– 'Bueno' -le susurró ella-, no prestes atención a los otros. Quiero que te ilumines sólo cuando yo te lo diga. Ahora. -El bicho, obedien_te, se encendió-. Ahora apágate. -Y Pancho obedeció otra vez.
Frank miró a Pancho. Pancho le devolvió la mirada, aunque quién sabe qué era lo que veía.
No habría sabido decir cuándo exactamente, pero en un mo____________________les, pues todas acababan conformando en realidad una única alma, del mismo modo que la luz era indivisible.que eso indicara que la misma alma tuviera que vivir en varios árbomento dado, Frank comprendió que ese portador de luz era su alma, y que las luciérnagas del árbol eran las almas de cuantos habían pasado por su vida, aunque fuera a distancia, aunque fuera por un latido y medio, y que existía un árbol así para cada persona en Chiapas, aun
– Del mismo modo -amplió Günther- que nuestro Salvador in__loga a la de la carne entre los pueblos cristianos. Esformó a sus discípulos, sin que se le torciera el gesto, que el pan y el vino eran indistinguibles de su cuerpo y de su sangre. La luz, en cualquier caso, ocupa entre estos indios de Chiapas una posición aná tejido vivo. Como el cerebro es la expresión exterior e invisible del Alma.
– Demasiado alemán para mí -masculló Frank.
– Piénsalo: ¿cómo es posible que todos se enciendan y apaguen a la vez?
– ¿Buena vista, reflejos rápidos?
– Es posible. Pero recuerda que en esas montañas también hay tri__tos de kilómetros,bus que, se sabe, habitualmente mandan mensajes a lo largo de cien instantáneamente. Y no a la velocidad finita de la luz, entiéndeme, sino con un intervalo cero de tiempo.
– Creía que eso era imposible -dijo Frank-. Hasta la telegrafía sin hilos requiere un poco de tiempo.
– La Relatividad Especial tiene poco sentido en Chiapas. Es posi_ble, después de todo, que la telepatía exista.
Es posible, después de todo. Frank quería comentárselo a Melpómene la siguiente vez que se pasara por el Quetzal Dormido, pero ella se le adelantó.
– Esta noche habrá una pequeña perturbación -dijo.
– 'Caray', ¡tu 'novio' ha vuelto a la ciudad!
Ella le echó la ceniza del cigarrillo.
– Son esos mazatecos otra vez. Ahora mismo se está formando una banda con la intención de marchar hacia aquí. Deberían llegar poco después de medianoche.
– Mazatán, eso está a veinticinco kilómetros. ¿Cómo sabes qué está pasando allí «ahora mismo»?
Ella sonrió y se dio unos golpecitos en el centro de la frente.
A eso de la medianoche hubo gritos, explosiones y varios dispa_ros, que se acercaban a la ciudad desde el oeste.
– ¿ 'Qué' mierda pasa? -preguntó Frank un poco adormilado a esas alturas-. Oh, perdóname, 'querida', quería decir ¿'Qué chingada' pasa?, faltaba más.
Melpómene se encogió. Frank se asomó por la ventana. Maza_tecos, sin duda, y con malas intenciones.
Los expertos en política tendían a etiquetar los resentimientos manifestados regularmente por Mazatán contra Tapachula como otra rebelión «vazquista», aunque la gente de por aquí lo entendía más bien como uno de esos rencores enconados entre ciudades que her__sándose días y noches tramando planes para atacar Tapachula, limpiar ambas orillas de la ciudad y matar alvían a fuego lento en Chiapas desde mucho antes de que llegaran los españoles. Es posible que últimamente, más excitados por el clima de rebelión nacional, algunos elementos de Mazatán hubieran estado pa 'jefe' local. Pero sus planes, por alguna razón, nunca tenían en cuenta a las fuerzas voluntarias de auto__siones llegaban a perseguirlos hasta el mismo Mazatán, y hasta habían ocupado la ciudad para aumentar la humillación.defensa de Tapachula, que estaban allí esperándolos cada vez, y en oca
– Es casi como si lo supieran de antemano -comentó Frank asom_brado-. ¿Quién los avisa?, ¿tú?, ¿quién te lo dice a ti?
