– Las necesidades de tu padre son sencillas -explicó Yashmeen-, y no me sorprendería que…, vaya, sí, mira, justo lo que pensaba. Mira lo que ha traído papá a casa.
– Un milagro -dijo Reef-, está intacto. -Sostuvo en alto un rifle de aspecto peculiar cuyo cañón parecía mucho más ancho de lo nor_mal, aunque resultó ser una funda perforada para refrescar el arma-. Amigos, les presento el rifle ametrallador Madsen. Llevaba tiempo oyendo hablar de él. Todas las divisiones de caballería rusas acostum____________________siado…ros por minuto en automático, y cuando el cañón se calienta dematenegro, donde se conocen como Rexer. Fijaos. Quinientos dispabraban a llevar algunos, pero finalmente decidieron deshacerse de ellos y una buena parte fue a parar a este mercado, sobre todo a Mon
Sacó un duplicado del cañón, desmontó retorciendo el primero y lo sustituyó. También se las había apañado para rapiñar varios car_gadores semicirculares, cada uno con cuarenta balas.
– Me alegro por ti, claro -dijo Yashmeen.
– Oh, y esto. -En algún lugar en ese campo ceniciento, entre los cadáveres, la sangre, el humo de cordita y los fragmentos de acero, había encontrado una parcelita de flores silvestres, y le entregó a cada una un ramito. Ljubica empezó a comerse el suyo inmediatamente, y Yash se quedó mirando a Reef hasta que se le humedecieron dema_siado los ojos, que se enjugó con la manga.
– Gracias. Deberíamos ponernos en marcha.
De vez en cuando, a lo largo de las semanas siguientes, se pregun____________________ca de la libertad del suicida que de la del espíritu indómito.rarlo, si la dispensa que habían sentido cuando Cyprian estaba con ellos, la libertad para actuar de manera extraordinaria, se debía a que estaban viviendo en un mundo a punto de abrazar su final, más certarían, aunque sin encontrar nunca el momento de sentarse y acla
El invierno se les echaba encima. La guerra imprevisible por to____________________daban por las mezquitas, intercambiaban armas por cigarrillos.venido como el silencio. Desertores turcos dormían en la playa, rontarse a la espalda, tarea en la que se turnaban ella y Reef, que había empezado a llamar a Ljubica «la indita». Ljubica iba subida allí como en una atalaya, llamando la atención de sus padres hacia jinetes, perros pastores y ovejas, gotas de lluvia…, el obstinado acompañamiento de la caballería y la artillería de campaña, a los lados, por detrás. Al final llegaron al Paso de Bukovo y bajaron a la ciudad de Ohrid, junto al lago homónimo de aguas claras y rizadas por el viento, entre tejados rojos, acacias y callejones, su clamor urbano, que no incluía armas, tan biendas partes. Se refugiaban a menudo en los chamizos de los sarakatsá- ni, porque eran estas gentes sin país, sin ciudad natal, sin domicilio fijo, los nómadas de la Península, quienes velaban por ellos, quienes compartían su propia comida, su tabaco, su espacio para dormir. Yashmeen les daba tarros de confitura de rosa que Zhivka les había preparado, milagrosamente llegados hasta allí sin haberse roto, y ellos le regalaron un artilugio de madera para llevar bebés que podía suje
Había llegado a haber cuarenta mil turcos en Monastir, instruidos por alemanes al mando del legendario Liman von Sanders, cuyos pla_nes incluían mandar a sus criaturas asesinas a Ucrania cuando llegara el momento de entrar en guerra con Rusia. Un título inquietante, el de haber sido instruido en las artes de la muerte masiva por alemanes. Pero ahora los serbios sabían que podían derrotarlos.
Miraron al otro lado del lago, a los picos negros, ya con un poco de nieve. Un abismo se había abierto en las nubes, a través del cual se filtraba la luz, un torrente vertical de luz que hendía toda la gama de matices imaginables de gris que habitaban el cielo, como si le pre_sentara al día una serie de posibilidades que rara vez, si alguna, se veían.
