Demasiado rápido para darse cuenta, los años habían transforma____________________das, pero seguían alerta allá dentro, guardando mil secretos sobre estos viejos Territorios nunca ocupados, y po vuelven al redil al final del día, en cuencas suaves como almohatos y los chismes, sabía cuánto costaba todo, a qué minuto exacto se despertaba cada uno de los hijos de los Oust (todos menos uno, tal vez, el que tenía un destino) y adonde era probable que hubiera ido cada miembro de la familia cuando no estaba en la casa…; sus ojos, en el pasado cautivadores, se habían hundido, como las criaturas del camdo a Mayva de aquella chica nerviosa con ojos de extranjera en esta ama de llaves tranquila y entrada en carnes de un hogar próspero que bien podría haber estado situado a medio camino del este, al abrigo de las chispas y el hollín de los trenes, donde desempolvaba los retrasobre lo inevitable, justo desde el momento en que aparecieron las primeras gentes del este, que era la traición de la vida de cada día, que tanto había costado ganarse, re__cedido hacía mucho los recién llegados. Los niños a su cuidado nunca vieron más allá de la amable y siempre atareada viejecita, nunca la imaginaron en Leadville montando aquellos líos…convertida en la penitencia suburbana y burguesa a la que habían ac
– Vivíamos en una cabaña por encima del límite de las nieves, en Navidad llevábamos a casa un pequeño pino piñonero para que hi____________________pago, dónde está la lluvia?». Era un encanto.nas, fruncía un poco el ceño, como si dijera: «¿Dónde está el relámfagas de truenos, agitaba los brazos, chillaba «¡Ah! ¡Ah!» cada vez que uno caía como una bomba. Más tarde, ante las explosiones de las mido por la tubería de la cocina. Al pequeño Reef le encantaban las ráciera las veces de árbol, cazábamos una perdiz nival para que hiciera las veces de pavo. La tormenta fuera, la electricidad azul clara entran
Mayva sacó los ferrotipos del bebé. Reef con un vestido de bau_tismo, puede que un gorro de marinerito, el atuendo habitual para esos casos, porque era un bebé muy dulce, dijo su madre, aunque al cumplir tres o cuatro años, Stray no dejó de notarlo, ya casi tenía la cara que siempre iba a tener, esa expresión torcida y grabada a martillo, como si se hubiera propuesto tenerla así, incluso ya de niño.
– ¿Crees que volverá? -preguntó Mayva.
La cocina estaba fresca y tenuemente iluminada. La tarde pareció tranquila por un instante, sin padre ni hijo dándole que te pego, los quehaceres del mediodía todos cumplidos, Moline echándose una siesta en alguna parte. Stray acogió a la mujer mayor en sus brazos, y Mayva, con un gran suspiro de ojos secos, apoyó la frente en el hom_bro de la chica. Y siguieron así, en silencio, hasta que en algún lugar de la casa se oyeron una serie de estampidos y algunos gritos, y el día recomenzó.
