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Capítulo 22

Mientras Elizabeth se acercaba al pabellón de caza del anterior Lord Danbury, se mordía nerviosamente el labio inferior, e hizo una pausa para releer la inesperada misiva de Lady Danbury.

Elizabeth-

Como sabe, me chantajean. Creo que usted podría tener información para desenmascarar al bandido que me ha elegido como su objetivo. Por favor, encuéntrese conmigo en el pabellón de caza de Lord Danbury a las ocho de esta tarde.

Tuya,

Agatha, Lady Danbury

Elizabeth no tenia ni idea de por qué Lady Danbury pensaba que ella poseía información pertinente, pero tampoco tenía ninguna razón para recelar de la autenticidad de la nota. Ella conocía la letra de Lady D tan bien como la suya, y esta no era ninguna falsificación.

A propósito no había compartido el contenido de la nota con sus hermanos menores, prefiriendo decirles que Lady Danbury tenía que verla y dejarlo así. Ellos no sabían nada del complot de chantaje, y Elizabeth no había querido preocuparlos, sobre todo ya que la Señora D quiso encontrarse con ella a una hora tan tardía. Había todavía bastante luz a las ocho, pero a menos que la condesa pudiera concluir su asunto en unos pocos minutos estaría oscuro cuando Elizabeth volviera a casa.

Elizabeth hizo una pausa con la mano sobre la manija. No había ningún carruaje a la vista, y la salud de Lady Danbury no le permitía recorrer a pie tales distancias. Si la condesa no había llegado aún, entonces, probablemente la puerta estaría cerrada, y…

La manija giró bajo su mano.

"Qué raro," murmuró, y entró en el pabellón.

Había un fuego ardiendo en el hogar, y una elegante cena estaba servida sobre la mesa. Elizabeth se adentró más en el cuarto, girando lentamente en círculo mientras ella tomaba nota de los preparativos. ¿Por qué Lady Danbury…

"¿Lady Danbury? " llamó. "¿Está aquí? "

Elizabeth sintió una presencia a su espalda, en la entrada y dio media vuelta.

"No," dijo James. "Sólo estoy yo. "

La mano de Elizabeth voló a su boca. "¿Qué haces aquí? " jadeó.

Su sonrisa era torcida. “Lo mismo que tú, imagino. ¿Recibiste una nota de tu hermano? "

"¿De Lucas? " preguntó, asustada. "No, de tu tía. "

"Oh. Entonces todos ellos están confabulados contra nosotros. Aquí tengo… " Le tendió un pedazo arrugado de papel. "Lee esto. "

Elizabeth desplegó la nota y leyó:

Milord-

Antes de que deje el distrito, le ruego que me conceda una audiencia. Hay un tema un tanto delicado sobre el cual me gustaría pedirle consejo. No es algo de lo que a un hombre le gustaría hablar con sus hermanas.

A menos que me diga otra cosa, esperaré encontrarme con usted en el pabellón de caza de Lord Danbury esta tarde a las ocho.

Sinceramente,

Señor Lucas Hotchkiss

Elizabeth apenas pudo sofocó una risita horrorizada. "Es la letra de Lucas, pero las palabras han salido directamente de la boca de Susan. "

James sonrió. "Pensé que sonaba un tanto precoz. "

"Él es muy inteligente, por supuesto- "

"Por supuesto. "

" – pero no puedo imaginármelo usando la frase ‘un tema un tanto delicado. ' "

"Por no mencionar," añadió James, "que a la edad de ocho años, es improbable que él tenga problemas de ese tipo. "

Elizabeth asintió. "¡Oh! Estoy segura de que querrás leer esto. " Le dio la carta que ella había recibido de Lady Danbury.

Él le echó un vistazo y dijo, "No me sorprende. Llegué unos minutos antes que tú y encontré esto. " Le tendió dos sobres, uno rotulado como Leer inmediatamente y otro rotulado como Leer después de que os hayáis reconciliado.

Elizabeth contuvo una risa horrorizada.