– Es Albania -dijo ella. Cyprian les había advertido que se man____________________ción en el norte, contra los turcos; los griegos habían talarios como siempre, pero estaba en marcha algún tipo de revolutuvieran alejados de Albania. Todos se lo habían repetido. No es que los habitantes hubieran dejado de mostrarse tan acogedores y hospiinvadido y ocu_pado el sur, y buena parte de la lucha era informal, mediante rifles de largo alcance-. Debe de haber alguna carretera asfaltada por alguna parte, aunque es probable que nos lleve directamente a los combates más encarnizados.
– Veamos. Invierno en las montañas, sin mapa, con todos dispa_rando contra todos.
– Más o menos.
– Mierda, hagámoslo.
Antes de partir por la orilla del lago, como si estuvieran por allí de vacaciones, compraron tarjetas postales ilustradas con escenas de la guerra, y sellos, cada uno de los cuales iba impreso en dos o tres lenguas, además de en los alfabetos turco y cirílico, con sobrecargas provisionales, así como tipografía romana. Algunas de las fotografías mostraban escenas espantosas de masacre y mutilación, reproducidas no en sencillo blanco y negro sino en tonos variados de verde, un verde bastante fluorescente, a decir verdad: cráteres de obuses, hombres sin extremidades en hospitales de campaña, cañones gigantescos, aviones que volaban en formación… Las enviaron por correo, con la certeza y convencimiento de que ninguna llegaría, a Yz-les-Bains, Chunxton Crescent, Flaco Gabrovo y Zhivka, Frank y Mayva en Estados Uni_dos, Kit Traverse y Auberon Halfcourt, y al Hotel Tarim, en Kashgar, en el Turquestán chino.
En el extremo sur del lago, siguieron el sendero hasta Sveti Naum y entraron en Albania. El tráfico era continuo en ambos sentidos: re____________________ba aquí, en el Epiro. Los guardias fronterizos, cuando prestaban alguna atención, dejaban pasar a todos con un encogimiento de hombros. Para empezar, ya ni siquiera estaban seguros de quién era su superior.vasores griegos, y soldados turcos que huían de la derrota en Monastir hacia el sur, buscando la fortaleza en Yanina, el último vestigio del Imperio Otomano en Europa y el único lugar seguro que les quedafugiados mahometanos expulsados de sus casas en Albania por los in
Reef, Yash y Ljubica habían entrado en un teatro de guerra don__breado parecía bastar.de todo el mundo disparaba a todo el mundo, no siempre por razones que las víctimas acabaran de comprender, aunque estar bastante ca
Les tendieron una emboscada fuera de Pogradeci, de camino a Korla; fue obra de una banda de irregulares, no más de media doce__ples salteadores de caminos ya no servía de mucho.na, según calculó Reef, aunque la distinción entre guerrilleros y sim
– Tápale las orejas al bebé un momento, ¿quieres, cariño?, vamos a practicar un poco el tiro al plato -dijo Reef encajando de un golpe el cargador en el rifle Madsen y, después de haber acomodado a todo el mundo detrás de unas rocas junto a la carretera, mientras murmu____________________diera gritar nada demasiado alegre, el cargador se había agotado, y eso que el cañón ni siquiera estaba caliente, y fueran quienes fueran los asaltantes, se habían evaporado.nios de las quinientas balas por minuto; sin embargo, antes de que pucir y dispersarse, el atractivo de la palanca de cambio situada delante del protector del gatillo se hizo irresistible, y Reef entró en los domiraba algo así como «por fin», empezó a disparar en modo semiautomático, pero muy pronto, cuando los atacantes empezaron a malde
– Es lo que mejor sabe hacer, ya ves -murmuró Yashmeen como si se lo dijera a Ljubica.
Un poco más adelante, en la misma carretera, se toparon con un destacamento del ejército griego que acudía a investigar el fuego de ametralladora que creían haber oído. Desde que empezara la guerra, grupos de soldados griegos se habían situado por todo el sur de Alba____________________gió de hombros e hizo gestos vagos ta idea de Grecia más abstracta a esas alturas que sus propios hogares y familias. Reef, con el Madsen escondido bien lejos de la vista, se enconia, que ellos consideraban el Epiro, una región perteneciente a cieren la dirección en que se habían ido los emboscados, y pronto había conseguido un paquete de cigarri__mento ocupada por los griegos.llos y un viaje en una carreta de suministros hasta Korla, en ese mo