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En un momento dado, realizó una maniobra, como un pájaro que trazara un círculo en el aire para posarse, salvo que todo ocurrió en un espacio mental. Allí delante, a contraluz, parecía estar Wren, que le ofrecía la misma publicación. «Te he traído una lectura ligerita.» El texto estaba escrito en un alfabeto que él no conocía, y acabó mi_rando las ilustraciones, eróticas y de asesinatos, que reproducían las aventuras de una joven llamada una y otra vez a defender a su pueblo contra unos invasores deformes que preferían luchar entre las sombras y a los que nunca se mostraba con claridad.

Al poco, sobre su hombro, notó que El Espinera también seguía atentamente el texto. Por último dijo:

– Ten, tómalo.

– No, es para ti. Para que no olvides dónde estabas ahora.

– Pues ya que lo dices… -pero sobrevino una especie de estupor temporal y el 'brujo' se desvaneció. La «revista» era ahora un periódi__brado allí.co de Ciudad de México en blanco y negro de hacía unos días, que no contenía nada sobre Casas Grandes ni la batalla que se había li

Stray estaba cada vez más fascinada por Ewball, aunque, como le recordaba cada vez que podía, él no era su tipo. Tras haber sido can____________________tos asuntos anarquistas de importancia, de eso ella estaba segura, que lo reclamaban en otros sitios.miento, había sido más que generosa en cuanto a la tarifa de Stray, no había ninguna razón real para que Ewball se quedara por allí, con tanjeado con éxito por Rodrigo, cuya familia, en muestra de agradeci

– Oh, no lo sé -masculló él-, digamos que son una especie de vacaciones, supongo. Además, la Revolución va bastante bien por sí sola.

Un buen día desaparecieron los dos, y más tarde se supo que ha____________________to a un arroyo bajo los sauces y los álamos follando entusiasmados, mientras una amplia variedad de animales salvajes los contemplaba con interés.dos los demás que iba a pasar acabó pasando, y se encontraron junbían partido juntos en el tren de Juárez en medio de exhibiciones públicas de afecto. Quién optó por quedarse allí no fue otra que Wren Provenance. Como una madre con un niño pequeño, iba a ver a Frank cuando éste se ponía en pie y daba los primeros pasos, y era ella la que iba con él de paseo en caminatas que los alejaban cada vez más de la iglesia en ruinas, hasta que, un día, lo que estaba claro para to

– Así.-Se quitó los pantalones y lo montó a horcajadas-. No pon__zos, palabras tal vez sin sentido; después ninguno se gas esa cara de sorpresa, soy yo, ¿te acuerdas? -Las manos de uno en el pelo del otro, las manos por todas partes y, ya puestos, también los besos, ¿habían besado antes con tanta ansiedad? Mordiscos, arañaacordaría.

– Vaya, ¿cómo ha podido pasar?

Ella lo miró. Su impulso fue decirle: «A mí no me preguntes, nunca me pasa, de hecho tiendo a olvidarlo durante largos perio_dos…», que, ni que decir tiene, se correspondía con el monólogo de horas más tarde, cuando se quedara a solas con sus pensamientos. Pero en ese momento se abstuvo de compartir nada de eso con Frank.

– Bueno -dijo un par de minutos de meditación después-, mien_tras no sea archivado bajo el epígrafe de buenas obras o algo por el estilo…

– Frank.

Ella había estado tumbada con la cara apoyada en su pecho pero ahora se incorporó, como para verlo mejor. Y no podía ni quería de_jar de sonreír.