"Exactamente mi reacción," murmuró él, "aunque dudo que tuviera un aspecto la mitad de encantador. "

Sus ojos volaron a su cara. Él la miraba con reposada y ardiente intensidad que la dejó sin aliento. Y entonces, sin apartar su mirada de la de ella, ni un segundo, él preguntó, "¿Los abrimos?"

A Elizabeth le llevó unos segundos saber de qué hablaba. "Oh, los sobres. Sí, sí. " Se lamió los labios, que se le habían quedado repentinamente secos. "¿Pero ambos? "

Él levantó la titulada como Leer después de que os hayáis reconciliado y la sacudió ligeramente en el aire. "Puedo exceptuarla, si crees que tendremos fundamentos para leerla dentro de poco. "

Ella tragó convulsivamente y evadió la pregunta diciendo, "¿Por qué no abrimos la otra y vemos qué dice? "

"Muy bien. " Él asintió cortésmente y deslizó el dedo bajo la tapa del sobre. Sacó una tarjeta, y ambos inclinaron la cabeza y leyeron:

Para los dos-

Intenten, si pueden, no ser unos completos idiotas.

La nota no estaba firmada, pero no había duda de quién la había escrito. La letra alargada y llena de gracia les era familiar a ambos, pero, definitivamente, era las palabras las que señalaban a Lady Danbury como la autora. Nadie más podía ser tan delicadamente grosero.

James ladeó la cabeza. "Ah, mi cariñosa tía. "

"No puedo creerme que me engañara así," se quejó Elizabeth.

"¿No puedes? " preguntó él, incrédulo.

"Bueno, sí, desde luego que puedo creerlo. Lo que no puedo creer es que usara lo del chantaje como cebo. Estaba muy preocupada por ella. "

"Ah, sí, el chantaje. " James examinó el sobre sin abrir, el que estaba rotulado como Leer después de que se hayan reconciliado. "Tengo la sospecha de que encontraremos algo sobre eso aquí. "

Elizabeth jadeó. "¿Crees que ella se lo inventó? "

“Ciertamente nunca pareció demasiado preocupada por mi falta de progresos en la solución del delito. "

"Ábrelo," ordenó Elizabeth. "Inmediatamente. Ya. "

James comenzó a hacerlo, pero entonces se paró e hizo un gesto negativo con la cabeza. "No", dijo, con voz perezosa, "creo que esperaré. "

"¿Quieres esperar? "

Él le sonrió, lenta y sensualmente. "Aún no nos hemos reconciliado. "

"James… " dijo ella, con una voz que era mitad advertencia y mitad anhelo.

"Me conoces," dijo él. "Conoces mejor mi alma que cualquier otra persona viva, tal vez mejor que yo mismo. Si al principio no sabias mi nombre… bueno, lo único que puedo decir es que sabes por qué no te lo revelé de inmediato. Tenía obligaciones para con mi tía, y le debo más de lo que podría pagarle nunca. "

Esperó a que ella dijera algo, y cuando no lo hizo, su voz se volvió más impaciente. "Me conoces," repitió, "y creo que lo haces lo suficientemente bien para saber que nunca haría nada para herirte o humillarte. " Sus manos se posaron pesadamente sobre sus hombros, y James luchó contra el impulso de sacudirla hasta que estuviera de acuerdo. “Porque si no estas segura de eso, entonces no hay ninguna esperanza para nosotros. "

Sus labios se entreabrieron de la sorpresa, y James vislumbró la seductora punta de su lengua. Y de alguna manera, mientras contemplaba la cara que lo había estado atormentado durante semanas, supo exactamente lo que tenía que hacer.

Antes de que ella tuviera oportunidad de reaccionar, él extendió la mano y cogió la de ella. "¿Sientes esto? " susurró, colocándola contra su corazón. "Late para ti.”

"¿Sientes esto? " repitió, levantando su mano a sus labios. "Respiran para ti.”

"Y mis ojos – ellos miran para ti. Mis piernas andan para ti. Mi voz habla para ti, y mis brazos- "

"Para,"dijo ella sin aliento, vencida. "Para".

"Mis brazos… " dijo él, su elegante voz ronca de la emoción. "Ellos ansían estrecharte. "