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Maitri Bhavana es una de las meditaciones más penetrantes. No debes tener miedo a entrar en un tipo de autohipnosis porque no lo es. En realidad, es un tipo de deshipnosis. Parece una hipnosis porque se trata del proceso inverso. Es como si vinieras a verme desde tu casa, caminando un largo trecho, y para regresar a tu casa volvieses a hacer el mismo camino a la inversa. La única diferencia es que ahora estás de espaldas a mi casa. El camino es el mismo, tú eres el mismo, pero cuando venías tu cara miraba hacia mi casa y ahora estás de espaldas a mi casa.

El ser humano ya está hipnotizado. No es una cuestión de estar hipnotizado o no, puesto que ya lo estás. Todo el proceso de la sociedad es una especie de hipnosis. A alguien le dicen que es católico y se lo repiten tantas veces que su mente está condicionada y se cree católico. A otro le dicen que es hindú y a otro que es musulmán; todo esto es una hipnosis. Tú ya estás hipnotizado. Si crees que eres infeliz es una hipnosis. Si crees que tienes demasiados problemas es una hipnosis. Todo lo que eres es un tipo de hipnosis. La sociedad te ha inculcado esas ideas y ahora estás lleno de ideas y condicionamientos.

Maitri Bhavana es una deshipnosis, es un intento de volver a tu mente natural, un intento de devolverte tu rostro original, un intento de devolverte al punto en el que estabas cuando naciste y la sociedad aún no te había corrompido. Un niño, al nacer, está en Maitri Bhavana. Maitri Bhavana significa un gran sentimiento de amistad, amor y compasión. Al nacer, el niño no conoce el odio; solo conoce el amor. El amor es intrínseco pero el odio lo aprenderá más tarde. El amor es intrínseco pero la rabia la aprenderá más tarde. Los celos, la posesividad y la envidia son cosas que aprenderá más tarde. Eso es lo que la sociedad le enseña al niño: a ser celoso, a estar lleno de odio, a estar lleno de rabia y de violencia. Eso le enseña la sociedad.

Al nacer, el niño es simplemente amor. Esto es así porque no conoce otra cosa. En el vientre de su madre no se ha cruzado con ningún enemigo. Ha vivido en un amor profundo durante nueve meses, ha estado rodeado de amor, nutrido por el amor. No conoce a nadie que sea su enemigo, solo conoce a su madre y el amor de su madre. Cuando nace, su única experiencia es de amor, ¿cómo vas a suponer que sabe algo sobre el odio? Ese amor lo lleva consigo, es su rostro original. Después se complicará todo y tendrá otras experiencias. Empezará a desconfiar de la gente. Un niño recién nacido nace con confianza.

He oído contar esta historia:

Un hombre y un niño entraron juntos en una barbería. E! hombre, después de recibir el tratamiento completo: afeitado, champú, manicura, corte de pelo, etc., sentó al niño en la silla.

– Me voy a comprar una corbata -le dijo el hombre al barbero-. Vuelvo en unos minutos.

Cuando el corte de pelo del niño estaba listo, el hombre aún no había vuelto y el barbero dijo:

– Parece que tu padre se ha olvidado completamente de ti.

– Ese no era mi padre -dijo el niño-, apareció, me cogió de la mano y me dijo: «¡Ven, nos van a cortar el pelo gratis!».

Los niños son confiados pero con el tiempo tendrán experiencias en las que serán engañados, se meterán en líos, tendrán en-frentamientos y sentirán miedo. Poco a poco, aprenderán los trucos de la vida. Eso, más o menos, le ha ocurrido a todo el mundo.

El Maitri Bhavana vuelve a crear la misma situación: es una deshipnotización. Es un intento de deshacerse del odio, la rabia, la envidia, y volver al mundo tal como llegaste al principio. Si sigues haciendo esta meditación, primero empezarás a quererte a ti mismo, porque estás más cerca de ti que nadie. Después propagarás tu amor, tu amistad, tu compasión, tu sentimiento, tus buenos deseos, tus bendiciones y tu gracia; propagarás todo esto a la gente que quieres, a tus amigos y tus amantes. Después, a medida que pase el tiempo, lo extenderás a la gente que no quieres tanto, luego a las personas que te son indiferentes -a las que no quieres ni odias-, y más tarde a las personas que odias. Te estás deshipnotizando poco a poco. Lentamente vas volviendo a crear un vientre de amor en torno a ti mismo.

