En Beogrado se unieron al Profesor Sleepcoat y su grupo, que in__lumna llamada «Misceláneos» y cuyos detalles el Profesor Sleepcoat no acababa de recordar.cluía al técnico Enrico, las estudiantes voluntarias Dora y Germain, y un contable llamado Gruntling que estaba allí debido a la insistencia de la Universidad, que no quería que se repitieran los excesos en el presupuesto del último viaje, la mayoría de ellos anotados en la co
En Sofía se bajaron en el andén de la Tsentralna Gara y se encon____________________levar Knyaginya Mariya Luiza, que parecía lleno de perros callejeros y bebedores en diferentes fases de peizaban la ciudad. Al entrar, Cyprian contempló entristecido el busos, las mezquitas y las casas bajas habían dado paso a una cuadrícula de calles amplias y diáfanas y de obras públicas a gran escala que eurotraron con una ciudad re-imaginada tras los treinta y pico años que habían pasado desde la expulsión de los turcos: los callejones sinuoenvenenamiento etílico.
– Antes era mucho peor -le tranquilizó el Profesor-. Arthur Symons la llamó la calle más espantosa de Europa, pero de eso hace mu_cho, y todos sabemos lo sensible que es Arthur.
– Tiene algo de Omaha -le pareció a Reef.
Al día siguiente, Gruntling acudió al banco y se quedó hasta la hora de cierre, y luego el grupo se encaminó hacia el norte, a las colinas.
Cada mañana, el contable sacaba una bolsa de levas búlgaras de plata y extraía veinticinco.
– Esto es sólo una libra -se quejaba el Profesor.
– Muy bien -decía Gruntling pasándole las monedas-, pues en_tonces esto es un kilo. Procure no gastarlo todo en el mismo sitio.
– Son cinco dólares -dijo Reef-, no sé de qué se queja.
La mayoría de los desembolsos eran en monedas más pequeñas, stotinki de níquel y bronce, para las coñudas durante el viaje -kebabcheta, banichka, palachinki, cerveza- y para pagar algún sitio donde dor__trarse un niño dispuesto a girar la manivela que movía el dispositivo de grabación mediante un reductor y un volante que suavizaba las variaciones de tono.mir por las noches. Por unos pocos stotinki, también podía encon
– Es como mover el fuelle del órgano de la iglesia en el siglo pa__nimos no habríamos tenido a Bach.sado -le pareció al Profesor Sleepcoat-, Sin todos esos pilluelos anó
Comentario que le hizo merecedor de una mirada de Yashmeen, quien en otras circunstancias le habría preguntado dulcemente en qué medida creía él que la cultura occidental había dependido a lo largo de toda la historia de ese tipo de trabajo vergonzosamente mal pagado. Pero no se trataba de una discusión que ya nadie tuviera tiempo ni ganas de mantener.
Un anochecer que el Profesor seguía fuera trabajando hasta tar__ven voz de tenor. Al principio lo tomó por un típicode, escuchó a lo lejos, en el valle, a alguien que cantaba con una jo kanástánc de porqueros transilvanos que habría llegado hasta ahí salvando cordi____________________nes, por el Tiempo personificado como un demiurgo y servidor de la Muerte. Y el equipo de grabación, claro, y Enrico estaban en la posada. Pero en realidad no era necesaria ninguna grabación, porque los dos cantantes habían repetido la canción varias veces, hasta bien entrada la noche, para que se grabara en los surcos de la memoria del Profesor Sleepcoat, justo al lado de los dedicados a los lamentos, las penas y demás.dra caliza esculpida con fantasía, a lo largo de incontables generacioción, como si Orfeo se la hubiera cantado a Eurídice en el Infierno, llamándola allá abajo entre vapores embriagadores, por cursos de agua que retumbaban helicoidalmente, levantando ecos entre la pievarse mediante una iniciativa al menos tan metafísica como la cantantes fuera mayor que la anchura del valle, algo que sólo podía salse cuenta, y por eso fue capaz de percibir, bajo el sonido, una intensa conciencia de pérdida, como si la distancia que separaba a los cancida, que había pasado antes de que tuviera ocasión siquiera de darrecho a cantar, inevitablemente recordó su propia juventud ya feneres de cabras, y sus palabras eran en un dialecto del barrio de los campesinos de Sofía cantadas en una melodía frigia que el Profesor nunca había oído, y que supo que jamás volvería a oír, no, al menos, de ese modo, sin mediación e inmune al Tiempo. Y como lo poco que pudo entender fueron palabras que sólo los jóvenes tenían dequeño vahe, a veces antifonales, otras juntas, en armonía. Eran pastolongó el crepúsculo, las dos voces cantaron de un lado al otro del pelleras y siguiendo cursos fluviales, pero al instante respondió otra voz joven, de una gama más aguda, de chica, y durante lo que se pro
Más tarde, el Profesor parecía no poder quitarse a Orfeo de la cabeza.
– El no se acababa de creer que ella deseara de verdad volver con él para vivir de nuevo en el mundo de la superficie. Tuvo que darse la vuelta y mirar, sólo para asegurarse de que ella venía.
– La típica inseguridad masculina -lloriqueó Yashmeen.
– La típica codicia femenina acaba imponiéndose al final, así es como yo lo he interpretado siempre -comentó Gruntling.
– Oh, él es el Señor de la Muerte, por lo que más queráis, ahí no pinta nada el dinero.
– Jovencita, el dinero pinta en todas partes.
La principal tarea para Reef, Cyprian y Yashmeen ahora mismo era localizar la línea Interdikt e inutilizarla. El campo estaba lleno de indicios, indicaciones erróneas a propósito: cualquier espejismo de algo antinaturalmente recto, resplandeciendo sobre el terreno, podía man____________________to opacos. El uso de términos como «fortificación» y «gas» raramente resultaba fructífero, hasta con aquellos que no tenían miedo a hablar con ellos.blaban, y empezaban a hablar en dialectos que de golpe se habían vueldarlos contra molinos de viento y hacerles desperdiciar sus preciosas horas. La gente del pueblo se mostraba bastante amistosa hasta que Cyprian sacaba el mapa, entonces apartaban la mirada e incluso tem
– No los busquéis -les advertían con frecuencia-, si ellos quieren ya os encontrarán. Pero mejor que no os encuentren.
La buena gente que escuchaba esas charlas volvía la cara, se san____________________nuales que se llevaran haciendo desde tiempos antiguos.liares con las manos, algunos muy complejos, como comentarios matiguaba repetida y compulsivamente y hacía otros gestos menos fami
Finalmente, un día su suerte dio un giro. Estaban en Veliko Tárnovo, donde el Profesor había ido a estudiar una variante de la danza nupcial ruchenitsa, de la que se rumoreaba que tenía síncopas, hasta el momento no grabadas, en las 7/8 subyacentes. Era mediados de fe_brero, el día de San Trifón, que coincidía con un ritual de poda de las viñas. Todos bebían dimyat y misket caseros contenidos en cubas y bai__deón, violín y clarinete.laban a los sones de una pequeña banda local formada por tuba, acor