Pregunta que recibió como respuesta una sonrisa enigmática y poco más. Pero Günther se lo había estado pensando.
– Es como el teléfono -comentó-. Ni siquiera «como», es el telé__mo mayor y único permanece intacto, coherente, conectado.fono. Una red de indios en comunicación telepática. No parece que le afecte la distancia. Da igual cuánto se aleje uno de ellos, el organis
El invierno llegó en el calendario, pero no en la 'tierra caliente'. Aun así, algo como un acortamiento de los días, una defección de la luz del sol, estaba dándose en los espíritus de cuantos vivían en el 'ca_fetal'. Iba a pasar algo. Los indios empezaron a intercambiarse extra_ñas miradas y a evitar los ojos de los demás.
Una noche, Frank estaba sentado cerca de la higuera de Melpó_mene, contemplando el espectáculo de los cucuji, y, en cierto momen_to, del modo en que uno se sume en el sueño, cayó en un trance y, esta vez sin hikuli, se encontró de vuelta en la misma versión del Tenochtitlán antiguo a la que le había llevado antes el cactus de El Espinero.
Su misión era una cuestión de vida o muerte, pero sus detalles se le escapaban por alguna razón. Sabía que tenía que encontrar el cami____________________surables como la vida y la muerte. Cuando «Frank» pasó por debajo, el Arco adquirió una luz fantasmal y se hizo más alto y sustancial.ción parecía definir dos partes distintas de la Ciudad tan inconmennoció la cara dorada del Ángel de la Cuarta Glorieta de Reforma, pero supo que se trataba de otro Ángel. En su función de puerta, la construcles habían destruido todas las construcciones aztecas de Tenochtidán. El Arco era de piedra caliza pálida, con una escultura triunfal encima, una figura siniestra, toda curvas, cabellera, alas y telas, sobre un carro. Recono a una parte de la ciudad oculta a la mayoría de sus habitantes. Lo primero que tenía que hacer era pasar bajo un arco ceremonial, que, según creía, sería arrasado algún día, del mismo modo que los españo
Se encontró en una parte de la Ciudad donde reinaba el salvajis____________________mento estrellado. Sabía qué era, pero no encontraba el nombre en su memoria.te, como una tormenta, cubriendo cada vez mayor parte del firmaba, no veía nada más que una sombra que se acercaba desde el normo y se desconocía la misericordia. Figuras con túnicas le miraban fijamente al pasar, con una especie de odio inquisitivo. Se oía fuego de artillería y disparos, tanto cercanos como más alejados. La sangre salpicaba las paredes. En el aire flotaba un olor a cadáveres, gasolina y carne quemada. Quería desesperadamente un cigarrillo, pero no le quedaban. Buscó la puerta a sus espaldas, pero había desaparecido. De vez en cuando, un peatón alzaba temeroso la mirada hacia el cielo y gritaba o corría a esconderse, pero cuando Frank miraba hacia arri
Llegó al borde de una gran plaza, que se perdía en la madrugada sin luz, casi vacía de vida, entre dos edificios oficiales pero sin nom_bre, con fachada de tezontle y tepetate volcánicas, y ambos monumen____________________ber estado allí desde el principio, atentas a las hostilidades.llos cantaran y el cielo retuviera lentamente más luz y tal vez revelara la silueta, en los tejados mellados, de figuras humanas que podrían hasión mortal de las horas oscuras que debía pasar allí, hasta que los gaticos edificios ofrecía el menor refugio. Se imaginó ante sí la extentos, pese a su modesta altura y su indiferencia emocional, resultaban tan intimidantes y ocultaban quizás intenciones tan crueles como las pirámides más antiguas de ese valle. Ahora se oían tiros, más o menos continuos, y Frank no sabía qué hacer. Ninguno de los dos enigmá