Cuando un buda se sienta, se sienta en la existencia como si la' existencia entera se hubiese vuelto a convertir en el vientre de su madre. No hay enemistad. Ha alcanzado su naturaleza original. Ha llegado a conocer lo esencial de sí mismo. Ahora puedes matarle incluso, pero no podrás destruir su compasión. Aunque se esté muriendo, seguirá lleno de compasión hacia ti. Puedes matarle pero no puedes destruir su confianza. Ahora sabe que la confianza es algo tan esencial que si la pierdes, lo has perdido todo. Si no pierdes la confianza y has perdido todo lo demás, entonces no habrás perdido nada. A un buda puedes quitárselo todo, pero no puedes quitarle la confianza.

Maitri Bhavana es maravilloso; no es necesario que lo dejes, porque es muy beneficioso. Es una desestructuración.

El ego se origina con el odio, la enemistad y la lucha. Para renunciar al ego tendrás que crear más sentimientos amorosos. Cuando amas, el ego desaparece. El ego deja de existir cuando amas inmensamente, incondicionalmente, y cuando lo amas todo. El ego es la cosa más estúpida que le ha sucedido al hombre o a la mujer, pero una vez ocurre es muy difícil darse cuenta, porque té nubla los ojos.

He oído contar esta historia:

El mulá Nasrudin y sus dos amigos estaban hablando sobre sus parecidos. El primer amigo dijo: «Mi cara se parece a la de Winston Churchill. A menudo me confunden con él».

El segundo dijo: «En mi caso, la gente cree que soy Richard Nixon y me piden autógrafos».

El mulá dijo: «Eso no es nada. A mí me han confundido con el mismísimo Dios».

El primero y el segundo exclaman a la vez: «¿Qué?».

«Bueno -dijo el mulá Nasrudin-, cuando me condenaron y me mandaron a la cárcel por cuarta vez, el carcelero al verme dijo: "¡Dios, ya estás aquí de nuevo!".»

Cuando aparece el ego, empieza a coger cosas de todas partes para seguir sintiéndose importante, tengan sentido o no. En el amor dices: «Tú también eres importante, no solo yo». Cuando amas a alguien, ¿qué estás diciendo? Puedes decirlo en voz alta o no, pero ¿qué hay en el fondo de tu corazón? Con palabras o en silencio estás diciendo: «Tú también eres importante, y tanto como yo». Si el amor crece, dirás: «Tú eres aún más importante que yo. Si en alguna ocasión solo pudiese sobrevivir uno de los dos, moriría por ti; me gustaría que tú sobrevivieses». El otro se ha vuelto más importante, estás dispuesto a sacrificar tu vida por la persona a la que amas. Y si esto se sigue propagando, como en Maitri Bhavana, entonces llegará un punto en el que empezarás a disolverte. Habrá muchos momentos en los que no estarás ahí, absolutamente en silencio, sin ningún ego en absoluto, sin centro, solo puramente espacio. Buda dice: «Cuando se alcanza este estado permanentemente y te has integrado en ese espacio puro, entonces estás iluminado».

Cuando has perdido el ego completamente, cuando tienes tan poco ego que ni siquiera puedes decir «Yo soy» ni puedes decir «Yo soy un ser», estás iluminado. La palabra que usa Buda para describir este estado es anatta; sin ser, no ser, sin identidad. Ni siquiera puedes pronunciar «Yo», la misma palabra se vuelve profana. Cuando estás profundamente enamorado, el «yo» desapare- -ce. Estás desestructurado.

Un niño al nacer llega sin ningún «yo». Es simplemente una hoja en blanco, no hay nada escrito. La sociedad empieza a escribir y a reducir su conciencia. La sociedad va creando, a la larga, un papel para él. «Este es tu papel; este eres tú», y él se tendrá que ceñir a ese papel. Pero ese papel nunca le va a permitir ser feliz, porque la felicidad solo es posible cuando eres infinito. No puedes ser feliz cuando estás limitado. La felicidad no es una característica de la limitación; la felicidad es una característica del espacio infinito. Solo puedes ser feliz cuando abarcas tanto espacio que el todo puede entrar dentro de ti.