Выбрать главу

Vivían cerca de la mina de Tomboy, en una cabaña más allá de las escorias de la mina, pero se mantenían apartados, hasta el punto de que pocos llegaron a verlos juntos, lo que sin duda alimentó un mon____________________brarse, como fuera, del enano sordo con el que convivía daba buscando ella, algo que, en sus fantasías, siempre implicaba liblemente los de La Blanca. A muchos jóvenes temerarios y cortos de entendederas de la ciudad les gustaba imaginar que sabían qué anvía sin parar de un lado a otro, cribando cuanto se cruzaba con ella, aunque tuviera el tamaño de un guijarro o fuera aún más pequeño, atenta a cualquier problema que pudiera surgir, incluyendo inevitavantaba antes de las primeras luces y recorría la Cuenca del Savage, y su mirada -alguien recordaba «oscuros» sus ojos, pero otros decían que cambiaban al gris pálido justo antes de disparar a un hombre-, más penetrante de lo normal para compensar su supuesto mal oído, se motino. Por entonces, Bob, además de trabajar como representante de Buck Wells en la Tierra, era también guardia de día en Tomboy, se lede el sombrero hasta las espuelas, la habían visto a ella, fatalmente, al menos una vez, al aire libre, en alguna de aquellas cabalgadas sin destón de cotilleos, incluso en boca de quienes, aun odiando a Bob desen la cabaña, quien, además, tampoco parecía tan duro, pese a las catorce muescas o las que fueran que, se decía, llevaba grabadas en su pistola. A la mierda, cualquiera puede hacer una muesca, ¿no? Es más fácil que mear, ¿no?

– Ya, pero a ese Bob el Gatillo le importa un comino quién vive y quién no, nada por el estilo…

– A lo mejor lo que él no sabe es que a mí tampoco.

– Eso no son más que habladurías de barra de bar. -Ellmore echó una breve mirada a Frank, como si no fuera más que otro de esos jovencitos Romeos-. Escucha, Loomis, esto me está desconcertado un poco, me temo. ¿Le va a parecer bien a Bob que su mujer venga des_de la colina hasta aquí? Tenemos que controlar esto rápidamente. ¿Ves a Lupi por alguna parte?

Frank, emergiendo de su cuenco de tripas picantes, dijo:

– La señora Meldrum… ¿causa problemas?

– 'Joven' -masculló Ellmore mientras comía-, nadie podrá contar_le gran cosa sobre ella. En cuanto a los problemas, bueno…, siempre van con Bob…

Su mirada habitualmente directa se había desviado hacia Bear Creek, y la expresión de su cara ya no era una máscara oriental que pudiera calificarse de tranquila.

Lupita apareció con una bandeja con motivos florales llena de masa de maíz encajada en la curva interior de un codo, de la que se puso a sacar puñados de masa que palmeaba con gestos rápidos y a los que daba, uno por uno, forma de tortillas finas como el papel, que luego arrojaba girando a la pequeña cocina, al interior de un 'comal' de hoja metálica rescatado tras una memorable ventisca en el Lizard Head Pass, para que se frieran durante un minuto antes de sacarlas y colocarlas so__maba a Ellmore:bre un trozo de delantal preparado para ese propósito, mientras infor

– No me pareció que te buscara a ti.

– ¿Has visto hoy a su marido?

– Me han dicho que ha tenido que irse corriendo a algún sitio. No tienes pinta de hombre enamorado.

– Más bien de hombre con líos. Como decís vosotros, hasta 'en la sopa'.

– Claro que ella es joven -dijo Lupita-, está en la edad en la que todos hacemos esas locuras.

– Yo ya no me acuerdo.

– 'Pobrecito'. -Y se alejó de nuevo dando vueltas, cantando como un pájaro.

Frank se dio cuenta de que Ellmore lo había estado observando con mayor interés del que exigía la sociabilidad. Cuando veía que Frank le devolvía la mirada, enseñaba intencionadamente un colmi_llo de oro.

– ¿Cómo está ese menudo? Cuidado con los mocos por ahí.

– Ni me fijé -dijo Frank pasándose una manga de la camisa por debajo de la nariz.

– Los labios se entumecen demasiado para sentirlo -le advirtió Loomis-. Si vas a comer mucho aquí, tendrás que dejarte bigote, que absorbe parte de lo que cae.

– Se habrá fijado que cuanto más pequeño es un chile, más pica, ¿verdad? Es lo primero que se aprende. Bueno, los que utiliza Lupi son pequeños. Y quiero decir muy pequeños, 'joven'.

– Sí, Ellmore, pero… ¿cómo de pequeños?

– ¿Y si le dijera que invisibles?

– ¿Quiere decir que nadie… ha visto jamás esos chiles, pero aun así la gente de por aquí los pone en las recetas mexicanas? ¿Cómo saben cuántos echar?

A su compañía la cuestión le pareció estimulante.

– ¿Está loco? -aulló Ellmore-. ¡Con uno basta para matarte! -Y para matar a cualquiera en un radio de cien metros -añadió Loomis.

– Excepto a Bob, claro, él se los come como si fueran cacahuetes. Dice que le calman.

Cuando regresó haciendo crujir el suelo a su habitación en el Sheridan, después de pasarse por la barra para comerse un bistec cuyo volumen, según calculó, casi llegaba a los quince litros, Frank había contraído una Meldrumitis Rampante, pues apenas si había oído ha____________________tuviera en Londres, visitando a su sastre, o en Argentina, comprando ponis para jugar al polo, o haciendo turismo, por qué no, por algún otro mundo habitado. Y hasta ese momento, como si hubiera palabras que no se pronunciaran delante del inocente, no había oído nada que tuviera ni remotamente que ver con Deuce Kindred o Sloat Fresno.sible como siempre, cumpliendo con su ocupada agenda; tal vez esblar de otra cosa ese día. El Capitán Bulkley Wells seguía tan inacce

Frank pudo mantener los ojos abiertos el tiempo suficiente para revisar su cama rastreándola con un bichero de minero y apagar la lám____________________pantosos, que pospusieron por el momento los placeres del olvido.do en su sopor habitual, del que lo arrancaron, cuando no llevaba ni cinco minutos, unos golpes en su puerta acompañados de gritos espara eléctrica, pero no para quitarse las botas antes de sumirse agota

– Vas a sacar tu culo torcido, de color de meada, de ahí, ¿o hace fal_ta que entre, ladrón de esposas? -preguntó una voz desdichada.

– Claro -bostezó Frank en un tono amistoso que esperaba no de_lataría la presteza con la que buscaba el cilindro de su Smith & Wesson.

– Y bien, ¿cuál es? Habla alto. No oigo muy bien y lo que no oigo me pone muy nervioso.