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Estáis interfiriendo demasiado porque no les dejáis morir. Ya. están muertos y les obligáis a seguir viviendo aunque seáis conscientes de que no tiene ningún sentido. ¿Qué sentido tiene mantener con vida a miles de personas que ocupan innecesariamente plazas en los hospitales, el tiempo de los médicos, con tantas máquinas y cuidados, mientras podrían estar descansando en sus tumbas? Al cabo de dos o tres años, incluso dejarán de querer la respiración artificial. La rechazarán. Eso es lo que ocurrirá. Y esto es lo que se considera un servicio, esto es lo que se considera compasión. Esto es lo que se considera cristiano. ¡Esto simplemente es crueldad!

Dejad morir en paz a esa pobre gente. Hay miles de personas en el mundo que están dispuestas a dejar su cuerpo, porque para ellos el cuerpo solo es una fuente de dolor. Con tantas enfermedades y dolencias ya no pueden hacer nada. Ya no pueden disfrutar de nada.

Pero este mundo es muy extraño. Sigue obedeciendo antiguas leyes que han dejado de tener sentido, son solo sombras del pasado, y ahora están torturando a la humanidad sin necesidad.

Yo aconsejo que a tu hermana habría que liberarla del cuerpo, porque este cuerpo no es más que una cárcel para ella. Si la amas, tienes que decirle adiós. Con lágrimas, con tristeza, pero tienes que decirle adiós de todas formas, y tienes que meditar y rezar para que encuentre un cuerpo mejor. Pero hay que exigirle al gobierno y crear un movimiento que ayude a otras personas, y no solo a tu hermana. Puede haber muchas más personas en la misma situación. Monta todo el alboroto que puedas, solo así le permitirán a tu hermana tener una muerte pacífica. Y no te preocupes, porque su ser más profundo nunca muere.

En mi educación católica, lo más importante era ser altruista, no pensar en mí. Ahora, al recordarme a mí mismo y sentir la necesidad de ir hacia dentro, parece que tuviera que atravesar una capa de incomodidad, culpabilidad y confusión. ¿Podrías hablar sobre esto?

Todas las religiones han hecho mucho daño al crecimiento del ser humano, pero el cristianismo es el que alcanza las cotas más altas en lo que se refiere a perjudicar a la humanidad. Con bellas palabras han escondido actos horribles contra ti mismo. Por ejemplo, el altruismo: decirle a alguien que no se conoce a sí mismo que sea altruista es algo tan extremadamente idiota que no puedes creer que el cristianismo haya estado haciéndolo desde hace dos mil años.

Sócrates decía: «Conócete a ti mismo; todo lo demás es secundario». Si te conoces a ti mismo, puedes ser altruista; de hecho, serás altruista. No va a suponerte ningún esfuerzo. Al conocerte, no solo conocerás tu propio ser sino el de todo el mundo. Todo es lo mismo; hay una sola conciencia, un solo continente; las personas no son islas. Pero al no enseñar a la gente a conocer su propio ser, el cristianismo ha jugado un juego muy peligroso, un juego que además ha atraído a la gente, porque utilizan una palabra muy hermosa: «altruismo». Es aparentemente religioso, espiritual. Cuando digo: «Sé egoísta», no suena muy espiritual.

¿Egoísta?

Tu mente está condicionada a pensar que el altruismo es espiritual. Y sé que lo es, pero el altruismo es imposible hasta que no seas lo bastante egoísta como para conocerte a ti mismo. El altruismo llegará como una consecuencia de conocerte a ti mismo, de ser tú mismo. Entonces, el altruismo no será un acto de virtud, ni se hará para ganar recompensas en el cielo. El altruismo simplemente será tu naturaleza y todos los actos altruistas serán en sí mismos una recompensa.

Pero el cristianismo coloca al caballo detrás del carro:mo se mueve nada, todo está obstruido. Los caballos están obstruidos por el carro y este no se puede mover, porque un carro no se mueve a menos que los caballos estén delante, tirando de él.

Al empezar a meditar, casi todos los católicos tienen un sentimiento de culpabilidad… En un mundo tan lleno de problemas, donde la gente es tan pobre, muere de inanición, sufre con el sida, ¿y tú estás meditando? ¡Eres un cruel egoísta! Primero ayuda a los pobres, ayuda a la gente que padece el sida, ayuda al resto del mundo.

Pero la vida es muy corta. En setenta u ochenta años, ¿cuántos actos altruistas puedes hacer, y cuándo vas a encontrar tiempo para meditar? Cada vez que empiezas a prepararte para meditar ves a gente pobre, aparecen nuevas enfermedades, y hay cada vez más huérfanos y mendigos.

Una madre le decía a su pequeño: «Ser altruista es uno de los principios de nuestra religión. No seas egoísta, ayuda a los demás».

El niño -los niños pequeños son más perceptivos y claros que los mayores-, el niño pequeño dijo: «No lo entiendo bien, ¿yo debería ayudar a los demás y ellos deberían ayudarme a mí? ¿Y por qué no lo simplificamos? Yo me ayudo a mí mismo, y ellos que se ayuden a ellos mismos». Este principio de la religión es muy complicado, innecesariamente complicado.

