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Encontró y recogió la piedra más rara que había visto en mucho tiempo: negra y picada por entero, lisa en algunas partes y tosca en otras. Lo bastante pequeña para caber en una alforja. Se suponía que no le decían nada esas cosas, pero cada vez que la tocaba, aunque fuera ligeramente, oía una especie de voz.

– ¿Qué haces aquí? -parecía decirle.

– Estás muy lejos de tu casa para preguntar eso.

Una punta del ataque gubernamental avanzaba por el Ferrocarril Central Mexicano.

– Condiciones perfectas para la 'máquina loca' -le pareció al Gene____________________mos su consejo.cho, si no le importa ponerse a las órdenes de Don Emilio Campas, va a partir hacia el sur con algunos hombres, y es posible que necesiteral Salazar; ése era el término técnico para designar una locomotora cargada de dinamita y lanzada a mucha velocidad contra el enemigo-. Buscad a ese gringo. -Solían recurrir a Frank por sus conocimientos de ingeniería, y lo convocaron a la tienda del General-. Doctor Pan

– 'A sus órdenes.'

Frank empezó a buscar una locomotora de vapor apropiada para modificarla y encontró una máquina de maniobras que acababa de desplazar un tren de mercancías para la línea de Parral; la llevó a una vía muerta donde ya le esperaba su equipo, un par de veteranos de Casas Grandes que compartían la fe magonista en la política median_te la química y sabían dónde poner los paquetes de cartuchos y tirar la mecha para causar el mayor efecto, y el trabajo básico se acabó en media hora.

Iban por delante de otro tren que transportaba soldados, acom_pañado de alguna caballería, ochocientos hombres en total, hacia el sur, a la frontera de Durango. El sol martilleaba las tierras yermas. Cuando llevaban recorridos unos cincuenta kilómetros, entre Corralitos y Rellano, se toparon con un tren blindado cargado de 'federales', que se dirigía hacia el norte. El tren que iba detrás del de Frank frenó en seco, los hombres armados se bajaron, la caballería se desplegó a derecha e izquierda. Frank dejó que su propia locomotora redujera un poco la velocidad mientras miraba hacia atrás y veía cómo Salazar alzaba la espada y luego la bajaba, produciendo un gran destello de luz del desierto, blanca y dorada, que casi podía oírse.

– '/Andale, muchachos!' -aulló Frank, que sacó algunas cerillas y empezó a encender mechas. Tras arrojar a la máquina lo que quedaba de carbón y leña y comprobar los indicadores, el resto del equipo sal_tó afuera.

– ¿No viene, Doctor Pancho?

– Ahora mismo -dijo Frank. Aceleró al máximo y la locomotora empezó a cobrar velocidad. Bajó al estribo y estaba a punto de saltar cuando le vino a la cabeza una idea peculiar. ¿Era éste el «sendero» en el que pensaba El Espinera, este concreto kilómetro de vía donde de repente el día se había vuelto extradimensional? El país cambió, ya no era la abstracción desierta de un mapa sino velocidad, aire que sopla____________________de que recogió el momento entero, losportaba, de que pertenecía a lo que estaba pasando, al aullido que le llegó de más adelante cuando el maquinista del tren federal se apoyó sobre su bocina de vapor, al que él respondió automáticamente con la suya, de modo que ambas se fundieron en un único e inmenso acormente inseparable de la certeza de Frank de que saltar o no ya no imba con fuerza, el olor de humo y vapor, un tiempo cuya sustancia se condensaba a medida que pasaba más y más rápido, todo perfecta federales' uniformados de marrón saltaban de su tren y se desparramaban por los alrededores, la pequeña máquina enloquecida se estremecía en su frenesí, la vál_vula de regulación ya no era capaz de regular nada, y de algún sitio salió un bicho de la velocidad ciega, se metió en la aleta derecha de la nariz de Frank y volvió a traerlo al día.

– Mierda -susurró, se dejó ir, cayó, se golpeó con el suelo, rodó con una velocidad insensata que no era la suya, suplicando que no se le rompiera la pierna otra vez.

