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Cuando esas alturas entraban en el reino de lo sobrenatural, las posibilidades de la vida que luchaba por salir adelante parecían dema____________________ría pensando esta gente para establecerse.recía que nada podría sobrevivir y era imposible saber qué coño estavo México o incluso Denver, de lo posible en esos parajes, donde pamavera todo quedaría reducido a fantasmas y desolación, a ruinas de madera oscurecida y piedras diseminadas. Por descontado, en parte eso no era más que la idea que se hacía alguien, venido de Texas o Nuerecía más permanente que un vivac nocturno; cuando llegara la prigo las del primer piso, y los vientos soplaban desde el norte cada vez con más fuerza, nada allí, ningún edificio ni trazado de las calles, patonaban en los pueblos y cubrían primero las ventanas del bajo y luesiado escasas para tenerlas en cuenta. A medida que las nieves se amon

Reef montaba un potro de los que por allí llamaban «de enero» que atendía al nombre de Borrasca, más bien pequeño pero rápido y listo, y amaestrado, como la mayoría de los caballos de esta región -dado que el terreno era el que era-, para dejarse montar, colina arriba o colina abajo, del lado que mejor le permitiera mantener el equilibrio. Atra_vesaron un valle a cuyos lados se acumulaban potenciales avalanchas.

Como las montañas, los arroyos y otros rasgos permanentes del paisaje, cada zona de avalanchas en las San Juan tenía un nombre, tan__tizado un propietario de minas con el nombre de su esposa, Bridget McGonigal, debido a la to daba cuándo hubiera sucedido por última vez. Algunas parecían producirse varias veces al día, otras casi nunca, pero todas eran como depósitos de energía potencial pura, colocadas en lo alto, esperando a que llegara su hora. A la que tenía Reef sobre su cabeza la había baucostumbre de ésta de dejarse ir en momentos completamente imprevisibles.

Reef oyó una explosión en las alturas, cuyo eco rebotó de ladera en ladera, y su oído de dinamitero supo inmediatamente que no era dinamita, pues ni de lejos sonaba lo bastante nítida; esta sacudida te__ra que no podía descartarse que se tratara de una de las diversiones de la Guardia Nacional, el alegre lanzamiento de obuses, aunque por lo general la única razón para una carga de pólvora era desplazar una gran masa de nieve en lugar de limitarse a hacer agujeros en ella; sin embargo, qué necesidad había en un día tan gris y desapacible, sobre todo tan arriba, con el riesgo de desencadenar una avalancha…nía más bien el eco borroso y mellado de la pólvora negra, de mane

Oh, pero qué… ¡mierda!

Y ahí venía ya, el estruendo que helaba la sangre, así de rápido, creciendo hasta llenar el día, levantando una nube brillante hasta cu_brir el trozo de cielo que todavía podía ver en esa dirección, sumido repentinamente en el ocaso, y él y Borrasca atrapados en el camino. No había nada cerca detrás de lo que protegerse. Borrasca, animal de gran sentido común, soltó un relincho que parecía decir a la mierda y em_pezó a alejarse de la zona todo lo rápido que pudo. Imaginando que el potro se defendería mejor sin el peso de un jinete, Reef se sacó los estribos de una patada, se echó a un lado, se dejó caer en la nieve y se levantó justo a tiempo para darse la vuelta y encarar el inmenso muro que descendía.

Más tarde se preguntaría por qué no se había lanzado colina aba____________________ta el punto de formar en algún providencial saliente del terreno una especie de embalse de nieve que desvió el gigantesco peligro lo justo para que no le rozara. Ya había pasado antes. Por allí, todo el mundo tenía alguna historia de avalanchas, y la favorita, entre los incontables milagros, era el verse enterrado y desenterrado en la nieve…poco iba tan deprisa como había creído al principio. Concluyó que lo que le salvó fue el tiempo, desacostumbradamente suave esa semana, casi primaveral, que había humedecido y ralentizado la avalancha hasciente. Pero por algún motivo quiso echar una última mirada. Y lo que vio al instante fue que en realidad la avalancha descendía en una dirección levemente escorada, ladeándose hacia su izquierda, y que tamjo de inmediato para pensar luego cómo salir, si es que vivía lo sufi

