Mahatma Gandhi estuvo a punto de convertirse al cristianismo al menos tres veces en su vida. En realidad, era cristiano en un noventa por ciento. El doctor Ambedkar, que redactó la Cons titución india, durante años pensó que él y sus seguidores, los in-, tocables, debían convertirse al cristianismo. Finalmente decidió que se harían budistas. Pero en la Constitución india puede verse el impacto del cristianismo. En ella ni siquiera se menciona la palabra «meditación», que ha sido la aportación de Oriente al mundo y su contribución más importante. Sin embargo, la Cons titución refleja mejor lo que todavía enseñan los misioneros cristianos. No es un reflejo de Gautama Buda, ni un reflejo de Kabir o de Nanak.
No entiendo cómo puede existir la caridad sin meditación.
Tu culpabilidad es un condicionamiento equivocado. Olvídate de ello sin pensarlo dos veces. Siendo completamente egoísta, te volverás altruista. Primero tendrás que enriquecerte interiormente, hacerte tan rico y desbordar tanta riqueza que tendrás que compartir, del mismo modo que una nube cargada de lluvia tiene que compartir su lluvia con la tierra sedienta. Pero antes la nube tiene que estar cargada de lluvia. Es absurdo decir a las nubes vacías: «Deberíais ser altruistas».
La gente viene a verme con muy buenas intenciones y me dicen: «Este sitio que tienes a tu alrededor es muy raro. Deberías abrir un hospital para los pobres, recoger a los huérfanos, distribuir ropa entre los mendigos y ayudar a quienes lo necesitan». Mi propuesta es completamente distinta. Puedo distribuir métodos anticonceptivos entre los pobres para que que no haya huérfanos. Puedo dar la pildora a los pobres para no haya un aumento de la población, porque no le veo el sentido, ¿primero crear huérfanos, luego orfanatos, y después servirles y malgastar tu vida?
Cuando empecé a hablar en los años sesenta, la India tenía una población de cuatrocientos millones de personas. Desde entonces, he estado diciendo que el control de la natalidad es absolutamente necesario. Pero los católicos están en contra del control de la natalidad y en treinta y cinco años, la India ha doblado esa población con creces. Ha pasado de los cuatrocientos millones, a novecientos millones. Se podría haber evitado a quinientos millones de personas y no habría sido necesaria una madre Teresa, ni habría necesidad de que viniese el Papa a la India a predicar el altruismo.
Pero la gente es muy rara, primero les dejan enfermar y luego les dan la medicina. Y han encontrado fórmulas muy graciosas. En todos los Lions Club y Rotary Club tienen unas cajas especiales para los miembros: si estás enfermo, compras una medicina, te curas y como todavía queda la mitad del bote, haces una donación para el Lions Club. Así recaudan las medicinas, y como son personas altruistas, después las distribuyen. Su lema es el servicio. Pero es un servicio muy astuto. Esas medicinas iban a ir a parar a la basura de todas formas, ¿para qué quieres el resto de las medicinas si ya te has curado? Es una gran idea acumular todas esas medicinas, distribuirlas entre los pobres, y sentir que estás haciendo un gran servicio público.
Desde mi punto de vista, lo primero y más importante que necesita el hombre es una conciencia meditativa. Cuando tienes esa conciencia meditativa todo lo demás que hagas será de ayuda para todo el mundo y no podrá perjudicar a nadie; sólo podrás hacer actos compasivos y amorosos.
Por eso repito: primero sé egoísta. Conócete, sé tú mismo y después tu propia vida no podrá ser más que un compartir, un compartir altruista que no busca una recompensa en este mundo o en el más allá.
4. El Poder Curativo del amor
Todo el mundo ha sido educado para convertirse en un idealista. No hay nadie que sea realista. El idealismo es la enfermedad común a toda la humanidad.
La educación es tal, que todo el mundo piensa que tiene que hacer algo, ser alguien, en algún momento del futuro. Te dan una imagen y tienes que ser como ella. Eso te produce tensión, porque no eres esa imagen sino otra cosa; sin embargo, tienes que ser eso.
El ideal se convierte en una permanente pesadilla porque te sigue castigando. Como tienes un idea! de perfección, todo lo que haces es imperfecto. Nada de lo que haces te satisface porque tienes unas expectativas que no se pueden satisfacer.
Eres humano, tienes un tiempo, un espacio y ciertas limitaciones. Acepta esas limitaciones. Los perfeccionistas están siempre a un paso de la locura. Son obsesivos; hagan lo que hagan no es lo suficientemente bueno. Y no existe la manera de hacer algo perfecto, la perfección no es humanamente posible. De hecho, la imperfección es la única forma que existe.