La explosión fue magnífica, metralla y restos humanos y de ani_males volaron por todas partes, el vapor recalentado salió disparado a través de un millón de humeros irregulares que se formaban entre los fragmentos en movimiento, un inmenso hemisferio hecho jirones de polvo gris, que la sangre iba tiñendo de rosa, se elevó y expandió, y los supervivientes se tambaleaban a su alrededor cegados y tosiendo las__de estaban los cerrojos o los gatillos, o hasta qué eran. Más tarde se estimó que sesentatimosamente. Algunos disparaban a nada, otros habían olvidado dón 'federales' habían muerto instantáneamente y que el resto quedó, como poco, desmoralizado. Hasta los buitres, dema__llón se amotinó y mató a dos de sus oficiales, se tocó retirada y todo el mundo salió pitando como pudo de vuelta a Torreón. El General González, herido y deshonrado, se suicidó.siado asustados, tardaron varios días en acercarse. El Vigésimo Bata

Frank encontró un caballo vagando por el Bolsón apenas en me____________________se estuviera en alguna región nueva de la República, lejos de todo aquello.ran Parral, dinamitaran casas, robaran y asesinaran. Frank se perdió los festejos, pues había encontrado un vagón de mercancías vacío en los depósitos y se había dormido, medio esperando que al despertarjor estado que él mismo, y volvió tambaleándose en plena noche al campamento orozquista, donde todos estaban borrachos o dormidos, o delirando en un sueño de victoria que incluso Frank, pese a su agotamiento, comprendía que era una locura. Un par de semanas más tarde, tres mil rebeldes de Orozco atacaron el cuartel general de Pancho Villa en Parral para aniquilar a los últimos leales a Madero en la región. Villa, superado ampliamente en número, sensatamente dejó la ciudad antes de que llegaran, pero eso no impidió que saquea

Cuando llegaron noticias de que Madero, pese a sus muchas du__les. Cuando las fuerzas de Huerta llegaron y ocuparon Torreón, Frank supo que la insurgencia de Orozco estaba prácticamente condenada. Como losdas, había elegido a Victoriano Huerta para comandar una nueva ofensiva contra los orozquistas, Frank, que no tendía a caer presa del pánico, empezó a ponerse un poco nervioso, recordando su breve altercado con algunos de los esbirros de uniforme de Huerta hacía siete u ocho años. Aunque en esa región la esperanza de vida de un bandido militar era comparable a la de un roedor de campo, el tal Huerta continuaba reapareciendo una y otra vez, como si contara con el favor de una junta militar de antiguos dioses especialmente crue 'federales' se demoraban en Torreón, algunos recuperaron cierta esperanza en Jiménez, pero Torreón era la clave para cualquier avance hacia el sur contra la Capital, sin ella no habría victoria rebel_de posible. Huerta tenía cañones, Orozco no.

Como era de esperar, en las semanas siguientes, mientras Huer__nalmente, en Bachimba, la táctica de lata avanzaba lentamente hacia el norte desde Torreón, la fortuna orozquista empezó a torcerse. Cada vez que los rebeldes entraban en combate, eran derrotados, las deserciones aumentaban, hasta que fi 'máquina loca' falló, y con ella todas las esperanzas de Orozco. Huerta volvería triunfante a la Capital.

Mucho antes, si Frank hubiera sido un poco sensato, habría admi____________________lítico por quien él arriesgaría su vida. Pero, entonces, ¿qué valor tenía su vida? ¿Por quién o por qué la pondría en juego?yendo el milagro mexicano consistente en seguir vivo, no era un política cuanto creada por el cañón imperdonable que el Tiempo tallaba en su fluir. Pascual Orozco, aunque Frank le deseaba lo mejor, inclubía olvidado pese a las abundantes y brutales diversiones que tenia a su alcance, estaba al Otro Lado, más allá de una frontera no tanto pote. No se le ocurría nada que lo retuviera ahí; Wren, a quien no hatido que ya bastaba, habría vuelto al norte y dejado México a su suer