A pesar de las advertencias lanzadas por el Departamento de Estado americano para que todos los gringos cruzaran inmediatamente con sus traseros al otro lado de la frontera, Frank se quedó en Chihuahua. Mientras sus huesos se soldaban y él atendía a su vida romántica y, hasta podría decirse, espiritual, la Revolución de Madero había avan____________________cionados. Al poco se reunieron en las ciudades grupos numerosos de gente armada con pancartas y carteles; algunos rezabanmió las fantasías de una democracia liberal tal como la conciben los profesionales urbanos. Los antiguos aliados fueron dejados de lado, cuando no repudiados, denunciados o enchironados. Sobre todo en Chihuahua hubo muchas quejas, o más bien rabia, entre la gente que sabía cuánto les había costado llevar a Francisco Madero al Palacio Presidencial, y que ahora veían cómo los sueños por los que habían bajado de Sierra Madre a luchar eran obviados o directamente traizado, en concreto al sur de la Capital, donde sin perder tiempo asu tierra y jus_ticia, otros tierra y libertad, otros sólo tierra, pero siempre apa_recía en alguna parte aquella palabra: ¡tierra! Estallaron pequeñas re__ra era más bien un testaferro.beliones, algunos ex maderistas volvieron a empuñar sus viejos Mauser, y pronto eran tantos que ni se podían contar. Muchos se rebelaban en nombre del ex ministro desafecto Emilio Vázquez, así que al cabo de un tiempo cualquier revuelta recibía automáticamente la etiqueta de «vazquista», aunque el propio Vázquez había huido a Texas y aho
En Chihuahua, la colección de vagabundos, salteadores de cami_nos, luchadores de las montañas y magonistas irreductibles con los que había estado Frank en la época de la batalla de Casas Grandes se__gante de Porfirio Díaz. Tarde o temprano habría que afrontarlo.guía por allí, o al menos la mayoría. Madero estaba ahora muy lejos, hechizado por su nuevo poder, convertido, en una versión más ele 'La revolución efectiva' todavía estaba por venir. Hacia finales de año, desde Morelos llegó hasta el norte la noticia de que Emiliano Zapata había movilizado un ejército en la región y emprendido una insurrección en toda regla contra el gobierno. Algunos de los antiguos compadres de Frank se encaminaron rápidamente a Morelos, pero a todos aque__contrar diversión de sobra allí mismo, en Chihuahua.llos a los que les gustaba disparar a los federales todavía podían en
El propio Frank no tardó mucho en llegar a Jiménez, al sur de Chihuahua, como miembro de una unidad irregular que combatía en nombre de Pascual Orozco, quien había sido una pieza importante de la revolución de Madero en Chihuahua y ahora también estaba en rebelión abierta contra el gobierno. Frank se les había unido en Casas Grandes, donde un antiguo magonista llamado José Inés Salazar esta____________________tentó atacar la ciudad pero fue rechazado por Pascual Orozco, que finalmente dio el paso definitivo tras meses de indecisión. Salazar y Hernández reconocieron a Orozco como comandante en jefe de lo que a esas alturas era ya un ejército de dos mil hombres, y Orozco se nombró a sí mismo gobernador del Estado.nas de plata. A principios de marzo las fuerzas conjuntas controlaban Ciudad Juárez y amenazaban ya Chihuahua. El gobernador huyó presa del pánico; Pancho Villa, todavía leal al gobierno de Madero, inba formando un pequeño ejército. En febrero se fundieron con las tropas que mandaba el antiguo subgobernador del Estado, Braulio Hernández, que acababa de ocupar Santa Eulalia, una ciudad con mi
En cuestión de semanas, el ejército se había cuadruplicado, y lle_gaban noticias de nuevos movimientos insurgentes, que ahora se llamaban orozquistas, por todo el país. La marcha sobre Ciudad de México parecía inminente. El ministro de la Guerra de Madero, el antiguo maestro de esgrima José González Salas, se puso al mando de la campaña contra Orozco. A mediados de marzo estaba en Torreón con seis mil hombres, a unos 250 kilómetros por la línea férrea Central Mexicana del cuartel general rebelde en Jiménez, y las escaramuzas empezaron.
Frank se fijó en lo desmesurada y largamente que se había carca____________________duciéndole hasta Sloat Fresno. Puede que lo hubiera visto aquí, o tal vez muy cerca, Frank nunca había hecho un mapa y ahora no se acordaba.nera le había enseñado unos años atrás y que le había acabado conzo. Recordaba el cristal gigante de espato de Islandia que El Espiménez merecedora de su especial atención. Frank empezó a cabalgar en su tiempo libre hasta el Bolsón de Mapimí, para echar un vistacepción, y uno gigantesco conocido como el Chupaderos, cuyos fragmentos, que en conjunto pesarían unas cincuenta toneladas, se habían llevado a la Capital en 1893. Los buscadores de meteoritos peinaban esa zona aún hoy, y seguían encontrando nuevos. Era como si existiera un dios de los meteoritos que hubiera considerado a Jidores de Jiménez era famosa desde los tiempos de Cortés por sus meteoritos, entre ellos los encontrados en San Gregorio y La Conperar para ver qué significaba. Resultó que la región de los alredejeado El Espinero cuando se enteró de que él se dirigía a Jiménez. Frank ya estaba acostumbrado a esa reacción y había aprendido a es