El día ha pasado muy rápido y eso me encanta. He tenido que asimilar tantas cosas esta mañana. Una señal acústica en mi calendario me avisa de que tengo una cita.

¡Oh, no… Mia! Con tantas emociones me había olvidado de nuestro almuerzo. Busco mi BlackBerry y trato de encontrar a toda prisa su número.

Suena mi teléfono.

– Es él, está en recepción -dice Claire en voz baja.

– ¿Quién?

Por un segundo, pienso que puede ser Christian.

– El dios rubio.

– ¿Ethan?

Oh, ¿qué querrá? Inmediatamente me siento culpable por no haberle llamado.

Ethan, vestido con una camisa azul de cuadros, camiseta blanca y vaqueros, sonríe de oreja a oreja en cuanto aparezco.

– ¡Uau! Estás muy sexy, Steele -dice, asintiendo con admiración, y me da un abrazo rápido.

– ¿Va todo bien? -pregunto.

Él frunce el ceño.

– Toda va bien, Ana. Quería verte, eso es todo. Hacía unos días que no sabía nada de ti y quería averiguar cómo te trata el magnate.

Me ruborizo y no puedo evitar sonreír.

– ¡Vale! -exclama Ethan y levanta las manos-. Con esa sonrisa velada me basta. No quiero saber nada más. He venido con la esperanza de que pudieras salir a comer. Voy a matricularme en un curso de psicología en septiembre, aquí en Seattle. Para mi máster.

– Oh, Ethan. Han pasado muchas cosas. Tengo mucho que contarte, pero ahora mismo no puedo. Tengo una reunión. -Y de repente se me ocurre una idea-. ¿Podrías hacerme un gran favor, un favor enorme? -le pregunto, entrelazando las manos en gesto de súplica.

– Claro -dice, perplejo ante mi petición.

– Había quedado para comer con la hermana de Christian y Elliot, pero no puedo localizarla, y me acaba de surgir esta reunión. ¿Podrías llevarla a comer? ¿Por favor?

– ¡Uf, Ana! No quiero hacer de canguro de una mocosa.

– Por favor, Ethan.

Le dedico la mejor caída de las largas pestañas de mis ojos azules. Él alza la mirada con expresión resignada y sé que le he pillado.

– ¿Me cocinarás algo? -refunfuña.

– Claro, lo que sea, cuando quieras.

– ¿Y dónde está ella?

– Está a punto de llegar.

Y, justo en ese momento, oigo su voz.

– ¡Ana! -grita desde la puerta.

Ambos nos damos la vuelta, y ahí está ella: tan alta y curvilínea, con su negra melenita corta, lacia y brillante, y un minivestido verde menta, a juego con unos zapatos de tacón alto con tiras alrededor de sus esbeltos tobillos. Está espectacular.

– ¿La mocosa? -susurra él, mirándola boquiabierto.

– Sí. La mocosa que necesita un canguro -le respondo también en un susurro-. Hola, Mia.

Le doy un rápido abrazo y ella se queda mirando a Ethan con bastante descaro.

– Mia… este es Ethan, el hermano de Kate.

Él asiente arqueando las cejas, sorprendido. Mia pestañea repetidamente y le da la mano.

– Encantado de conocerte -murmura Ethan con delicadeza, y Mia, sin palabras por una vez, vuelve a pestañear y se sonroja.

Oh vaya. Me parece que es la primera vez que la veo ruborizarse.

– Yo no puedo salir a comer -digo débilmente-. Pero Ethan ha aceptado acompañarte, si te parece bien. ¿Podríamos quedar nosotras otro día?

– Claro -dice Mia en voz baja.

Mia hablando en voz baja, vaya una novedad.

– Sí. Ya me ocupo yo de ella. Hasta luego, Ana -dice Ethan, y le ofrece el brazo a Mia.

Ella acepta con una sonrisa tímida.

– Adiós, Ana. -Mia se vuelve hacia mí y dice sin palabras, con un guiño exagerado-: ¡Oh, Dios mío!

¡Le gusta! Les despido con la mano mientras salen del edificio. Me pregunto cuál será la actitud de Christian con respecto a las citas de su hermana. Pensar en eso me inquieta. Ella tiene mi edad, de manera que no puede oponerse, ¿verdad?

Pero es que estamos hablando de Christian. Mi fastidiosa subconsciente ha vuelto, con su expresión severa, su rebeca de punto y el bolso colgado del brazo. Sacudo la cabeza para deshacerme de esa imagen. Mia es una mujer adulta y Christian puede ser una persona razonable, ¿o no? Desecho esa idea y vuelvo al despacho de Jack… esto… a mi despacho, para preparar la reunión.

A las tres y media ya estoy de vuelta. La reunión ha ido bien. Incluso he conseguido que me aprueben los dos manuscritos que he propuesto. Estoy emocionada.

Sobre mi escritorio hay una enorme cesta de mimbre llena de unas maravillosas rosas de color blanco y rosa pálido. Uau… solo ya el aroma resulta cautivador. Cojo la tarjeta y sonrío. Sé quién las envía.

Felicidades, señorita Steele

¡Y lo has hecho todo tú sola!

Sin ayuda de tu muy amigo, compañero y megalómano presidente

Te quiero

Christian

Saco la BlackBerry para escribirle.

De: Anastasia Steele

Fecha: 16 de junio de 2011 15:43

Para: Christian Grey

Asunto: El megalómano…

… es mi tipo de maníaco favorito. Gracias por las preciosas flores. Han llegado en una enorme cesta de mimbre que me hace pensar en picnics y mantitas.

x

De: Christian Grey

Fecha: 16 de junio de 2011 15:55

Para: Anastasia Steele

Asunto: Aire libre

¿Maníaco, eh? Puede que el doctor Flynn tenga algo que decir sobre esto.

¿Quieres ir de picnic?

Podemos divertirnos mucho al aire libre, Anastasia…

¿Cómo va el día, nena?

Christian Grey

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.

Oh, Dios. Me ruborizo leyendo su respuesta.

De: Anastasia Steele

Fecha: 16 de junio de 2011 16:00

Para: Christian Grey

Asunto: Intenso

El día ha pasado volando. Apenas he tenido un momento para mí, para pensar en nada que no fuera trabajo. ¡Creo que soy capaz de hacer esto! Te contaré más en casa.

Eso del aire libre suena… interesante.

Te quiero.

A x

P.D.: No te preocupes por el doctor Flynn.

Suena el teléfono de mi mesa. Es Claire desde recepción, desesperada por saber quién ha enviado las flores y qué ha pasado con Jack. Enclaustrada en el despacho todo el día, me he perdido los cotilleos. Le cuento apresuradamente que las flores son de mi novio y que sé muy poco sobre la marcha de Jack. Vibra mi BlackBerry: es un nuevo e-mail de Christian.

De: Christian Grey

Fecha: 16 de junio de 2011 16:09

Para: Anastasia Steele

Asunto: Intentaré…

… no preocuparme.

Hasta luego, nena. x

Christian Grey

Presidente de Grey Enterprises Holdings, Inc.