La inmensa nube, a modo de misericordioso velo, se quedó colgan____________________ve húmeda, hacia el punto donde el camino zigzagueaba, y lo primero que vio cuando pasó sano y salvo la curva fue acanzado. Se alejó a la carrera, o todo lo rápido que le permitía la nienutos para salir del campo de visión de quien estuviera en las alturas con la esperanza de que, fuera quien fuese, creyera que le había aldo entre Reef y todo lo demás colina arriba, lo que le dio unos mi Borrasca, que avanza____________________tañas, Reef se quitó el impermeable, lo dobló formando un tosco trineo, se subió encima, se agarró el sombrero y, esforzándose por no chillar, se dejó deslizar hacia abajo, hacia la blancura desconocida en pronunciada pendiente, con la vaga idea de girar para cruzarse con funda que era la nieve, y sin ninguna experiencia, ni siquiera de niño, en las desquiciadas prácticas que se estilaban en invierno en estas mondose de vuelta hacia el establo de Ouray. Sin modo de saber lo proba sin prisa, más abajo, en el siguiente tramo del sendero, encaminánBorrasca, rezando como nunca había rezado en su vida para no toparse con rocas ocultas en el camino. Al acercarse al sendero de abajo, le pa_reció que iba demasiado rápido y tuvo que sacar un pie, de hecho los dos, para al final rodar sobre su costado y frenarse, y a punto estuvo de pasarse del filo y salir disparado hacia un nuevo saliente, que sí que era escarpado, por no decir vertical. Pero consiguió parar antes y rodó un par de metros por un pequeño desprendimiento, hasta el camino. Se quedó tumbado boca arriba durante un minuto. Borrasca, que se había acercado, lo miró con curiosidad, aunque no parecía muy sorprendi_do de verlo.

– No recuerdo haberte dicho que volvería -lo saludó Reef-, pero me alegro de verte de todos modos; anda, vayamos a ver qué tal an_dan las cosas por casa.

Al potro le pareció bien, se quedó quieto moviendo los ojos has_ta que lo montó Reef y ambos reanudaron el viaje.

Llegaron a Ouray sin cruzarse con más jinetes, aunque alguien po____________________to curiosamente humano, bien podría haber entendido, en el sentido hindú, parte de lo que Reef quería decir.muró al caballo, que, si uno se dejaba engañar por su comportamienterrado, y por tanto renacido. «Y te digo que he de renacer», le murdría haber estado vigilándolos con gemelos. Reef prefirió tomárselo del mejor modo posible y pensar que la Asociación de Propietarios (¿quién si no podría haber sido?) creería que estaba muerto y en

– Sí que has vuelto pronto.

El le contó lo que había pasado.

– Sólo queda una cosa que hacer.

– Ya, ya. Y va a ser que me dejas aquí sola, con el invierno a las puertas y el bebé llorando.

Sintió un vacío familiar vibrando muy adentro, expandiendo el miedo hasta salir por sus palmas y dedos. Era por cómo lo miraba ella. El sabía que no serviría de nada, pero dijo:

– Siempre hemos encontrado el modo de volver a reunimos, ¿no?

Ella siguió clavándole aquella mirada.

– ¿Qué ha cambiado? El bebé, claro, pero ¿qué más?

– ¿He dicho yo algo, Reef? -Ella nunca levantaba la voz. Nunca, jamás. Pero a esas alturas estaba a punto de hacerlo, y ahí estaba él, far_fullando.

– No quiero que os hagan daño a ninguno de los dos, eso lo en__res ahorrarte el sermón por esta vez? ¿Por qué no te lo guardas para la próxima?tiendes, ¿no? Por lo que sé, esos chicos están ahora mismo ahí arriba, en esas montañas, esperando a que se abra esta puerta. Por favor, ¿quie