El cristianismo ha rechazado las religiones orientales por el simple hecho de que parecen egoístas. Mahavira, el místico jai-nista, meditó durante doce años… debería haber estado enseñando en una escuela o trabajando en un hospital. Debería estar cuidando a los huérfanos, como la madre Teresa, y recibir así un premio Nobel.

Está claro que ningún meditador ha recibido nunca un premio Nobel. ¿Por qué? Porque no has hecho nada altruista. Eres la persona más egoísta del mundo; solo estás meditando y disfrutando de tu silencio, de tu paz y tu dicha, encontrando la verdad, encontrando la divinidad, liberándote de todas las prisiones. Todo esto es egoísmo. De manera que a la mente católica le resulta un poco difícil aceptar la idea de la meditación. En el cristianismo no existe la meditación, sino la oración.

No pueden decir que Gautama Buda fue una persona realmente religiosa porque ¿acaso hizo algo por los pobres? ¿Hizo algo por los enfermos? ¿Hizo algo por los ancianos? Se iluminó, ¡y eso es sumamente egoísta! Pero en Oriente hay un enfoque completamente distinto, mucho más lógico, razonable y comprensible. Oriente siempre ha creído que a menos que tengas paz, silencio en tu corazón, una canción en tu ser o una luz que irradie tu iluminación, no podrás ser útil a nadie. Tú mismo estás enfermo, tú mismo eres huérfano, porque todavía no has encontrado la absoluta seguridad de la existencia, la eterna protección de la vida. Tú mismo eres tan pobre que en tu interior solo hay oscuridad. ¿Cómo vas a ayudar a los demás? Tú mismo te estás ahogando, sería peligroso intentar ayudar a otra persona; lo más probable es que se ahogara contigo. Antes tienes que aprender a' nadar. Solo así podrás ayudar a alguien que se está ahogando.

Mi punto de vista es absolutamente claro. Primero sé egoísta y descubre todo lo que contiene tu interior, todas las alegrías, la dicha y el éxtasis que hay en ti. Después, el altruismo aparecerá igual que tu sombra va detrás de ti; porque para tener un corazón que baila, para tener una divinidad en tu ser, tienes que compartirlo. No puedes guardarlo para ti como un tacaño; la tacañería en tu crecimiento interior es equivalente a la muerte.

El aspecto económico del crecimiento interior es distinto al exterior. La economía corriente dice que si sigues dando, tendrás cada vez menos. Pero la economía espiritual dice que si no das, tendrás cada vez menos, y si das, tendrás cada vez más. Las leyes del mundo exterior y el mundo interior son diametralmente opuestas.

Primero debes enriquecerte en tu interior, deberás convertirte en un emperador. Entonces tendrás tanto para compartir que ni siquiera podrás llamarlo altruismo. Y no tendrás ningún deseo de recibir una recompensa, ni ahora ni en el futuro. Ni siquiera pedirás a la persona a la que le has dado algo que te esté agradecida, sino al contrario, le estarás agradecido a esa persona porque no ha rechazado tu amor, tu dicha y tu éxtasis. Ha sido receptiva y te ha permitido verter tu amor, tus canciones y tu música en su ser.

La idea cristiana del altruismo es una tontería absoluta. En Oriente nunca se ha pensado de la misma manera. La historia de Oriente y su búsqueda de la verdad es muy larga y se sustenta en una cuestión muy simple: antes de cuidar a los demás tienes que cuidarte a ti mismo.

Quien hace la pregunta siente cierta culpabilidad porque dice: «Parece que tuviera que atravesar una capa de incomodidad, culpabilidad y confusión. ¿Podrías hablar sobre esto?».

Es un fenómeno muy sencillo: el cristianismo ha engañado a millones de personas con un camino equivocado. El fundamen-talista cristiano es la persona más fanática e intolerante que puedas encontrar. Hoy en día, en Oriente se han olvidado de sus momentos gloriosos, la época de Buda y Mahavira. Ahora, incluso los que no son cristianos están influidos por la ideología cristiana. La Constitución india dice que la caridad consiste en ayudar a los pobres, propagando la educación y construyendo hospitales. En las enseñanzas de Gautama Buda no se puede encontrar ninguna de estas cosas. No es que esté en contra de ayudar a los pobres, pero sabe que si eres un meditador vas a ayudarles sin necesidad de jactarte de ello. Sucede de una forma simple y natural.

Enseñar la meditación no es un acto de caridad pero abrir un hospital sí lo es. Abrir una escuela y enseñar geografía e historia es un acto de caridad. Y ¿qué vas a enseñar en la clase de geografía? Dónde está Tombuctú, dónde está Constantinopla. En historia ¿qué vas a enseñar? Hablarás de Gengis Khan, Tamerlán, Nadir Shah, Alejandro Magno o Iván el Terrible. ¿Eso es caridad? Pero enseñar a la gente a ser silenciosa y pacífica, amorosa y alegre, y estar satisfecha y plena no es caridad. Hasta la gente que no es católica se ha contagiado con esta enfermedad.