¿Que enseño yo aquí? Yo no enseño perfección, enseño totalidad. Es algo Completamente distinto. Sé total. No te preocupes por la perfección. Cuando digo sé total, quiero decir sé real, quédate aquí; hagas lo que hagas, hazlo con totalidad. Serás imperfecto, pero tu imperfección estará llena de belleza y llena de tu totalidad.
No intentes ser perfecto, de lo contrario, será una fuente de ansiedad. Ya hay bastantes problemas, no te crees más. He oído esta historia:
Había una vez un individuo desarrapado y preocupado que estaba sentado en un tren con un niño de tres años. Cada poco tiempo le pegaba al niño.
– Como vuelva a pegar al niño -dijo una mujer que estaba sentada enfrente-, ¡va a tener usted un problema!
– ¿Un problema? -dijo el tipo-. ¿Me habla usted de problemas? Señora, mi colega me ha robado todo el dinero, y ha huido con mi mujer y mi coche. Mi hija está en el coche cama, embarazada de seis meses y no tiene marido. He perdido mi equipaje, me he equivocado de tren y este pequeño mocoso se acaba de comer los billetes y me ha vomitado encima. Y, ¿usted me habla de problemas?
¿Qué más problemas puede haber? ¿No te parece que son suficientes?
La vida misma es muy complicada, por favor, sé un poco más amable contigo mismo. No persigas ideales. En la vida ya hay bastantes problemas, pero se pueden resolver. Si te has equivocado de tren, te puedes cambiar; si has perdido los billetes, puedes comprarlos de nuevo; si tu mujer ha huido, puedes encontrar otra. Todos los problemas que se presentan en la vida tienen solución, pero los problemas que te plantea el idealismo no se pueden resolver nunca; es imposible.
Alguien está intentando convertirse en Jesús… No hay forma de hacerlo; no ocurre de ese modo, porque la naturaleza no lo permite. Solo hay un Jesús; la naturaleza no tolera las repeticiones. Alguien se está intentando convertir en Buda; está intentando hacer algo imposible. Simplemente no sucede, no puede suceder, porque va contra la naturaleza. Solo puedes ser tú mismo. Por eso tienes que ser total. Estés donde estés y hagas lo que hagas, hazlo con totalidad. Implícate en lo que estás haciendo, permite que se convierta en tu meditación. No te preocupes de si es perfecto o no; nunca será perfecto. Es suficiente con que seas total. Si has sido total, habrás disfrutado haciéndolo, te habrás sentido satisfecho, te habrás implicado, te habrá absorbido y habrás salido como nuevo, fresco, joven y rejuvenecido.
Todos los actos que se hacen con totalidad rejuvenecen; y los actos que se hacen con totalidad no esclavizan. Ama con totalidad y no surgirá ningún apego; ama parcialmente, y entonces surgirá el apego. Vive con totalidad y no tendrás miedo a la muerte; vive parcialmente y tendrás miedo a la muerte.
Pero olvídate de la palabra «perfección». Es una de las palabras más dañinas que existen. Esta palabra debería desaparecer de todos los idiomas del mundo, debería desaparecer de la mente humana. Nunca ha existido nadie perfecto y nunca existirá. ¿No te das cuenta? Si apareciese Dios y te encontrases con él, ¿no encontrarías fallos en su creación? Hay muchos, por eso se esconde. Casi te tiene miedo. Un fallo detrás de otro. ¿Eres capaz de contarlos? Encontrarás un número infinito de fallos. En realidad, eres un descubridor de fallos y no encuentras nada que esté bien, en el momento adecuado, o en el sitio correcto. Todo es un caos. Ni siquiera Dios es perfecto; Dios es total. Disfrutó cuando lo hacía y sigue disfrutando haciéndolo, pero no es perfecto. Si fuese perfecto la creación no podría ser imperfecta. De la perfección solo puede salir perfección.
Todas las religiones del mundo dicen que Dios es perfecto. Yo no digo eso. Yo digo que Dios es completo, Dios es sagrado, Dios es total, pero no es perfecto. Aunque quizá lo siga intentando… ¿Cómo puede ser perfecto? Si lo fuera, el mundo ya estaría muerto. Cuando algo es perfecto sobreviene la muerte, porque no hay ningún futuro, no hay un recorrido. Los árboles siguen creciendo, los niños siguen naciendo… el mundo sigue. Y él sigue perfeccionándolo. ¿No ves las mejoras? Él lo sigue mejorando todo. Ese es el significado de evolución: las cosas van progresando. Los monos se convierten en hombres; eso es un progreso. Después el hombre se volverá divino y se convertirá en Dios; eso es la evolución.
Teilhard de Chardin dice que hay un punto omega en el que todo será perfecto. Pero eso no existe; no existe ese punto omega, ni puede existir. El mundo siempre está en proceso, hay una evolución; estamos aproximándonos cada vez más pero nunca llegamos, porque el día que lo hagamos, se habrá acabado. Dios sigue buscando nuevas maneras, sigue progresando.